CAPÍTULO 27: UNA DURA DESPEDIDA (PARTE 2)

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Ahora nos vamos a ver nuevamente a Lincoln y a Max los cuales se encuentra en la sala de la casa de Max debido a que esté les ofreció a Lincoln y a Lori quedarse en su casa a descansar de los problemas que tuvieron esa noche.

Lincoln y Max habían conversado sobre el problema que había ocurrido esa noche. Lincoln por primera vez en su vida no contaba con un plan, no contaba con alguna idea o pensamiento sobre que hacer ahora que este y su amada fueron corridos prácticamente de la casa.

Cuando Max le dijo algo a Lincoln, algo que cambiaría drásticamente el destino de nuestra pareja protagonista.

—Espera un minuto Max, ¿A qué te refieres cuando dijiste que si había un lugar a donde Lori y yo podríamos ir? —preguntó Lincoln al no entender para nada lo que dijo Max.

—Pues como lo escuchaste, Lincoln, ustedes dos pueden ir a San Luis en  Misuri —dijo Max con una cara un poco triste mientras miraba el suelo de la sala.

—¿Pero qué haríamos allá? No conocemos a nadie y nunca en mi vida eh viajado para allá, aparte..., no sé cómo hacer para ir allá —dijo Lincoln con una cara llena de confusión al no saber porque Max mencionó esa ciudad tan lejana.

—Porque estoy muy seguro que si van allá podrán tener una mejor vida que aquí en Royal Woods —dijo Max poniéndose de pie y caminando hasta la ventana de la sala con sus brazos cruzados.

—¿Cómo estás seguro de eso, Max? —preguntó el albino también poniéndose de pie y caminando hasta donde estaba Max, poniéndose a su lado.

—Bien, déjame explicarte mejor las cosas para que puedas entenderlas, Lincoln —dijo Max dándose la vuelta para mirar al albino.

—Está bien, te escucho —le respondió el peliblanco.

En ese momento Max comenzó a relatar lo sucedido...

—Hace unos años atrás, yo vivía felizmente en San Luis con mis padres y todo era genial, tenía buenos amigos y buenas amigas; pero mis padres se separaron porque no podían vivir en paz, todos los días eran discusiones, hasta por la más mínima cosa era una discusión, una tras otra y tras otra. Así que mi mamá y yo no vinimos a vivir aquí a Royal Woods cuando se separó de mi papá.

—¿Enserio, Max?. ¿No vivías en Royal Wood antes? —preguntó Lincoln.

—No. Pero lo bueno de todo eso era que yo tenía una gran amistad con mi papá y lo quería mucho, aparte también porque yo era hijo único, lo que dañaba nuestra relación eran las discusiones de todos los días —dijo Max con un tono de voz lleno de tristeza—. Hasta que me enteré que él hizo su vida junto con otra mujer y formó otra familia, y se olvidó de mí.

—Lo lamento mucho, amigo —dijo Lincoln, sintiéndose un poco mal por el castaño.

—Descuida, eso ya pasó. El caso es, que cuando mi papá se separó de mi mamá, se quedó allá en San Luis con su nueva familia, desde ahí perdí mucho contacto con él hasta que ya no supe nada más. No sé que habrá pasado con su familia, no lo sé ni me interesa.

—Entiendo.

—A lo que quiero llegar, es que hace un mes y medio me llegó un documento que decía que mi papá había fallecido tristemente y que, yo al ser su primer hijo me había dejado una herencia. Bueno..., esa herencia es una casa, había vendido la casa en dónde vivíamos y compró otra mejor. Al principio no sabía que hacer con ella, si venderla, o regalarla, no lo sabía, me inclinaba más por venderla y así con ese dinero divertirme con algunas mujeres pero; ahora sé lo que quiero hacer con esa casa —dijo Max mirando a Lincoln con seriedad en su rostro y con una expresión fría.

MI BLANCA ESPERANZA [LORICOLN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora