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Joshua aún recuerda entre pesadillas, el día en lo que todo aquello inicio.


Como cualquier día de semana, se encontraba trabajando en el hospital. Recordaba que deseaba que pronto fuera hora de almuerzo para ir a juntarse con su amigo a comer en algún local cerca del hospital, pero que aún quedaba algo de tiempo, así que debía ser medio día aun. Su mejor amigo Minghao también trabajaba en ese lugar pero en el área de psiquiatría, por lo que se encontraban algo lejos al Joshua pertenecer a un área muy diferente.


Tras despedirse de una madre con su hijo, miro preocupado a la ventana que daba al estacionamiento, pues de repente habían salido muchas ambulancias, ¿Acaso hubo un gran accidente? Le ponía algo ansioso pensar en eso, así que decidió pasear un poco por el hospital para distraerse mientras esperaba a que fuera la ultima hora con un paciente antes de almorzar.


Curioso miro la zona de urgencias al ver que la primera ambulancia había vuelto, fijándose que cuando pasaba la camilla por el pasillo, se trataba de una mujer de mediana edad que parecía haber sido atacada por un animal, luciendo en un estado crítico. Joshua sintió angustia al verla, lamentándose por lo que sea que le pasara. Sabía que habían buenos médicos en la parte de urgencias, así que esperaba que lograran salvarla.


Cuando se dio vuelta al fijarse que ya debía volver a trabajar, un horrible escalofrió recorrió su columna al empezar a escuchar gritos de dolor y agonía. Con pánico corrió de donde venía, notando que era por el pasillo donde se llevaron a esa mujer y su cuerpo tembló ante la escena. Al parecer la mujer que parecía que apenas se podía mover, despertó y empezó a atacar con brutalidad a los que se encontraban a su alrededor, usando una fuerza que no sabia de donde la sacaba, pero que las personas atacadas no podían defenderse con facilidad.


Asustado miro a su alrededor - ¡No hay nada que ver! ¡Los guardias se encargarán! – Intento alejar a los curiosos pacientes que se acercaron a la escena, aliviándose al ver que los guardias del hospital rápidamente llegaron, aunque lucían igual de angustiados y asustados que él. Llevando de vuelta a la gente a la sala de espera, lejos de esos gritos desgarradores de dolor, se fijó en el televisor que había para los pacientes que esperaban ahí.


Preocupado vio que interrumpían los típicos matinales mañaneros para dar noticias de último minuto, en donde algo alterados los periodistas informaban que en las últimas horas había varios focos de caos en Seúl, donde la gente se estaba volviendo loca y se atacaban entre ellos. ¿Entonces la mujer de antes sufrió de eso? Relajo su rostro para no transmitir su miedo a los pacientes que había en esa sala, para luego dirigirse a la salida del hospital queriendo ver con sus propios ojos como estaban al menos las cosas por ahí, porque se supone que debía ser un lugar donde la gente viene a curar sus dolencias y sentirse mejor, asi que esperaba que en los alrededores no ocurriera algún foco de problemas.


Al salir a la calle asustado y preocupado, de inmediato salto hacia atrás contra una pared como reflejo por como de repente una ambulancia paso al lado suyo a rápida velocidad, chocando a unos metros más contra el mismo hospital. Oh mierda, oh mierda, ¿Qué había pasado? ¿Por qué chocaron? Pensó acercarse a ayudar a quienes estuvieran dentro de la ambulancia, pero algo dentro suyo lo detuvo. Se dio cuenta de que algo estaba mal, muy jodidamente mal.


Saco su móvil e intento llamar a sus amigos, pero cuando al fin escucho la voz de Seokmin, de repente se cortó la llamada. Intento unas veces más y otras a sus amigos, pero parecía que no había señal, ¿Cómo era posible si estaba en medio de la ciudad? Intento meterse a internet, pero también parecía fallar. No quería entrar en pánico o si no le contagiaría eso a los civiles de alrededor y pacientes, así que con fingida calma por la zona del estacionamiento acorto el camino hacia el área de psiquiatría, teniendo que entrar si o si al edificio en un punto tras caminar mucho porque donde trabaja su amigo quedaba muy lejos de su área. Todo ese tiempo se sentía paranoico ante gritos que escuchaba viniendo de distintos lados, desde la calle o dentro del hospital, donde a lo lejos veía humo de quizás algún incendio. Camino a las escaleras se congelo al escuchar de nuevo gritos pero más fuertes porque resonaban en los pasillos del hospital, pero esta vez de un hombre y casi siente su corazón detenerse cuando alguien aparece corriendo de donde están las escaleras.

My PurposeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora