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—¿Tienes algún botiquín? Me queda veinticinco de vida

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—¿Tienes algún botiquín? Me queda veinticinco de vida.— Exclamó con fastidio cierto pelirrojo. —Siguiendo con el tema, ¿De verdad la invitaste a entrenar? Romeo te dicen. — Soltó una risita burlona, de inmediato usó su habilidad de endurecimiento en el área de su cabeza, y... Katsuki le dio un golpe en esa zona, justo como esperó. 

—Cuida tus palabras si quieres conservar tu cabeza en su lugar.— El rubio no despegó su vista de la televisión ni un momento, quizás si volteaba a ver al otro, le darían ganas de explotarlo con más ganas.

—¡Hey! Necesito medicamentos, no granadas, bah. ¡Espera, espera, no te alejes tanto!— En algún momento, Kirishima se preguntó a sí mismo cómo le hacía Katsuki para trabajar en equipo en la vida real, es decir... si en los videojuegos es increíblemente pésimo para eso.

—Joder, que inútil, mueve el puto culo y escóndete tras la barrincada antes de que te metan el plomo por todos lados.— Masculló el rubio, negando con la cabeza.

—¿Te gusta verdad?— En un intento por adentrarse más en el tema y así lograr ayudar a su amigo, Kirishima hizo una pregunta un poco... directa.

—¡NO!— Bakugou volteó a ver a Kirishima, y luego a la pantalla, y nuevamente a Kirishima. —¡Claro que no, imbécil!— Gruñó, de por sí ya estaba alterado por las bajas kill en el juego como para que el otro empeore su estado de ánimo.

—Okay, okay, pero no explotes el sofá... otra vez.— Fue la última broma antes de que por sorpresa, el control del videojuego impacto contra su cabeza. —¡Ouch!— Se quejó el pelirrojo, en su mente no dejaba descartado aquel pensamiento. <<Si que le gusta.>>

Justo antes de recibir otro atentado por morir en el juego, el timbre de la puerta sonó.

—¿El timbre acaba de sonar?— Eso es extraño, rara vez habían visitas en esa casa que no sean de Kirishima, Katsuki rogó en sus adentros que no se tratase de sus padres, fue a verificar, y al abrir la puerta, comenzó a pensar que una visita de sus padres hubiese sido mejor. —¿Ah...?

—¿Quién es?— Preguntó Kirishima, poniendo en pausa el juego y volteando a ver hacia la puerta. —Oh.

—¡Buenas tardes, Bakugou-kun!— Esa voz tan chillona.

—Con permisooo.— Esa osadía.

—Wow, quien diría que Bakugo tendría buen gusto, tu casa es genial!— Y esos rostros que hacía años no veía.

—Wow, quien diría que Bakugo tendría buen gusto, tu casa es genial!— Y esos rostros que hacía años no veía

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El héroe N°3. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏWhere stories live. Discover now