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Finalmente en casa, Uraraka se despidió de Katsuki frente al edificio y luego ingresó a su apartamento, lanzó su bolso al sofa y fue a ducharse, había sido una larga noche

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Finalmente en casa, Uraraka se despidió de Katsuki frente al edificio y luego ingresó a su apartamento, lanzó su bolso al sofa y fue a ducharse, había sido una larga noche.

Mientras se bañaba, acarició su cabello, el cual había crecido notoriamente, no le había dado importancia ya que poco o nada le molestaba sus labores, pero Katsuki la había elogiado, al recordar eso, suspiró.

—¿En qué estoy pensando?— Ladeó la cabeza, enjuagando su cabello.

A la mañana siguiente, despertó muy temprano como de costumbre

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A la mañana siguiente, despertó muy temprano como de costumbre.  Prendió la televisión y lo primero que vio fue al héroe número tres en pantalla, salvando a rehenes de un edificio, se veía muy heróico, Uraraka rió ante eso, pues en persona él no era ni un poquito similar a lo que muestran en pantalla.

Fue a la agencia tal cual había quedado con Endeavor, claro, tuvo que ir en taxi mientras su auto era reparado. Al llegar, se quedó en la recepción aguardando a que la llamaran, cuando la asistente le indicó, la castaña fue al elevador para ir al último piso, la oficina del temido Endeavor.

—Tú de nuevo, ¿Me estás siguiendo?— Preguntó una voz masculina, la castaña volteó a verlo, pues ni se había percatado de su presencia.

—Para nada. Te dije que probablemente trabaje aquí, ¿O no?— Respondió ella, rodando los ojos ante el absurdo ego del pelirubio. Élcó el botón del piso 22, Uraraka el del piso 24 y esperaron.

—Buena suerte allá arriba, Endeavor es difícil de tratar.— Exclamó él, sonriendo ante la "novata."

—Gracias.— Fue la única respuesta ante los buenos deseos del rubio, quién se aguantó la rabia ante tal osadía. —Por cierto, Bakugo...— Ella sonrió, mirándolo de frente.

—¿Hmm?— Volteó, sus ojos chocaron contra esos gigantes ojos chocolate que siempre brillaban, eso le dio algo de náuseas.

—Luces muy mal. Te dije que no bebieras mucho.— Al oír eso, Katsuki levantó su mano dispuesto a explotar el ascensor,  alo cual Uraraka no se resistió a reír, los años pasaban pero habían cosas que no cambiaban ni de chiste.

En ese instante, el ascensor abrió sus puertas.

En ese instante, el ascensor abrió sus puertas

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El héroe N°3. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏWhere stories live. Discover now