Los niños son crueles

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Gretel:

Hunter y yo no parábamos de hablar del día de mi fiesta y lo divertido que había sido.

-Tus papás son geniales. Los míos también me hacen fiesta pero es algo mucho más pequeño que lo a ti te hicieron.- dijo dando un trago a su zumito.
-Bueno, es que mi papi dice que yo soy su princesa y que merezco eso y mucho más.- dije sonrinte. Antes de que Hunter dijera algo escuché a Melanie atrás de mí.
-Eres una presumida. ¿Tu papá no te dice lo rara que eres?- sus amigas rieron.
-No estoy presumiendo. Es lo que mi papi dice. Y él y mi mami dicen que no soy rara, sólo soy especial.- respondí.
-Gretel tiene razón, además; su fiesta estuvo súper divertida. Algo que tú jamás tendrás, Melanie.- dijo Hunter.
-Mi papá también tiene dinero, rarito.- respondió Melanie apretando sus puños.
-No tanto como el de Gretel. Por eso la molestas, le tienes envidia. Ella es mucho más bonita que tú y tiene muchísimo más dinero que tus padres.- los ojos de Melanie se llenaron de lágrimas de enfado.
-Dijiste que no querías ser mi amiga, entonces mejor vete y déjame en paz. Que yo no te hago nada.- dije para después volver a mirar a Hunter. Melanie jaló una de mis colitas haciéndome gritar del dolor para después tirar mi tupper haciendo que todo mi almuerzo quedara en el suelo. Sus amigas rieron mientras se iban junto con ella. Comencé a llorar.

-¡Melanie, eres una tonta!- gritó Hunter. -No llores, Gretel.- me abrazó. Levanté mi tupper ya vacío y lo metí a mi lonchera. -¿Quieres que le diga a la maestra?- preguntó.
-No...- negué con la cabeza. Sabía que sería peor.
-Ya no llores...compartiré mi almuerzo contigo, ten.- dijo para después darme un triángulo de sándwich de queso.

Jade:

Me puse una falda corta ajustada color rosa, junto con un top del mismo color, unas zapatillas abiertas, un poco de maquillaje y quedé lista para ir por Gretel a la escuela ya que después de ahí iríamos a comer junto con Matt. Tomé las llaves de mi auto y salí directo hacia el colegio.

Al llegar los niños ya empezaban a salir. Salí del auto para ver mejor a Gretel cuando saliera. En cuanto la vi le hice señas con la mano. Iba al lado de su amiguito Hunter. Pero ella no me había visto ya que tenía puesta su mirada en el suelo. Hunter dio unos toquecitos en su hombro y me señaló. Gretel corrió hacia mí y enseguida me abrazó.

-¡Hola, cariño!- dije alegre. Quería ver su rostro pero ella no quería despegarse de mí. Logré hacerlo y tomé su carita entre mis manos. -¿Qué tienes, mi niña?, ¿acaso estuviste llorando?- pregunté preocupada viendo sus ojitos verdes hinchados e irritados y por último una de sus colitas estaba casi deshecha. Algo raro ya que ella era muy cuidadosa con los peinados que le hacía cada día.
-No, ya vámonos...- dijo para después subir al auto.
-Hunter...¿tú sabes qué le pasa a Gretel?- pregunté poniéndome a la altura del niño.
-No...- respondió.
-¿Seguro?- entrecerré los ojos.
-Es que...ella me dijo que no le dijera nada a nadie y ella es mi amiga, así que debo cumplir.- dijo triste. Puse mis manos en sus hombros y lo miré fijamente.
-Corazón, yo no le diré que me dijiste, te lo prometo. Pero por favor; dime qué le pasó.- supliqué.
-Lo que pasa es que...hoy en el receso Melanie llegó a molestarla. Traté de defenderla pero creó que sólo hice enojar más a esa niña. Entonces ella le jaló el cabello a Gretel y después le tiró su almuerzo al suelo.- abrí mis labios impresionada. -No paró de llorar en todo el día porque Melanie y sus amigas se burlaban una y otra vez diciéndole rara y llorona.- explicó. Negué con la cabeza sintiendo un dolor en mi pecho. Sabía lo que se sentía eso y que mi hija lo estuviera experimentando me destrozaba aún más por dentro.
-Ok...gracias, Hunter.- acaricié su cabello. Se despidió de mí y corrió al autobús.
-Jade...- antes de que pudiera entrar alguien puso su mano en mi hombro.
-¿Qué hace usted aquí?- pregunté molesta.
-Quise venir a verte y a mi nieta...- sonrió.
-¿Cómo supo que Gretel estudia aquí?- fruncí el entrecejo.
-Eso no es lo que importa, hija. Te dije que no me iba a dar por vencido.- trató de alcanzar mi rostro con su mano. Misma que rechacé de un manotazo.
-No se atreva a tocarme.- dije molesta.
-Jade, por favor, ¿cómo te puedo demostrar que estoy totalmente arrepentido de lo que hice?- negué con la cabeza viendo al suelo para evitar su mirada. -Soy tu padre, cariño, por favor, dame una oportunidad...- suplicó.
-Ya le dije que yo no tengo padre.- dije para después entrar a mi auto y arrancar.
-Mami, ¿quién es ese señor?, ¿por qué insiste tanto en verte?- preguntó Gretel.
-Nadie importante, mi amor. Pero no quiero que hables con él si te lo encuentras algún día, ¿entendido?- dije mientras manejaba.
-Sí mami.- respondió. -¿A dónde vamos?- preguntó. Aún podía escuchar su tono de voz algo triste.
-Tu papi nos invitó a comer, cariño. Así que lo veremos allá.- expliqué.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now