19 (I PARTE)

827 68 3
                                    


Märco

Sonreía mirando el líquido ambarino que tenía mi vaso. La reminiscencia del ultimo sorbo quemaba todavía en parte de mi garganta.

Que deliciosa sensación.

¿A qué vaso correspondería esta? ¿el quinto o el sexto? La botella yacía casi vacía a mis pies. Peter enloquecería al no encontrar su preciada botella "Macallan 1926 Fine&Rare".

Sonreí, Peter siempre enloquecía con cada cosa que hacía y a él no le parecía bien. Esta vez no sería la novedad.

Un conjunto de pasos apresurados se oía en el exterior del auto. Comenzaba el movimiento matutino de los integrantes del clan. Casi podía visualizar a nuestros hombres, comenzar con sus tareas matutinas, después de haberse alimentado.

—¿Märco? —preguntaron mi nombre varias veces de manera insistente. —¿Estás aquí?

Bajé con cuidado el vidrio del auto. El rostro de Darius apareció en mi campo de visión.

—¿Estas listo? —preguntó y sabía que se refería a que si volví a alimentarme de Thara. Asentí—Ya veo, mi señor. Pero, más importante que eso, ¿Qué demonios haces ebrio a las seis de la mañana?

Ah, no había pegado ojo en toda la noche.

—Mi esposa va a abandonarme —escupí con amargura y resignación. —¿Puedes creerlo? ¡Yo, el gran señor del clan, abandonado y divorciado!

Darius giró su cabeza para ver a nuestro alrededor si alguien husmeaba. Mi estado debía ser deplorable.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Ya no importa—dije con desdén. Lo miré en silencio darles ordenes al chofer y un par de agentes de seguridad que nos seguirían hasta el aeropuerto. —Otra persona a la que obligo a estar conmigo y me deja casi huyendo de mi lado. Ya ni duele. Casi.

Darius suspiró y puso sus ojos en blanco.

—¿Te dijo por qué te abandonaba?

Lo miré durante un largo minuto, el que demoró en abrir la puerta y sentarse a mi lado. Él se removió incómodo.

—¿Me has dicho por qué no puedes ser mi amigo? —rebatí encogiendo mis hombros con desdén. El asunto de Thara me había dado vía libre para tratar otro tema peliagudo. —¿Serás capaz algún día de decirme el verdadero motivo por el que no me eres completamente leal?

Silencio. Otorgador y sentenciante silencio.

—Sabes, durante décadas pensé que yo era el del problema —continué sin importarme su expresión. — Que si era muy malo o que simplemente me hallabas insoportable. Pero...

—¿Märco, que dices? ¿Qué has estado imaginando...?

—No sigas por ahí, "amigo" —sonreí bebiéndome de un solo trago el contenido del vaso de cristal y arrojándolo al piso del auto. Quizá y las gotas salpicaron mi pantalón. Ese que tan pulcramente había elegido hacia un par de horas atrás —¿Qué tan alto es tu sueldo como guardián? ¿Cuánto honor has llevado a tu familia por el simple hecho de ser el perro guardián del gran señor del clan Sneider?

—Estas ofendiéndome.

—Tendría que preguntarle a Livet —balbuceé con la lengua adormecida. — Ella si me diría la verdad sobre porque te comportas tan dócil conmigo, pero no eres leal a mi. ¿Qué me hiciste? ¿Qué oscuro secreto guardas?

Darius carraspeo en lugar de contestarme. Creí que lo haría porque sus labios se abrieron, pero no. No tuvo el coraje de responder a mi pregunta.

HIELO [en tu mirar]Where stories live. Discover now