Yo y mi bocota

56 9 0
                                    

-Te ves muy linda...- dijo con algo de rubor en sus mejillas.
-Gracias...tú también te ves muy bien, ¿acaso no sabes que los esteroides son malos para tu salud?- soltó una carcajada.
-Es sólo mi gran disciplina en el gimnasio, Jade.- dijo divertido. -¿Cómo está Gretel?- preguntó.
-Bien, está en la escuela, pero no tarda en salir.- respondí. -¡Pero háblame de ti, por favor!...dime...¿alguna chica en tu vida?- pregunté cambiando el tema.
-Ahm...no haha. Bueno he salido con algunas pero...no son lo que yo esperaba.- dijo con algo de tristeza.
-Ya entiendo...no te preocupes, ya llegará alguien que valga la pena.- ¿por qué saqué esto al tema? Aún era bastante notorio que Nicholas seguía sintiendo cosas por mí.
-La verdad es que no he logrado encontrar a alguien mejor que tú...- dijo sin dejar de sonreír. Mierda, mierda, mierda...yo y mi bocota. Nicholas acarició mi mejilla suavemente.
-Ahm...Nicholas...- dije nerviosa viendo al suelo.
-Lo siento...- dijo apenado. -Perdón por haberte incomodado.- dio un paso hacía atrás.
-No te preocupes, sólo, no vuelvas a decirlo.- solté una risita nerviosa.
-No lo haré.- dijo serio.
-¿Quieres algo de tomar?- pregunté.
-Sí, claro, por favor.- respondió.
-Ok, entonces, siéntate, ahora regreso...- fui a la cocina y le pedí a Gloria un par de copas de vino tinto y regresé a la sala para seguir platicando con Nicholas.
-¿Y cómo está Sam? ¿Aún son amigas?- preguntó después de darle un par de tragos a su copa.
-Sí, sí, por supuesto...ella está muy bien. Viene cada que puede.- expliqué.
-¿Y aún anda con Zacky?- preguntó.
-Sí, ellos dos se quieren mucho a pesar de que no se ven muy seguido. Ya sabes Zacky tiene cosas qué hacer arriba...- sonreí.
-Me da gusto...- sólo asentí con la cabeza. Definitivamente Nicholas aún sentía demasiadas cosas por mí. No me quitaba la mirada de encima haciéndome sentir algo incómoda.
-¡Mami, ya llegué!- escuché a Gretel entrar a la casa.
-¡Estoy en la sala, cariño!- respondí. Escuché como corrió hacía acá y en cuanto vio a Nicholas inmediatamente se apenó un poco. -Ven, linda...quiero presentarte a alguien.- extendí mi mano hacía ella. Gretel caminó hacía mí y me tomó de la mano.
-Él es Nicholas. Era mi maestro de universidad hace algunos años.- expliqué.
-Hola, Gretel.- saludó Nicholas.
-Hola, Nicholas.- sonrió.
-Qué linda está. Se parece mucho a ti...- dijo Nicholas mirándome.
-Sí...pero también se parece mucho a su papá.- dije acariciando el rubio y rizado cabello de mi pequeña con ternura.
-También eras muy bonita de bebé, Gretel.- agregó Nicholas.
-¿Me conociste cuando era bebé?- preguntó Gretel abriendo un poco más sus enormes ojos verdes notablemente interesada.
-Claro que sí.- respondió.
-Wow...¡qué milagro!- Matt entró a la sala y se quitó su saco.
-¡Papi!- Gretel corrió a sus brazos.
-¡Princesa hermosa!- la cargó y la llenó de dulces besos por toda su carita haciendo que ella riera divertida.
-Hola, Matt...- lo saludó Nicholas.
-Hola...¿qué te trae por acá?- preguntó entrecerrando los ojos. Parecía que Matt tuviera un sensor para detectar a cualquiera que estuviera interesado en mí. Y ahora se estaba dando cuenta de que Nicholas seguía siendo uno de ellos.
-Sólo vine a ver cómo estaban.- respondió.
-Pues...qué buena onda...- estampé la palma de mi mano en mi frente al haber escuchado semejante frase tan sarcástica
-Sí, pero bueno...yo ya me voy. Tengo clase a las 4 así que me retiro.- tomó su mochila y me dio un beso en la mejilla como despedida mientras Matt sólo miraba atentamente. -Adiós, pequeña.- se acercó a Gretel, quién seguía en brazos de Matt y dio un beso en su mejilla.
-Adiós, Nicholas.- dijo alegre.
-Hasta luego, Matt.- le dio la mano y salió de la casa. Matt seguía sin quitarme la mirada de encima.
-Señor Sanders, la comida está lista.- dijo Gloria.
-Ya vamos, Gloria, gracias.- respondió. -Princesa, ve a lavarte las manos, ¿quieres?- dijo bajándola.
-Sí, papi.- Gretel se fue dejándome sola con Matt.
-Por un momento creí que ya me había librado de ese profesor...- rodé los ojos.
-Aún tenía contacto con él y lo sabías, amor.- recalqué.
-Sí, pero; no pensé que vendría...- desató su corbata.
-Iré a ayudarle a Gloria a poner la mesa...- me levanté del sillón.
-No, no, no...ven aquí.- hizo un movimiento con su dedo índice. Reí y me acerqué a él.
-¿Le sigues gustando a ese idiota, verdad?- preguntó poniendo sus manos en mi cintura.
-Matt, claro que no, sólo me quiere como su amiga.- dije nerviosa.
-Sé cuando le gustas a algún pendejo por la forma en la que te miran. Y él te miraba así.- dijo serio.
-Eres tan celoso.- reí y puse los ojos en blanco. -Amor, soy tu esposa y no amo a nadie más que a ti.- miré su rostro con detenimiento. Él sonrió.
-Lo sé, sólo no me gusta que te vea así...Sólo yo te puedo ver de esa manera.- reí y di un beso en sus labios.
-Anda, vamos a comer que quiero que duermas después.- di una palmada en su trasero.
-Estoy bien, linda.- me siguió.
-Nada...vas a dormir y punto. Te ves muy cansado.- negué con la cabeza.
-Si obedezco...¿puedo darte por atrás?- solté una carcajada.
-¿Cuándo?- pregunté.
-Hoy.- sonrió de lado.
-¿Qué le vas a dar a mi mamá, papi?- preguntó Gretel sentándose en una de las sillas del comedor. Cubrí mi boca y reí por lo bajo.
-No, nada, princesa, nada...- Matt se puso colorado al igual que yo.
-Papi, cuando terminemos de comer, ¿podemos jugar videojuegos?- le preguntó Gretel a Matt.
-No, corazón, tu papá está cansado y necesita dormir un poco.- dije antes de que Matt respondiera. -Además tú tienes que hacer tu tarea.- agregué. Ella sólo hizo un puchero.
-Pero no te pongas triste, princesa. Mañana empezaré a ver los preparativos para tu fiesta de cumpleaños.- dijo Matt alegremente.
-¿De verdad, papi?- preguntó emocionada.
-Sí, princesa.- Matt dio un tierno pellizco en la mejilla de Gretel.
-¿Y van a venir mis tíos, Sam y Alastor?- empezó a dar saltitos sobre su silla.
-Claro que sí, cariño.- besé su mejilla.
-¡Sí!- dijo extremadamente feliz dando aplausos con sus pequeñas manitas.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora