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-¡Pero tú nos dijiste que si los encontrábamos nos dejarías tomar venganza y nos harías ricos!

Buster grito. Gulf entonces miró a Buster con algo de pena.

-Espera, ¿Es eso cierto?

Gulf le pregunta a la mujer. Buster también se sorprende por la pregunta de Gulf.

-Oye, hace rato te iba a matar...

-Lo ibas a hacer por algo realmente importante para ti. Escucha. Deja que estos humanoides se vayan. Ellos sólo quieren vivir.

-¡Ja! Muy tarde.

La chica toca unos iconos en su reloj inteligente que hacen explotar las cabezas de los humanoides con un sobre calentamiento en sus cabezas. Gulf ve en cámara lenta como todos explotan.

-¡Buster, no!

Gulf grita al ver que Buster le da una mirada de tristeza y susurra una frase que no logra terminar pero que es tan clara como el agua: "No dejes que él te engañe". Entonces su piel brilla en anaranjado por el sobre calentamiento hasta que al fin su cabeza explota.

Hay mucha sangre negra por todo el piso y en el rostro de Gulf quién mira con tristeza a todos los androides.

El sr. M se levanta para caminar hacia Gulf tratando de tranquilizarlo pero Gulf retrocede con mucho miedo. Sus ojos cristalinos.

-Gulf, no lo entiendo. ¿Qué pasa?

-S--Solamente lo protegí porque tenía miedo a que nos matarán, señor. Pero realmente le tengo miedo. Me dijeron que usted los tiró a la basura. ¡Como si fuesen nada! ¡Los tiro!

Gulf increíblemente suelta lágrimas. El sr. M ve lo asustado que está su humanoide y no puede evitar sentir pena. Va a tomarlo de los cachetes por instinto cuando su hermana habla:

-¿Hasta logra imitar el funcionamiento de llorar? Hermano, es un robot. ¿Le haces caso a eso? Has caído demasiado bajo.

Gulf sigue llorando, sollozando. Gulf sólo lloraba durante las actividades sexuales porque ese era su mandato. Pero ahora... Podía hasta llorar cuando no le gustaba algo o tenía "miedo".

El sr. M retiró sus manos al escuchar las frías palabras de su hermana. Aún así se dio la vuelta para verla con odio.

-¿Lo ves? Ellos cobran emociones. Son casi humanos.

-Baja la voz... O te van a escuchar.

-Cierto. Me escucharán... ¡Es perfecto! ¿Cómo no lo pensé antes?

El sr. M se trepa en una mesa cerca de la barra del bar para que todos lo vean.

-Aquí va.- La hermana mayor se cruza de brazos para ver el espectáculo. Gulf sólo se le queda viendo con odio a pesar de que sus cejas le dan un parentesco de odio.

-¡TODOS! ¡LAS MÁQUINAS DE WENDY SUPPASIT, MI HERMANA MAYOR, SON HUMANAS! ¡ASÍ ES! ¡ELLAS PUEDEN SENTIR, PUEDEN ACTUAR COMO HUMANOS, Y PUEDEN LLORAR!

Todas las personas murmuran entre sí.

-¡Y SE LOS MOSTRARÉ!

El sr. M grita para ofrecerle a Gulf su mano aunque están demasiado lejos del uno al otro. Las personas comienzan a desesperarse al no ver al androide aparecer. El sr. M mira a su lado sin dejar esa sonrisa cuadrada.

-Gulf. Ven aquí.

El sr. Mew rechina entre dientes. Gulf sólo camina cabizbajo.

-Sí. Eso es...

El sr. M deja de hablar al ver que Gulf posa al lado de Wendy. Todos lo ven. Todos se comienzan a reír con burlas. Wendy le sonríe a su hermano con mucho sarcasmo.

-¿Terminaste?- Ella le dice al sr. M. -Ahora ven conmigo.

Wendy acaricia el cabello de Gulf quién sigue cabizbajo sin decir ni una palabra. Ella lo toma de la mano para llevárselo con ella. El sr. M suspira con frustración brincando de la mesa pero uno de sus pies resbala y cae piernas arriba.

En el suelo con los ojos cerrados, alza su mano.

Es ahí cuando abre los ojos, realizando que Gulf ya no estaba a su lado sino que se había ido adelante con esa bruja. Por lo tanto debía levantarse por su cuenta.

-Ah. Cierto...

El sr. M se dice para levantarse solo e seguir a los chicos.

Él se detuvo frente a la limosina de la estafadora de su hermana. Espero a que se le abriese la puerta. Miró a los lados al ver que nadie le abría la puerta.

-Ah no. Esto ya lo hacía yo solito.

El sr. M recordó, abriendo la puerta por si solo para sentarse en el interior. Gulf estaba abrazándose las rodillas frente a él ocultando su rostro en su único brazo. Wendy estaba a su lado acariciando su cabello.

-Cierto. ¿Dónde está su otro brazo? Hace poco él lo sostenía.

-Le daremos otro en mi apartamento. De paso ve despidiéndote de tu vida. Haz las pases con Dios por si no quieres ir al infierno.

Wendy le dice. El sr. M sonríe sarcástico.

-Qué lindo de tu parte.

-Gracias.

-Era sarcasmo.

-¿Crees que no lo sé?

El sr. M desvía la mirada con un bufido... Pero termina posando su mirada en Gulf quién sigue en esa posición... Triste.

El sr. M alza las cejas mientras abulta un cachete con su lengua como si tratase duro de no llorar.

Mi Pequeño Robot| MewGulf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora