Capítulo № 1

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El bello y hermoso San Valentín, la famosa festividad que desde que somos pequeños nos dicen está dedicada al amor y a la amistad, y que nos recuerdan, es el único día del año que los seres humanos seleccionamos para demostrar cuanto es que podemos llegar a amar.

Se han dicho muchas cosas sobre este día, desde que es una "ocasión especial", la fecha predispuesta y predilecta para celebrar el inmenso amor que muchos de nosotros guardamos dentro de nuestro corazón, hasta que se trata de un momento incomparable, de algo tan mágico que es merecedor de ser celebrado con un par de tarjetas, dulces y regalos. Algo casi inimaginable. Hay tantos conceptos y tantas definiciones que con el tiempo nos han dado sobre ella, que la idea se convierte en algo infinito, en una larga línea de posibilidades magistrales que abren las puertas para vivir un buen romance.

Porque de eso se trata de este día, de la oportunidad de amar al otro sin sentirte juzgado.

Cuando llega el mes de febrero y San Valentín se deslumbra con él, es cuando somos testigos de ello, de lo importante que puede ser este día para mucho de nosotros. Porque todo lo que trae esta fecha consigo es, en la mayoría de los casos, un evento bueno. Para algunos es igual a una oportunidad, para otros es una piadosa excusa para volver todo su romance en una historia de amor especial. Pues, cuando se trata del lado amable, este fatídico día es alucinante. Es justo el momento oportuno para que los amantes se conviertan otra vez en eternos enamorados, y es, a su vez, la ocasión ideal para que los solitarios enamorados aprovechen la valentía dentro de su corazón para poder confesarse a quienes tanto han esperado.

San Valentín lo es todo, una flecha de cupido, un dulce chocolate y el ramo de rosas que regalaste.

Pero también este día dedicado al amor puede ser un desastre.

Porque así como el catorce de febrero nos puede ofrecer un bello campo de rosas y delicadas mariposas, nos puede mostrar algo distinto. Quizás, nos enseña un lado de diferente. Uno que sea más realista y deprimente, como un vacío y sucio campo de guerra. Ese tipo campo de batalla que se convierte en tristes escombros cuando la bomba del rechazo cae directamente sobre su objetivo, la base secreta de nuestro corazón que está preparándose para entregar sus tierras a quien sea que se encuentre del otro lado de la fría trinchera.

San Valentín es felicidad, pero también rechazo, tristeza y soledad.

Es un recuerdo dulce y también amargo, la desgracia de los soldados solitarios que luchan por no ser condenados al rechazo.

Pero sea cual sea la verdadera razón de este día, aun si era difícil determinar un destino definitivo, Taehyung tenía planeado arriesgarse. Él iba a hacerlo, tomaría toda la valentía dentro de su pecho para salir a confesarse. Porque estaba listo. Definitivamente ya estaba listo.

Después de tanto, él iba a confesarse.

Todo lo que sentía finalmente lo entregaría en la carta de confesión que enviaría a Min YoonGi, el chico que desde hace mucho tiempo vivía en su corazón.

Con el pensamiento de un sobre y una hoja de papel decorada con un poco de brillantina roja, pequeños dibujos de tontos corazones y una valiosa propuesta que estaba escrita a la par de todos sus sentimientos, ese mismo catorce de febrero Kim Taehyung se levantaría temprano por la mañana para ir a entregar lo que en su interior tanto sentía. Aun si sus piernas y su cuerpo entero estuvieran temblando como una gelatina, se arreglaría de la forma más bonita que podía, se pondría su uniforme y luego guardaría todo lo que necesitaba para ese día dentro de su mochila. Se miraría después al espejo, y por último, justo antes de irse, se acercaría a las puertas abiertas de su armario para cerrarlo, asegurándose que todo lo que estuviera allí permaneciera a salvo.

El Día Después de San Valentín |YoonTae| (Corrigiendo)Where stories live. Discover now