Órgano Vital

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Escucho gritos lejanos, no les presto atención, entre la neblina aparece una nueva mujer, otra alumna. Ella corre hacia mi con claras intenciones de dañarme. Corro hacia ella cuchillo en mano y le atravieso el pecho con facilidad, que fácil es matar en sueños. Una idea aterradora cruza por mi cabeza, ¿y sí realmente no estaba soñando? Miro el nuevo cadáver y sonrío, había muerto demasiado fácil, todo es un sueño. Escucho pasos atrás mío y me volteo, otra alumna corre hacia mi, de un solo golpe le abro el cuello. Muere y cae al piso. Que fácil es asesinar en sueños. A lo lejos vislumbro al policía, está quieto y en su cara hay una expresión de horror, sus ojos abiertos de par en par miran fijamente hacia mi. Camino hacia él lentamente, con una gran determinación, impulsada por una idea que retumba en mi cabeza, debo matar al policía. Con cada paso que doy un nuevo cuerpo aparece junto a mi, envuelto en humo negro, cada paso hace aparecer a una alumna, sangrienta y tétrica. Cada alumna que aparece intenta dañarme, algunas lo logran, pero mi cuchillo es más rápido, ellas mueren, yo avanzo. Poco a poco me abro paso hacia él policía, quién petrificado observa acercarse su fin. Con cada paso que doy una nueva alumna muere, cada paso una muerte, cada paso una mancha de sangre, cada paso una sonrisa en mi rostro. Llego donde él policía después de un tiempo incierto, las horas y segundos se confundían en mi cabeza, parecía que él tiempo no avanzaba y a la vez parecía que avanzaba muy rápido. Miro al hombre parada a unos pocos centímetros de él, en su cara ahora hay pánico, pero no se mueve, sigue inmóvil. Lo observo de pies a cabeza. Una idea pasa por mi cabeza, rápida y fugaz, pero logra dejarme intrigada. ¿cómo luce un corazón humano?. Sonrío de oreja a oreja, debía descubrir la respuesta. Lentamente dibujo un cuadrado en el pecho del policía, justo ebanistas la zona donde debía estar él corazón. Con él cuchillo abro tela y luego piel. Dibujo un cuadrado perfecto en el pecho del oficial y luego con manos experta retiro la piel como sí fuera tan solo la tapa de una caja. Parte de un hueso queda visible ante mi y corta mi camino hacia él corazón, debo romper las costillas para llegar hasta él preciado órgano. Con fuerza entierro él cuchillo una y otra vez en él hueso, poco a poco voy astillandolo. Rompo la costilla sin piedad, siento la necesidad de ver un corazón, de sentirlo en mis manos. Después de muchas apuñaladas la costilla queda hecha añicos y ya no representa un estorbo. Veo con ansias el órgano vital, inmóvil cómo su portador. Arranco con fuerza él corazón del pecho del policía, haciendo que este caiga al piso expulsado un gran grito de dolor y agonía. Admiro atentamente él fruto de mi trabajo, él corazón reposa en mi mano. Es más grande que ni puño, está tibio y mojado con sangre, pero al contemplarlo me resulta hermoso. Lo acerco a mi boca, siento ganas de darle un mordisco, probar su sabor y llenar mi cuerpo con la vida de alguien más. Mientras lo acerco el olor a sangre me hace agua la boca,no puedo resistirlo. Lo pruebo con los labios, siento su sabor a óxido y muerte. Siento de repente una brusca sacudida y un golpe en la cabeza, una explosión de luz me ciega haciéndome cerrar los ojos. Abro los ojos con él corazón latiendo de prisa. Sólo logro ver que estoy en el piso, a mi alrededor hay silencio. Las alumnas del casino están en él piso también, cubiertas de rojo escarlata. Me siento lentamente y miro a mi alrededor, todo está inmóvil y cubierto de sangre. Siento un peso húmedo en mi mano. Casi con indiferencia observo el corazón que sujeto firmemente. Me quedó ahí sentada y sonriendo, rodeada de un montón de cadáveres, con un corazón aún fresco en la mano.

Sueño, Muerte, SangreWhere stories live. Discover now