Cap 15 (Editada)

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La pareja subió al coche del joven, bastante lujoso.

La joven se encontraba totalmente cohibida ante la situación, mientras el espacio reducido se encontraba en total silencio.

- Perdón.- habló el hombre.

La chica tan solo le miró unos segundos para después asentir con la cabeza.

- Nos vamos de aquí, no es una pregunta.- advirtió con su tono serio habitual.

Al llegar a su hogar, sostuvo con fuerza el arma blanca sobre sus manos y se acercó a su pareja.

- ¿Jugamos?

...

El filo del cuchillo se deslizaba sin presión sobre la piel de la joven, torturando su mente con lentitud.

- ¿Que te pasa?- susurró angustiada la chica.

- ¿Me amas?

- ¿Que pregunta es esa?

- ¿¡Solo responde joder!?- habló clavando el cuchillo sobre el muslo de la joven, provocando un grito de su parte.

No podía ver el líquido caer por su cuerpo gracias a sus ojos vendados, pero podía sentir como se deslizaba con lentitud sobre él mientras su "amado" sacaba la arma de su cuerpo.

- No.- respondió con sequedad.

Pudo oír la respiración pesada de él y como caminaba unos pasos alejándose de la puerta, seguido de un portazo: la había cagado.

...

Se despertó gracias a la luz que cegaba sus ojos, se encontraba sobre su cómodo colchón de nuevo, ¿había sido acaso un sueño?

Paseó su vista por su piel, no veía ninguna herida, tan solo su ropa se encontraba.

Sintió como un peso menos se sostenía sobre ella al comprender que no había sido real, que probablemente se durmió en aquel lujoso coche.

Intentó levantarse de la cama.

Un golpe de realidad llegó al sentir aquel dolor punzante.

- ¡Joder!- exclamó mirando como su pantalón se llenaba de sangre.

- Tendría que haberte avisado, pero esto es más divertido.- sonrió el hombre desde el otro lado de la habitación.

- ¿¡Que te parece exactamente gracioso joder!? ¡Duele como el demonio!

- Esa era la intención, para que aprendas a respetarme, pequeña.

...

Habían pasado varios días en los que el chico había estado vigilando el edificio en el que entraron aquel día.

No había visto pasar a su chica, ni al hombre que la tenía retenida: hasta aquel momento.

Se escondió tras los matorrales al ver el hombre bajar con una maleta sobre sus manos y la joven sonriendo tras suya.

Al ver como el coche arrancaba se subió a su moto intentando hacerse notar lo menos posible.

Y entonces entendió lo que debía hacer al notar el lugar al que se dirigían: subirse a ese avión era su única elección.

Estúpido Pero Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora