Recuerdo suprimido

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El tiempo pasó. Saúl, Charlotte y yo cumplimos años compartiendo nuestras vidas. Alex se fue a estudiar al extranjero. Mi padre no volvió a llamarme y no supe más del pueblo. Adopté otro gato y seguí saliendo en la madrugada a tocar mi guitarra en el parque con lago y patos que tanto me gustaba. Cuando tocaba pensaba en los cadáveres del lago, en Čiuj, como parte de mí, sentía culpa y responsabilidad por su pasado como si fuera mío. También pensaba en Saúl y Charlotte.

Saúl publicó su libro, el cual estaba inspirado en mí. Charlotte se graduó y comenzó una carrera en Psicología para después enfocarse en la parapsicología y la arqueología de la religión. Con el tiempo se mudó con Saúl para vivir juntos como la pareja que eran y así romper definitivamente el triángulo perfecto. No les reproché, lo entendí. Me encerré en mí mismo y no dejaba entrar a nadie a mi corazón por miedo a corromperlos. Y nada era para siempre, ellos no me iban a esperar por la eternidad. Éramos momentos que compartíamos, siendo versiones diferentes de nosotros mismos en cada situación que se presentaba. Dejé que todo fluyera en el peor escenario, me permití ser un demonio para Charlotte y un humano confundido sin sentimientos para Saúl.

Ella no volvió a ser poseída y controlada; al contrario, se dedicaba a escuchar y ayudar a los fantasmas a aligerar sus penas, para que así pudieran desaparecer de este mundo. Un día me contó que habló con un fantasma que estaba triste por no haber podido criar a su hijo. Para que ese espíritu la dejara de seguir, ella le contó sobre su hijo, ya que lo conocía, y le dijo que era un buen hombre que se hacía responsable de todo lo malo con lo que tenía que cargar.

Charlotte vivió muchas aventuras al intentar ayudar a los fantasmas y Saúl la apoyó considerablemente. A fin de cuentas era su musa, se inspiraba en lo que ella le contaba para escribir.

Una vez ella platicó que algunos fantasmas poseían personas y las llevaban a la locura, y por eso deseaba prepararse, para ayudar a liberar a esas personas de la locura de espíritus caprichosos. Aunque no siempre se trataba de eso, quería saber identificar los casos.

Así pasaron algunos meses desde que Charlotte y Saúl se mudaron juntos y él publicó su libro. Una tormentosa noche en la que los truenos retumbaban en el cielo sin cesar, regresé tarde del trabajo a mi departamento. Al entrar lo primero que hice fue dejar el maletín y quitarme el saco mojado. Fui a darle de comer al gato negro que me recibió feliz. Se llamaba Renatus, así lo nombró Saúl. El timbre sonó, supuse que se trataba de Saúl y Charlotte. Ellos me visitaban seguido y hacíamos lo mismo que en el pasado: detener el tiempo mientras convivíamos juntos. Abrí la puerta, confiado. Apareció ante mis ojos una dama que no reconocí al momento. Su piel de universo y ojos de infierno me llamaron más la atención que el hecho de que estuviera empapada.

—Hola... ¿Te puedo ayudar en algo? —pregunté con mucha cortesía.

—Eres el que me separó del amor de mi vida —dijo con un tono de voz dulce y a la vez alterado.

Entonces, empujándome con violencia, entró al departamento. Noté que su espalda de universo estaba mojada y que de su cabello goteaba agua. Un tanto extrañado, miré que llevaba en sus manos el libro de Saúl, el que había escrito inspirándose en mí. Estaba empapado, quemado con cigarrillos y arrugado.

—¿Disculpa? —Ladeé ligeramente mi cabeza y contemplé desconcertado a la dama.

—Hice mi tarea muy bien, Gabriel, más bien, René —resopló enojada—. Saúl me cambió por un hombre, por un miserable hombre. No quiso volver conmigo cuando se lo propuse. —Rechinó los dientes—. Te mandé a investigar —contó—. Y cuando terminé de leer esta porquería —Agitó el libro—, me di cuenta de que era verdad lo que me dijo.

—No sé de qué estás hablando —expresé asombrado.

—Me lo confesó en el pasado, lo enamorado que estaba de su protagonista, y por eso no quería volver conmigo. En su momento me pareció una estupidez, una excusa barata —reveló enfadada.

En mi melancólica soledad con ellos ( Completa y disponible en papel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora