Atrapada

37 10 0
                                    

Jade:

-¡Despierta!- Bradley me bofeteó un par de veces. -Hola, querida...- sonrió de lado. Tenía una bandita en la nariz y se había quitado el saco. Parpadeé varias veces viéndome en el mismo lugar, sólo que ahora recostada sobre un colchón. Atada de manos y piernas a la base de una vieja cama.
-Yo no iba a hacerte ningún daño, pero ahora veo que necesitas una reprimenda para que entiendas de una vez quién manda aquí...- se subió encima de mí y se aflojó el cuello de su camisa. Mi pecho comenzó a subir y bajar debido a mi irregular respiración. Misma que se detuvo en seco, cuando Bradley sacó una navaja.
-Dime que lo sientes.- ordenó. -Dime que sientes mucho lo que me hiciste...- se inclinó hacia mí y colocó su navaja en mi mejilla izquierda.
-¡Púdrete!- acto seguido; le escupí en la cara.
-Frase incorrecta...- se limpió la cara, subió mi camiseta y comenzó a hacer cortes en mi abdomen con su afilada navaja.
-¡Aaaaaaahhhhhhh!- comencé a retorcerme del dolor.
-¡Dime, dime!- insistió y siguió rajando.
-¡Matt!- grité entre lágrimas de desesperación. Bradley encajó aún más profundo.
-¡No nombres a ese idiota en mi presencia!- siguió.
-¡Lo siento, lo siento, lo siento mucho!- sollocé. Bradley se detuvo y sonrió. Desencajó su navaja de mi piel de un tirón haciéndome gritar y se inclinó hacia mí.
-¿Ves como no era tan difícil?- apartó el cabello de mi cara y acarició la misma. -Sólo quiero darte absolutamente todo lo que nadie te ha dado. Vas a ser muy feliz aquí, querida...- estaba esforzándome para no llorar, pero era inútil. Mis lágrimas no paraban de deslizarse por mis mejillas hasta mis orejas. -Te vas a portar muy bien. Vas a hacer lo que te diga, no vas a ser gorsera y no vas a intentar escapar. ¿Cierto?- después de algunos segundos sólo asentí con la cabeza.
-Buena chica. Ahm... y sólo para asegurarme de que cumplirás tu palabra...- carraspeó la garganta en voz alta llamando la atención de los sujetos que cuidaban la puerta. Uno de ellos salió un segundo para después entrar empujando a una pequeña niña que tenía un vestido bastante familiar y una bolsa de tela en la cabeza. Dios, no, por favor no. Bradley se me quitó de encima y retiró aquella bolsa que cubría su cabeza.
-¡Mami!- sollozó Gretel aterrorizada.
-¡Cariño!- forcejeé con las sogas sintiéndome impotente. -¡No, no!... ¿¡por qué a ella!?- pregunté entre lágrimas.
-Porque sabía que si ella estaba aquí, podía tenerte comiendo de la palma de mi mano. Y como tú dices yo puedo tener a quién quiera.- sonrió burlón. -¿Verdad, corazón?- le preguntó a Gretel mientras acariciaba su cabeza.
-No, no, no, no, por favor, te lo suplico no le hagas daño.- imploré.
-Ay querida... ¿qué clase de hombre crees que soy?- preguntó indignado. -Claro que no le haré nada a tu pequeña. Siempre y cuando hagas todo lo que yo te diga. ¿Es sencillo, no?- levantó ambas manos.
-Lo haré, lo prometo.- dije en voz baja.
-¡Oh!... ¿Oíste eso, corazón? Tu madre acaba de salvar tu vida.- dijo Bradley al oído de Gretel. Los sujetos me desataron y yo corrí a abrazarla.
-Mami, tengo miedo...- dijo entre su fuerte y desgarrador llanto.
-Lo sé, pero no te va a pasar nada, cariño. Todo va a estar bien, lo prometo.- besé su frente.
-Mami, quiero regresar con mi papi. No quiero estar aquí.- sollozó. La abracé nuevamente con fuerza y vi como Bradley se distrajo un momento.
-Vamos a salir de aquí, lo juro...- susurré aprovechando el pequeño descuido de Bradley.
-Querida...- justo a tiempo. -Ven conmigo, te mostraré tu habitación...- extendió su mano. -Descuida, ella estará bien. La llevarán a una preciosa habitación sólo para ella. Muchísimo mejor de la que ya tenía, por supuesto.- uno de aquellos enormes hombres cargó a Gretel en brazos.
-¡No, no, mami!- gritó desesperada, levantando sus bracitos hacia mí mientras se la llevaban.
-¡Te veré mañana, cariño!- dije tratando de calmarla. -¡Voy a estar bien, lo prometo!- fue lo último que dije antes de que se la llevaran. Pero aún podía escuchar su ruidoso llanto llamándome, que me rompía de una y mil maneras.
-Ven, linda...- Bradley tomó mi mano y me sacó de aquél enorme sótano para subir a su lujoso hogar. -De ahora en adelante este será tu hogar...- dijo sin soltar mi mano mientras subíamos por unas inmensas escaleras con una alfombra roja en medio. Después de caminar algunos minutos llegamos a una puerta que él enseguida abrió y me dejó entrar primero.
-Aquí vas a dormir...- la habitación contaba con un gran balcón con vista al jardín, guardarropa, baño, tocador, un piano y una cama en la que fácilmente podían caber diez personas, adornada con una ropa de cama en colores beige y café. Me quedé parada en la entrada viendo como él se tiraba en la misma. -¿Qué?- preguntó al ver como lo miraba.
-Dijiste que aquí dormiría yo...- dije mirando al suelo.
-Oh, sí. Esta es mi habitación, querida y en donde duerma yo, vas a dormir tú. ¿Algún comentario?- abrió bien los ojos y sonrió de lado.
-No...- apreté mis labios ahogando un quejido de dolor por las heridas en mi vientre.
-Ufff... qué preciosa te ves cuando me obedeces.- se acercó a mí, tomó mi mentón y besó mis labios cortamente. -Oh...- dejó de besarme y levantó mi camiseta levemente. -Hay un botiquín de primeros auxilios en el baño, no queremos una infección, ¿o sí querida?- sólo negué con la cabeza conteniendo el llanto. -Bien, quiero que te cures eso y bajes a cenar conmigo. Ahí adentro encontrarás varias cosas, quiero que escojas algo lindo como tú, ¿quieres?- tomó mi barbilla con su dedo pulgar e índice.
-Sí...- respondí en voz baja.
-Excelente. Te espero, querida...- salió y cerró detrás de él.

Caminé rápidamente al baño, me quité la camiseta llena de sangre y con lágrimas en los ojos vi en mi golpeado vientre marcada la palabra "PERRA". Saqué el botiquin de primeros auxilios y limpié con alcohol mis heridas. Coloqué una gasa y caí de rodillas en el suelo para poder continuar con mi llanto.

-¿Señorita?- escuché una voz masculina al otro lado de la puerta. -Dice el señor Black que no tarde.- dijo desde afuera. Tomé aire para lograr contener el llanto.
-Voy enseguida...- respondí.

Me levanté del suelo, abrí el guardarropa y escogí lo primero que vi; un vestido arriba de la rodilla con botones en el pecho ya manga larga color durazno. Bajé sintiéndome confundida, ya que no tenía ni puta idea de dónde era el comedor. Literalmente ese lugar era un palacio de pies a cabeza.
-Oh, aquí está...- me topé con una señora de unos 40 años vestida de sirvienta. -El señor Black la espera. Está por allá...- señaló a un pasillo. No respondí y caminé a donde ella me dijo hasta llegar a un enorme comedor.
-Hola, linda...- Bradley se levantó de su silla. -Ven, ya está servida tu cena.- me senté en la silla que él ne acomodó y miré con detenimiento mi plato con un filete de carne de res, puré de papa y una mazorca. -Come.- ordenó. Por supuesto que tenía hambre, pero no tenía ganas de nada. Tomé mis cubiertos y deseé poder enterrarselos en su maldita cara, pero con Gretel aquí como amenaza, no podía hacer ni intentar nada. Comencé a comer lentamente sintiendo en todo momento su acosadora mirada encima de mí. -Que hermosa te ves...- hizo para atrás el cabello que caía por mi hombro derecho. Sólo me dediqué a seguir comiendo, de vez en cuando mordiendo mi lengua para no estallar en llanto. -Sólo necesitas un poco de maquillaje por acá para cubrir esto.- dijo refiriéndose a mi pómulo el cuál tenía un moratón y a mi labio inferior, que estaba roto de una esquina. -Y así estarás perfecta...- acarició mi rostro hasta bajar a mi cuello. Tomó mi silla y tiró de ella hacia él, haciendo que quedaramos a centímetros. Colocó todo mi cabello del lado izquierdo y comenzó a besar mi cuello. Sentía tanta impotencia, tanto coraje, quería matarlo y salir a buscar a Matt. Ahora más que nunca lo único que deseaba era estar entre sus brazos. -Oh no llores, cariño...- ni siquiera me había percatado de que que las lágrimas ya estaban mojando mi rostro. Bradley tomó una servilleta y limpió mis mejillas. -Vas a tener todo aquí, no tienes por qué estar triste.- sonrió.
-Lo siento...- miré abajo.
-No te disculpes por eso. Ahora sigue comiendo que quiero hacer algo contigo.- me quería morir. ¿Por qué no mejor me mató?

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now