⌦Extra.

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Su gran desempeño en los primeros cinco meses le aseguraron el puesto en aquella agencia, la habían ascendido, ¡Genial! Y como tal, le cedieron el derecho de elegir su turno de patrullaje, por el momento se sentía cómoda trabajando por las mañanas...

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Su gran desempeño en los primeros cinco meses le aseguraron el puesto en aquella agencia, la habían ascendido, ¡Genial! Y como tal, le cedieron el derecho de elegir su turno de patrullaje, por el momento se sentía cómoda trabajando por las mañanas, pero... De esa forma casi no podía ver a cierta persona, aceptó la propuesta y comenzó a patrullar nocturnamente.

La delincuencia aumentaba cuando las sombras caían, por ende debía permanecer el doble de alerta que antes. Al pasar por la calle del comercio, sus ojos de chocolate centraron su atención en uno de los objetos a la venta en el aparador, fue casi hipnótico.

Al ver que estaban a punto de cerrar, corrió lo más veloz que pudo deteniendo al vendedor.

—¡E-espere, espere por favor!— Gritó agitando sus manos, el anciano dueño de la tienda se percató y evitó cerrarla. Al acercarse, Uraraka distinguió mejor el rostro del hombre mayor, era aquel que salvó el día que casi pierde su brazo. —Oh... usted, ¡Es usted, yo lo conozco! ¿Me recuerda?— Exclamó con algo de emoción, sonrió.

—Cómo podría olvidar el rostro de mi salvadora.— El corazón del anciano se conmovió al ver sonreír a la castaña. —¿Qué desea, señorita? ¿Cómo puedo ayudarla?

—Yo, sí, ehm.— Señaló el peluche chibi en el aparador de la tienda, el hombre acomodó sus lentes y la invitó a ingresar al local. Ya dentro, revisó que la mercancía esté en buen estado y se lo entregó en manos a nuestra heroína.

—¡Muchas gracias! ¿Cuánto es?— Uraraka veía con mucha ternura el peluche tan redondo y cómico del héroe N° 3.

—Para usted, nada, no podría cobrarle.— El hombre se alejó hasta la caja registradora y del mueble extrajo un muñeco del mismo diseño que el de Bakugo, sólo que... —Éste está agotado, guardé uno por si las moscas, cosa de comerciantes.— Nuevamente le entregó un peluche en manos a Ochako, al ver el color verde predominante en el peluche y las pecas, no pudo evitar aceptarlo, ¡Era muy adorable!

—¡Se lo agradezco mucho, señor!— Uraraka se despidió de su "héroe" con ambos peluches en mano y volvió a su zona de patrullaje, deseó que esa noche de trabajo terminase pronto.

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El héroe N°3. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏDär berättelser lever. Upptäck nu