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—¡POR FAVOR! ¡NO MÁS! ¡EL QUE CREO ESA MARCA DE ANDROIDES NO ESTÁ AQUÍ! ¡ESTÁ EN UN LABORATORIO! ¡TE DIRÉ TODO SÓLO SALVAME!

El hombre suplica.

Después de recibir la información, el sr. M sigue con su actuación a pesar de que sigue muy herido. Gulf ha escondido su pistola en uno de sus bolsillos por lo que camina al lado del sr. M.

Al el sr. M estar inclinado luce mucho más bajito que Gulf. Gulf sonríe con sus labios aunque la máscara de polvo no lo demuestre.

—Sr. M.

—¿Mm?

Gulf se pone en su camino para inclinarse viéndolo a los ojos. Entonces le toma de las manos.

—¿Es así cómo usted estará cuando llegue a esta etapa?

Gulf pregunta.

—¡Tonterías! ¡Tal vez me vea hasta mejor!

El sr. M gruñe.

—Usted se ve muy bonito así, señor.

Gulf se baja la máscara de polvo para frotar su nariz con la del sr. M con sus ojitos cerraditos y una sonrisa de labios. El sr. M cierra sus ojos durante el tierno acto.

—No importa cuánto usted envejezca siempre lo veré hermoso, señor. Espero usted no se cansé de mí para esa entonces señor. Sé que los humanos se cansan muy rápido de sus ruti...

—Yo jamás me podría cansar de ti, Gu. Lo tengo muy en claro.

Ahora el sr. M frota su nariz con la de Gulf. Gulf cierra los ojos durante el acto con un par de risitas. Gulf se reincorpora volviendo a ponerse la máscara en su rostro para bajar las escaleras con el sr. M.

Fueron en taxi hacia la unidad científica de la cuál el anciano les habló. Gulf pago el taxi para entonces bajarse al destino junto al sr. M quién ya se quitó la peluca junto al maquillaje que le daba las facciones de anciano con la almohada que hacía su espalda lucir jorobada.

Se adentraron al lugar viendo como muchas personas montaban piezas mecánicas en cuerpos de animales mecánicos. La clínica era grande pero Gulf pudo saber cuál era su objetivo al ver el científico en jefe dándole órdenes a los que montaban piezas detrás de esas mesas ocupadas por cuerpos de animales ficticios.

Gulf suspiró poniéndose unos lentes, peinándose el cabello hacia atrás con ambas manos mientras mantenía su boquita entreabierta. Se dio la vuelta para que el sr. M lo viese a la cara.

—¿Me veo como una persona atroz pero amable?

—Exactamente eso.

Gulf le guiña un ojo para entonces ir en dirección al científico líder. El científico líder era árabe con una grande barba.

—¿Speak English?— El árabe pregunta. Gulf ríe carismático.

Cela me sous-estime. Soyez français, ne vous inquiétez pas. (Me subestima. Sé Francés, no se preocupe.)

Gulf dice. El árabe se disculpa para entonces preguntarle por qué ha venido. Gulf vuelve a reír para entonces azotar su pie izquierdo contra la mesa vacía a su lado causando que la mayoría de los empleados pegue un brinco por el estruendo. El árabe es consciente de ello pues se asusta. Gulf se sube el bajo de su pantalón para revelar el número en su tobillo.

Je veux confirmer si c'est vous qui m'avez créé. (Quiero confirmar si eres quién me ha creado.)

Gulf le informa con una mirada algo mortal. El árabe traga fuerte con mucho miedo.

—Yo...— Él comenzó pero pega a correr.

—Típico error de novato.— El sr. M dice en un susurro.

Gulf ilumina sus propios ojos en su azul humanoide para pegar un brinco que vuela por todo el lugar hasta caer en el hombre árabe, acostando al mencionado en el suelo entre sus piernas.

Gulf ladea la cabeza sin quitarle la vista de encima.

—Tu huida acaba de confirmar que sí eres él.— Gulf activa en su sistema la habilidad de que su cuerpo de metal se vuelva más pesado de lo normal. Gulf coloca su rodilla en el abdomen del árabe rompiéndole unos cuantos huesos que lo hacen gritar con mucho dolor.

—Soy yo... ¡Soy yo!

El hombre grita.

—¿Qué ganan ustedes con saber de los humanoides en Tailandia?

—Wendy Suppasit... Es nuestra competencia. ¡Sus máquinas están por todas partes del mundo! Pero los franceses somos orgullosos... ¡Argh! Queremos lanzar nuestras propias... ¡DUELE! Máquinas... Y para eso mandamos un montón de las nuestras para investigar y tomar ideas... Queremos hacer que las personas que perdieron sus amados puedan obtenerlos de nuevo pero obviamente ellos serían máquinas.

El árabe dice. Gulf siente pena por lo que ha dicho así que deja de aplastar sus huesos con su rodilla.

—Su idea es... Maravillosa.— Gulf dice. El sr. M lo está mirando con una sonrisa pequeña ya que sabe que Gulf le tiene pena al señor. —¿No es porque estaban buscando guerra?

—¡No! Sólo queremos ideas. ¡Ideas!

El árabe informa. Sigue en el suelo ya que sus huesos están rotos.

—En ese caso,— Gulf mira al sr. M. —usted podría obtener a mi señor. Él hace todo tipo de inventos en sus bocetos. Él crea prototipos de máquinas.

—Gulf...— El sr. M llama sorprendido. El árabe mira al sr. M quién sonríe tímido, saludándolo con una mano y disculpándose por los huesos rotos del árabe.

El árabe lo saluda con la mano también.

El anciano de cabellera negra y ojos azules se encuentra en el hospital con su entrepierna vendada en forma de un calzón. Él llama en su teléfono al número de Wendy.

—Seguí tu plan pero el humanoide de tu hermano me disparo en la maldita entrepierna.

El anciano le informa a Wendy.

Mi Pequeño Robot| MewGulf Where stories live. Discover now