Bixby Bridge

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Gretel:

Regresé corriendo con unas vendas y un poco de alcohol que había encontrado, pero al ver a mi mami sosteniendo a Nicholas sobre sus rodillas con la mirada pérdida supe que era muy tarde.
-¡Aaaahhhh! ¡Aaahhhhh!- mi mami comenzó a gritar y a llorar mientras lo abrazaba. Solté el alcohol y las vendas haciendo que cayeran al suelo y me puse a llorar yo también.

Después de algunos minutos, mi mami dejó a Nicholas en el suelo y lo cubrió hasta la cabeza con una manta de las que había en las literas.

-¿Murió por mi culpa? ¿Por no llegar a tiempo con el botiquín, mami?- pregunté sollozando.
-No, linda... no murió por tu culpa. Él estaba muy grave. No había nada qué hacer...- limpió mis lágrimas y se levantó del suelo.
-¿Hunter y mi papi también se van a morir?- comencé a llorar otra vez.
-No, no, no, claro que no. Tu papi es realmente fuerte y valiente, va a sobrevivir. Y Hunter tiene en su poder la Lanza Sagrada, no podrán matarlo al menos por ahora. Por eso debemos ir a buscarlo, ¿de acuerdo?- pasó sus manos por mi cabello.
-Sí, mami.- respondí.
-Ok...- mi mami comenzó a buscar en los bolsillos de los pantalones de Nicholas y sacó unas llaves. -Ve por tu mochila...- corrí a la habitación, tomé mi mochila en forma de burrito de peluche, mi Osito Jimmy y regresé. Mi mami tomó su arma y nos ayudó a mí y a Luna a salir.
-¿Qué son esos ruidos?- pregunté temblando al escucha gritos de personas y gruñidos muu parecidos a los que hacía esa cosa que se llevó a Hunter y mató a Nicholas.
-No quiero que hagas ningún ruido, cariño...- susurró, tomó mi mano y me llevó caminando rápidamente hasta un especie de jardín en donde había un auto color azul marino estacionado. Abrió la puerta trasera y me hizo subir junto con Luna. -Quiero que tú y Luna permanezcan abajo y no hagan ruido, ¿sí?- asentí con la cabeza, me senté abajo del asiento y abracé por el cuello a mi perrita. Mi mami subió, encendió el auto y arrancó.

Jade:

Ni siquiera tenía idea de qué calle tomar, sabía con exactitud que esos bastardos estarían en todas partes. Pero necesitaba llegar al Big Sur de cualquier manera. Al estar a punto de entrar a una calle vi como la gente corría gritando aterrorizada mientras un demonio de al menos unos 30 metros los seguía. Numeroso autos de gente tratando de escapar entraron a toda velocidad en esa calle. Era mi oportunidad. Pisé a fondo el acelerador y me aproximé a cruzar por en medio de los pies de esa cosa. Una camioneta, en su desesperación por pasar primero que yo; me golpeó haciendo que mi puerta rozara con el pie de aquella cosa. Lo que provocó que la criatura tomara con una sola mano la camioneta y la aplastara con la misma como si de un insecto se tratara.
-¡Aaaahhhh!- Gretel no pudo evitar gritar al ver la escena y no la culpaba, yo también tenía ganas de gritar y de correr lejos de aquí, pero necesitaba ser valiente por mi hija.

Aprovechando su distracción fui a toda velocidad y di la vuelta en la esquina. Miré por el retrovisor y vi como aquella enorme cosa se percató de mi suertuda escapatoria. Sosteniéndose con una mano de un edificio se inclinó hacia nosotros e intentó alcanzarnos. Mis ojos casi se desorbitan al sentir esa monstrusa mano a metros de nosotros. Reaccioné metiéndome rápidamente por los cristales de una tienda al parecer de licores. Vi desde adentro como el auto que iba justo a mi lado era atrapado por la criatura.
-Ups...- dije por lo bajo sabiendo que había sido mi culpa. Las botellas caían de los estantes por los que pasaba haciendo que el ruido del vidrio rompiéndose una y otra vez taladrara mis oídos. Al salir por la otra ventana sentí como el auto comenzó a elevarse un par de metros. -¿Qué carajos?- pregunté para mí misma viendo por los retrovisores sin lograr encontrar nada. Bajé la ventanilla y saqué mi cabeza para poder mirar hacia el techo, en donde encontré un murciélago de más de dos metros de altura, con cuerpo humanoide y ojos rojos, que al verme me gruñó enfurecido por mi atrevimiento.
-¡Aaahhh mami!- gritó Gretel aterrada. Apreté los dientes, solté el volante y armándome de valor; tomé mi escopeta y comencé a disparar al techo provocando agujeros en el mismo. La voladora criatura produjo un chillido tan agudo de dolor que sentí que mis tímpanos estallaban. Soltó el auto cuando estábamos a unos cinco o seis metros del piso y se alejó.
-¿Cariño estás bien?- pregunté mirando hacia el asiento de atrás.
-Sí, mami...- frotó sus ojitos limpiando sus lágrimas de temor. Me volví hacia el frente y volví a arrancar.

Matthew:

-¿A cuál de todos iremos?- preguntó Andrew refiriéndose a los acantilados.
-Al más alto; el que está cruzando el Bixby Bridge. Ahí debe de estar ese maldito preparando su ritual.- respondí.
-Entendido.- al cruzar el largo puente, encontramos a Alastor y a los demás del otro lado.
-¿Y Gloria?- pregunté al ver que de la camioneta de Alastor sólo salían él, Sam, y otros dos psíquicos. Alastor negó con la cabeza.
-Iba en la camioneta que derribaron. Lo siento mucho, Matt...- dijo Sam apenada. Apreté mis labios sintiendo un nudo en la garganta.
-Tenemos que ir ya. La séptima trompeta se aproxima y tenemos que llegar antes de que ese maldito termine su ritual, así que preparen sus armas.- dijo Alastor.
-Oye... ¿estás bien?- preguntó Sam al ver mi mirada en el suelo.
-Sí, sólo me siento mal por lo que le pasó a Gloria. Estuvo con nosotros desde hace años...- dije mientras cargaba mi rifle.
-No es tu culpa, ella se ofreció a venir por su propia voluntad.- puso su mano en mi hombro en gesto de apoyo.
-Sí...- respondí poniendo punto final a esa conversación sintiéndome culpable. -¿Zacky estaba de acuerdo en que vinieras?- pregunté mientras ella cargaba su magnum.
-No, por supuesto que no. Sé que él no puede hacer nada para ayudar a la humanidad y lo entiendo. Pero si yo puedo; entonces lo haré, aunque él no esté de acuerdo.- se encogió de hombros.
-¿Sí sabes que todo el tiempo estoy vigilándote cierto? Escuché eso.- dijo Zacky aterrizando detrás de ella.
-Era totalmente mi intención.- dijo Sam rodando los ojos.
-Zacky, ¿dónde están Jimmy y los demás?- pregunté.
-Jimmy está preparándose para tocar la séptima trompeta y los demás andan por ahí...- hizo una mueca de indiferencia. -Pero también bajaba para decirles que hay numerosos híbridos protegiendo a Bradley.- señaló con su dedo índice hacia el acantilado. -Aún no son tan poderosos, pero sí lo necesario como para darte dolores de cabeza, hermano.- explicó.
-Entonces necesitaremos de armas especiales.- añadió Alastor.

~

Caminamos directo a la cima del acantilado en donde a unos metros antes de llegar; encontramos a todos esos bastardos. Miraban con atención hacia arriba sin mover ni un sólo músculo como si fueran máquinas en reposo, esperando un estímulo.

-Escúchenme todos muy bien...- dije en voz alta llamando su atención. -Van a quitarse ahora mismo de nuestro camino; o deportaré sus asquerosos traseros de regreso al infierno.- dije sin parar de aventar ligeramente un globo lleno de agua en mi mano izquierda. A lo que ellos sólo rieron divertidos.
-¿Qué piensas hacernos con eso?- preguntó una de ellas sin parar de reír. Me encogí de hombros y acto seguido; impacté el globo justo en la cara de la "mujer". -¿Agua bendita?- preguntó con la mirada pérdida mientras su cara se derretía como si hubiera derramado sobre ella una especie de ácido. -¡Aaaaaahhhh!- puso ambas manos en su rostro, en una forma desesperada de que su piel no se siguiera cayendo como si fuera la cera de una vela encendida. Alastor, Sam, Andrew y los demás comenzaron a disparar con pistolas de agua y más globos, hacia los demás híbridos quienes gritaban de dolor al sentir el agua sobre su piel. Un híbrido de mi estatura y con gran masa muscular, arrojó mi pistola de agua, se me abalanzó encima y comenzó a estrangularme. Saqué una de las tantas jeringas con agua bendita que habíamos preparado de mi bolsillo, retiré la tapa que cubría la aguja y la clavé directamente en su maldito ojo, introduciendo en él todo su contenido.
-¡Aaaagggghhhh!- su ojo se derritió por completo deslizándose desde su cuenca hasta mi cara. Asqueado lo arrojé lejos de mí, tomé mi arma y disparé agua adentro de su boca provocando que se reuniera en el suelo como alguna clase de charco de moco.
-Agh... porquería...- dije limpiando mi rostro de tan asquerosa sustancia.
-¡Eso es maldito, muérete!- dijo Andrew acabando con el último.
-¿Cuánto falta para la séptima trompeta?- le pregunté a Alastor.
-Una hora tal vez.- respondió. -Tienes que ser el primero que suba. Tú eres uno de los que quiere ver, si lo distraes, podremos agarrarlo desprevenido.- explicó.
-Bien...- tomé mi rifle de asalto otra vez y subí.

I Fell In Love With The Devil (Armagedon)Where stories live. Discover now