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Una sala de estar decorada modernamente, es muy bonita

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Una sala de estar decorada modernamente, es muy bonita. Pensó Uraraka. Se acercó a la máquina expendedora y eligió una bolsa de papas fritas.

Se sentó en una de las mesas vacías mientras aguardaba su llamado. Sacó su celular y empezó a revisar mensajes.

Delete, delete, delete, delete...

No le importaba en absoluto perder seguidores en Instagram, nunca le gustó recibir mensajes de desconocidos diciendo piropos y cosas así, le repugnaba. Borró varios amigos y continuó comiendo su...

—¿Ese es tu almuerzo?— Ella levantó la vista, se encontró con un rostro enojado y algo asqueado viéndola.

—Sí, ¿Porqué?— Respondió ella, enojada también. Ese rubio era muy entrometido.

—Es increíble que a tu edad sigas comiendo como una niña de doce años, estúpida. — Respondió él, golpeándose la cabeza, tomó su bandeja de almuerzo y la puso frente a Uraraka. —Comerás esto, yo iré por otro.

—Ok, mamá.— Ochako frunció el seño, bajó su mirada a la inmensa cantidad de comida que yacía en la bandeja de Katsuki. Sus ojos se abrieron como platos, es imposible que alguien pueda comer tanto.

Al poco tiempo regresó el rubio y se sentó frente a ella, ambas bandejas tenían casi la misma cantidad de alimentoz.

—¿Qué esperas? Come.— Dijo él, como si nada. Le echó salsa picante a su curri y empezó a comer. —Dudo que Endeavor quiera héroes debiluchos o enfermos en su agencia.

Esa fue una buena jugada.

—Agh, no me hables con la boca llena, cerdo.— Reclamó la castaña, viendo como el adverso se metía todo lo que encontraba en su boca. Tomó el refresco y lo abrió, bebiendo un sorbo.

—¿¡Ah?! ¿¡Como me llamaste?!— Katsuki gruñó, por casualidad ella volteó a verlo y de inmediato escupió todo su refresco, saliéndose por su nariz también.

Ver a Katsuki con la boca rodeada de comida no es algo que se pueda apreciar todos los días, a pesar de que le dolían las fosas nasales, ella rió.

—¡De que te ríes, mierda!— El flash de una cámara lo dejó casi ciego, Uraraka empezó a tomarle varias fotos mientras no paraba de reír. —¡Deja de hacer eso o te mataré!

Su patrullaje había iniciado, al fin podría empezar a trabajar para esa prestigiosa agencia, Uraraka Ochako caminaba por las calles de la ciudad, sonriente, brillante y luciendo su traje mejorado, era lo único que le faltaba pues como inauguración...

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Su patrullaje había iniciado, al fin podría empezar a trabajar para esa prestigiosa agencia, Uraraka Ochako caminaba por las calles de la ciudad, sonriente, brillante y luciendo su traje mejorado, era lo único que le faltaba pues como inauguración la agencia siempre añadía mejoras a los trajes de sus héroes.

Lucía como una verdadera heroína.

Se veía radiante y elegante. Su cabello castaño resplandecía bajo el sol, lo había lavado y cuidado con más frecuencia últimamente.

Pero como no todo es color de rosa, qué sería de un patrullaje en la gran ciudad sin toparse con un delincuente...

—¡Dame eso!— El enmascarado le metió una fuerte bofetada al señor de tercera edad, quien cayó al suelo de inmediato, su maletín había sido usurpado.

Uraraka presenció la escena, era un asalto a simple vista, la adrenalina corrió por sus venas, pues era momento de lucirse.

—Aquí vamos...—

—

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El héroe N°3. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏWhere stories live. Discover now