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El sr. M muerde su labio inferior para no gritar. Hay una larga cortada superficial en su abdomen. El sólo mover su abdomen le duele.

-¿Y si corto...?- Gulf acaricia la aureola en uno de los pectorales de su señor con el pedazo del filo. Él mueve el pedazo en círculos para que la punta de la aureola dance con el.

-No... Mejor ahí no.

Gulf dice divertido viendo a su señor asustado. Entonces desliza todo el cuchillo a su ombligo. Se detiene cerca de su ombligo pero sólo hace otra cortada que agita la paciencia de su señor haciéndolo reír.

-¿Le duele?

-Nada del otro mundo.

El sr. M responde con algo de dolor. Él suspira quitándole el pedazo a Gulf.

-¡Si vas a cortarme, hazlo así!

Mew corta con profundidad una de sus palmas para mostrarle su palma ensangrentada.

-Ya. Entonces hazte una cortada en el cachete.

-¿Qué?

-¿No puedes?

-S--Sí puedo.

El sr. M se apunta el cachete con mucho más miedo. Antes de que pueda hacerlo, Gulf le aparta el pedazo de vidrio.

-Cambié de opinión. Quiero que me dejes arriba.

-¿Arriba?

Gulf se levanta de la silla tirándola al suelo para sentarse en el regazo del señor quien gruñe un poco por las heridas. Gulf le besa el cuello mientras que abre su pantalón con una mano.

-Gulf, sólo tienes un brazo... ¿Cómo vas a...?

El sr. M abrió la boca en grande cuando Gulf usa su mano con él. Gulf observa con una sonrisa la reacción de su señor. Como su boca se agranda o se achica con cada gemido. Como sus ojos permanecen cerrados. Como a veces se mordía el labio inferior.

Gulf rió un poco mientras aumentaba la velocidad de su mano. El chapoteo era la música sonora de la habitación acompañado por los vocales que eran los gemidos. Estos bajaban o subían con el ritmo de la música. Al final de la música, los ritmos se quedaron en el mismo tono suave pero desesperados hasta que la música sonora terminó y los vocales se hicieron uno con una duración más larga a la música.

Ahora el sr. M tenía la respiración agitada.

-Ahora voy yo, señor.

Gulf se abrió el pantalón. El sr. M lo ayudó con lo otro.

Gulf se sostuvo de su hombro para entonces dejar caer su parte baja en el regazo expuesto de su señor con un leve jadeo. Las embestidas comenzaron y ambos gemían entre sus besos apasionados. Gulf sobre todo no dejaba de gemir en alto. El sr. M beso su cuello con mucha pasión e incluso... Algo de... ¿Ternura? Su tacto era diferente. Era suave.

Sus manos se deslizaban suavemente por la espalda de Gulf aunque rasguño un poco por las movidas de su humanoide claro. Hizo unos rasguños que le dieron a Gulf la apariencia de alas sólo que sangraban en negro.

Volvieron a estar acostados cerca del uno al otro. Gulf ya estaba en su modo apagado pero usaba el brazo del sr. M como almohada. El sr. M no dejaba de admirar su rostro. Esos labios pequeños abultados... Esos ojos entrecerrados naturalmente pequeños. Esa nariz cuyo tronco deja caer una base tan aplanadita que se ve muy tierna y ese cabello negro cuyos flequillos caían sobre sus párpados como cascada.

Era el chico perfecto. Obviamente para eso fue diseñado. El sr. M iba a acariciar uno de sus cachetes finalmente pero su mano se hizo un puño cuando su hermana llamó a la puerta.

-¡NO ESTOY!

El sr. M gritó.

-Hay que hablar de algo importante. Es sobre tu humanoide.

-Esta maldita estúpida... La voy a matar.

El sr. M se levanta de la cama para ponerse los pantalones de nuevo y abrir la puerta.

-¿Qué quieres, Hitler?

-Gulf es una máquina fraude.

-Ah, genial. Encerio. ¿Te quedaste corta de ideas malvadas para destruir mi relación con mi humanoide?

-¡El gobierno de Francia envió a su propio muñeco soplón para estar al pendiente de nuestra compañía de robots! Lo hace pasar por un muñeco prostituto con las funcionalidades de uno pero en realidad,- Wendy entra a la habitación para poner a Gulf boca abajo, tocando su nuca con dos dedos.

-Su número de máquina esta en uno de sus tobillos.

El sr. M le dice. Ella alza la sábana de sus pies para mirar el número en su tobillo mientras sostiene su tableta.

-¿Por qué revisas eso?- El sr. M pregunta. Ella lo mira agitada para mostrarle la pantalla de la tableta.

-Coincide con el número de los humanoides infiltrados.

-Eres la "creadora" entre comillas y ¿Ni siquiera sabías eso?

-Me tomé el tiempo para inspeccionar las máquinas lanzadas y recién lo note. Yo no hago ese juego de números.

-Claro. No eres muy inteligente como para escribir "2020" completo.

-¡Eres un...!

-Gulf nunca le avisa nada al gobierno de Francia. ¿Cómo...?

-Bueno. Al parecer al principio no lo hacen pero recibí llamadas de hombres y mujeres presentando quejas porque sus "prostitutos o prostitutas" llamaban al gobierno de Francés para contarles todo. Así que...

-El gobierno de Francia los sabotea cuando pueden para que ellos les avisen...

-Exacto.

El sr. M mira preocupado a Gulf. Quién sigue en su modo apagado.

Mi Pequeño Robot| MewGulf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora