Atentados

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La recuperación de Jade había ido como los doctores esperaban, a pesar de que ella no había cooperado tanto, debido a su estado de ánimo por lo que había ocurrido. Me había suplicado que no le dijera a Andrew y así lo había hecho.

No me había movido de la casa ni un sólo día. Jade y mi princesa necesitaban de mi y no iba a dejarlas solas aunque después el trabajo fuera un infierno.

Terminé de arropar a Gretel en su cama, preparé la cena de Jade y se la llevé a la habitación. Ya podía caminar perfectamente, pero el doctor le había recomendado guardar reposo por algunas semanas más.
-Te traje tu cena, linda.- dije con cariño dejando la charola en su buró.
-Me duele mi cabeza...- dijo recostada dándome la espalda.
-Sabes que es normal, amor, es por el golpe que te diste. Pero para eso están tus calmantes, así que anda, siéntate para que cenes.- di una palmadita en su trasero.
-No tengo hambre...- suspiré, me recosté a su lado y la abracé por atrás.
-Preciosa, por favor... tienes que levantar tu ánimo.- di un beso en su mejilla. -Lo que pasó no fue culpa tuya...- susurré.
-Estaba tan feliz de poder tener a nuestro segundo hijo.- sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Yo también... yo también estaba muy feliz. Pero debemos pensar en el ahora, linda. Tenemos una hija, una hija que nos necesita fuertes. Gretel está muy triste de verte así.- acaricié su brazo.
-No es culpa mía, no puedo evitarlo. Me siento terrible y parece que tú no lo entiendes...- dijo notoriamente enfadada. Me senté en la cama y suspiré.
-¿Olvidas que yo también era padre de ese bebé?- Jade giró su cabeza para verme. -Yo también estoy sufriendo, Jade y no hay nadie que me anime más que yo mismo.- dije al borde del llanto. Me puse de pie dispuesto a irme.
-No, no, amor, espera...- me volví hacia ella, mirándola serio. -Por favor, no te vayas...- suplicó. -Ven...- estiró su mano hacia mí. Mi rostro se relajó y le correspondí tomando su hermosa mano. Me senté en la cama y ella enseguida me abrazó. -Has estado solo en esto, tienes razón... ¿puedes perdonarme?- preguntó sin dejar de abrazarme.
-Claro que sí, linda. Era lo que estaba esperando que dijeras.- acaricié su espalda.
-Lo siento...- besó un par de veces mi mano derecha y me miró a los ojos. -Te prometo hacer un esfuerzo para ya no estar así.- dijo apenada. La tomé de la cintura y con cuidado la pegué a mi cuerpo haciendo que quedara encima de mis piernas.
-Sé que perdimos una gran ilusión para nosotros, cariño, pero nos tenemos el uno al otro, tenemos a Gretel, tenemos a Luna. Y nosotros no vamos a dejarte sola, preciosa.- logré hacer que sonriera. -Además... podemos hacer otro bebé.- sonreí de lado.
-¿Tú crees?- preguntó.
-Pero claro que sí. Sabes que me encanta hacer esa tarea.- Jade rió divertida con las mejillas rosadas.
-Pareces todo un puberto pajero.- dijo entre risas.
-Ah no, no, no, linda. Pajero no. No necesito pajearme si estás aquí.- dije coqueto.
-Eso es verdad.- reí con ella y besé sus labios. Puse mis manos en su trasero y la puse sobre la cama boca arriba.
-¡Auch!- dijo algo adolorida.
-Perdóname, preciosa.- Jade sólo rió divertida, tomó mi nuca y siguió con el beso.
-Te amo.- susurró sobre mis labios.
-Yo más a ti.- me levanté. -Tienes que cenar, linda.- Jade me tomó de las manos.
-No, no, quiero cenarte a ti.- solté una carcajada.
-Lo harás, pero primero vas a cenar lo que te traje.- tomé la charola y la puse a su lado.
-Ook.- rodó los ojos. -¿Pero podrías traerme mi celular? Está en la sala.- puso carita de niña pequeña.
-Sí, amor.- besé su frente y bajé a la sala.

Busqué en los sillones hasta que lo encontré debajo de un cojín. La curiosidad me llenó haciendo que encendiera la pantalla. Tenía alrededor de unos once mensajes de un tal Bradley y dos llamadas perdidas. En ese momento el teléfono comenzó a sonar y en la pantalla apareció el nombre de ese mismo tipo.

-¿Sí?-
-Ahm... ¿quién habla?-
-Matthew Sanders. ¿Quién es usted?-
-Oh señor Sanders. Tal vez no se acuerda de mí. Soy Bradley Black dueño de Chanel.-
-Ahh... ¿qué desea?-
-Mi asistente me notificó que Jade había tenido un accidente hace algunas semanas. ¿Es cierto eso?-
-Sí, así es, pero ya está mejor.-
-Eso me alegra mucho. Había estado preocupado por ella. ¿Podría comunicarmela?
-Ehm... sí seguro, espere.-
-Gracias...-

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora