Celos de padre

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Gretel:

Por fin había dado la hora de salida. Había sido horrible, nadie me había hablado y todos me veían como bicho raro. Había tratado de acercarme a un par de niñas. Pero todas parecían evitarme. ¿Por qué nadie me quería como su amiga? No soy mala.

Cuando salí busqué a mi papi con la mirada hasta que lo encontré.

-¡Papi!- corrí hacia él.
-¡Princesa!- me cargó y me dio un beso en la mejilla. -¿Qué tal tu primer día?- mi sonrisa se convirtió en un puchero. -Espera... no me digas. Dejaremos eso para después. Te tenemos una sorpresa en la casa.- pellizcó mi mejilla.
-¿De verdad?- sonreí.
-Sí, mi amor, anda, vámonos.- subí al coche, mi papi me compró mi chocolate favorito y regresamos a casa.

Matthew:

Al regresar a la casa; colgué la mochila de Gretel en mi hombro y tomé su manita para ir adentro. Creo que habría sido mejor cualquier otra sorpresa, ya que a pesar de no saber aún lo que era; iba feliz dando saltitos.

-¡Hunter!- Gretel se soltó de mi mano y corrió hacia el niño que estaba sentado en la sala junto con Jade.
-¡Gretel!- el niño la abrazó haciendo que yo apretara ambos puños.
-Te extrañé mucho.- dijo Gretel separándose de él.
-Yo también. Te ves muy bonita.- tomó las manos de mi princesa entre las suyas.
-¡Espacio vital!- dije sin poder soportar mis celos. El niño levantó ambas manos a la altura de su cabeza haciendo los ojos como platos.
-¿Y qué?, ¿no me vas a saludar a mi, pequeña pilla?- preguntó Jade.
-¡Mami!- la abrazó.
-¿Qué hace Hunter aquí?- preguntó Gretel.
-Tu papi y yo lo invitamos a comer con nosotros, porque sabemos cuanto lo has extrañado, ¿verdad, cariño?- se volvió hacia mí. Esbocé una sonrisa más que fingida.
-Así es...- dije entre dientes.
-¡Yeeeiii!- Gretel volvió a abrazar a Jade, para después tomar de la mano a Hunter. -¡Ven Hunter, vamos a mi habitación a jugar!- sentí como si me dieran una patada en las bolas.
-Siii... yo también voy con ustedes...- dije sin dejar de sonreír.
-Amor, sólo van a jugar.- dijo Jade poniéndose en mi camino.
-Sí, claro, ¿no recuerdas esa vez que te dije que jugaríamos videojuegos y terminamos follando encima de mi arcade de Mortal Kombat?- dije en voz baja.
-Hahahaha esto es diferente. Son sólo niños. Gretel ni siquiera sabe qué es follar.- rió.
-Mi princesa no, pero el niño quién sabe, tiene cara de pervertido.- era obvio que no lo pensaba de verdad. Sólo quería una excusa para vigilarlos.
-Claro que no.- soltó una carcajada. -De hecho es un niño muy guapo. Sí me gustaría que fuera mi yerno.- cerré los ojos e hice una mueca.
-Voy ahora...- dije decidido, pero ella me tomó de la mano, subió una de sus piernas a mi cadera y rodeó mi cuello con sus brazos.
-Deja de ser tan paranoico, cariño.- dijo coqueta.
-Y tú deja de usar tu cuerpo como distracción de este tema.- dije con la mirada puesta en su escote.
-¿Qué dices?- preguntó mientras se bajaba más la blusa haciendo que sus pechos sobresalieran más.
-Si sigues tendré que arrancarte esa blusa.- me mordí el labio.
-Lo harás, pero sólo si te relajas. Ahora acompañame a la cocina para que podamos ayudarle a Gloria.- dio una palmada en mi trasero y caminó en dirección a la cocina.
-Oook...- rodé los ojos e hice un berrinche interno al ver que otra vez me había manipulado con sus encantos.

Aprovechando que estaba distraída; corrí escaleras arriba y me coloqué cerca de la puerta, la cual se encontraba entreabierta. Pude ver a ambos recostados uno al lado del otro adentro de la tienda de Gretel.

-Podía ver como los aviones chocaban una y otra vez contra esas iglesias. Y era como si yo fuera en la punta del avión.- contó Gretel.
-¿Enserio? Yo soñé lo mismo el otro día.- respondió el niño. Reí por lo bajo al pensar como ese niño tenía una labia impresionante. Tomó su mochila y de ella sacó un cuaderno de dibujo. -Mira...- se lo dio a Gretel.
-¿Será normal?- preguntó mientras yo fruncía el entrecejo. -También soñé con una serpiente marina anoche. Mi papi también la vio en sus sueños.- explicó. -Era enorme, sus ojos eran amarillos y su piel era brillante.- dijo mientras dibujaba en su cuaderno.
-¿Y te dio miedo?- preguntó Hunter.
-Sí, mucho. Era horrible.- respondió.
-Tal vez era Melanie en su clase de natación.- Gretel estalló en risas debido a la ocurrencia del niño. -Oye no me has dicho lo que pasó ese día.- mi princesa dejó de reír y se puso seria. En ese momento sentí como una mano tiraba de mi oreja.

-Auch, auch, auch, auch... no, no, no...- dije adolorido.
-Me distraigo un segundo y ya estás husmeando.- susurró Jade.
-Amor, detesto cuando haces eso.- masajeé mi oreja.
-Es porque pareces niño pequeño. Ahora ven acá...- tiró de mi brazo.
-No, no, espera...- Tomé su mano y la acerqué a la puerta.
-¿Qué se supone que hacemos?- preguntó.
-Shhh...- cubrí su boca con mi mano izquierda.
-Yo no le hice nada a Melanie...- dijo Gretel apenada.
-Lo sé, sé que tú no le harías eso a pesar de todo. ¿Pero entonces qué pasó?- insistió.
-Es que... dudo que puedas creerme.- se sentó en el suelo y abrazó sus rodillas.
-No puedo creer que esté espiando contigo.- volví a cubrir los labios de Jade.
-Tú nunca me has dicho mentiras, Gretel.- se puso a su lado.
-Pues...- no era asunto suyo, no sabía aún si ese niño era de confianza. Si Gretel le contaba eso, tendría que contarle todo lo demás. Dejé de tapar la boca de Jade y empujé la puerta con mi pie, haciendo que ambos se asustaran.
-¡Ya está la comida!- sonreí.
-Ya vamos, papi.- respondió Gretel. Se levantó del suelo y caminó hacia la puerta.
-Ahm... Gretel...- justo antes de que Hunter corriera detras de mi hija, me puse enfrente de él.
-¿A dónde tan aprisa?- pregunté serio.
-Cariño...- me llamó Jade. Sólo la miré serio dejándole saber que quería hablar con el niño a solas. Ella sonrió medianamente y bajó junto con Gretel.
-Só-sólo... quería preguntarle algo a Gretel.- respondió nervioso.
-Cualquier cosa que le quieras preguntar a mi hija, me la puedes preguntar a mi también. O más bien... trata de que así sea siempre.- escuché como tragó saliva.
-Sí, señor.- miró al suelo y trató de salir de la habitación. Pero lo impedí dando un paso adentro de su camino.
-¿Tienes idea de qué vas a ser de grande?- pregunté serio.
-Me gustaría ser policía.- sonrió.
-Policía, eh... no ganan muy bien si no tienen un puesto excelente.- me crucé de brazos.
-Hmm...- miró a cualquier lado de la habitación excepto en donde estaba yo. -Si planeas tener algún día una familia debes tener en cuenta de que el mundo no se mueve sin el dinero suficiente.- puse mis manos en mi cadera de manera autoritaria.
-También me gustaría ser bombero...- dijo frotando las palmas de sus manos.
-Sí, bueno, los bomberos ganan muy bien, pero es demasiado riesgoso. Dudo que quieras que tus hijos se queden sin padre porque te quedaste atrapado en un incendio hasta morir...- Hunter abrió los ojos como platos.
-Matthew...- escuché a Jade a mis espaldas.
-Ya vamos, linda.- dije sonriente, mientras ella me miraba con desaprobación.
-Así que yo que tú me lo pensaba bien.- le guiñé el ojo. -Ve a comer, que se enfría.- di una palmadita en su hombro. Hunter asintió y salió de la habitación sin quitar su cara de espanto. Apreté mis labios intentando no partirme el culo de risa.
-Acabas de dejar traumado a ese niño.- dijo Jade con los ojos en blanco. No pude más y solté una carcajada. -¡No es divertido!- pude ver como se esforzaba por no reír.
-¡Por supuesto que lo es!- puse mi mano derecha en mi abdomen y me doblé de la risa.
-Hahaha eres un idiota.- rió.
-Sólo estoy asegurándome desde ahora que ese niñito sea un buen partido para mi princesa.- me encogí de hombros.
-Estás loco.- rodó los ojos.

En toda la hora de la comida Gretel y Hunter se la habían pasado hablando. Ese niño hacia reír a Gretel tanto como yo. Eso me ponía notoriamente celoso. Después de comer, llevé a ambos al parque, en donde me la pasé sentado sólo mirando como jugaban cuando siempre era yo el que jugaba con mi princesa. Me crucé de brazos e hice un berrinche mental.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now