Baekhyun y Chanyeol se conocieron cuando sus padres se casaron. Desde ese momento, ambos se adentraron a una relación tóxica donde se lastiman mutuamente, rompiendo y reuniéndose de nuevo, discutiendo y durmiendo juntos, pero las cosas comienzan a c...
Al principio fue duro, brusco, áspero. Toda la molestia estaba en la forma en que Chanyeol sostenía el rostro de Baekhyun con su mano y en cómo sus labios se movían.
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Baekhyun mordió su labio fuertemente con el fin de alejarlo, sin embargo, el otro solo dio un respingo y luego, el sabor a sangre inundó su lengua, pero poco después, fue tomando calma y el cosquilleo en el estómago del más bajo volvió. Como siempre cada vez que Chanyeol lo besaba. Sus labios se tornaron suaves, dulces y cálidos. Tal como a Baekhyun le gustaban, pero ya no podía aceptarlo. Entonces se alejó lentamente.
-Baekhyun...- susurró el pelirrojo acunando su rostro con ambas manos- Por favor, no te vayas- pidió, abrazándolo por la cintura mientras apoyaba su cabeza en el hombro de este.
Él se contrajo. Sentía miedo, sentía culpa. No podía dañar a ninguno. Chanyeol lo era todo para él, pero no podía estar toda la vida con su corazón abierto solo para él. Entonces tomó sus brazos, quitándolos de alrededor de su cuerpo.
-Tengo qué. Déjame ir- pidió, empujándolo.
-Oye- llamó, resistiéndose a soltarlo.
-Él me está esperando, déjame- chilló, tratando de zafarse.
-No, no puedes irte.
Baekhyun se giró y le propinó un puñetazo en la mejilla, tropezando torpemente y cayendo sobre la cama.
Largos días de verano. Orgullo y celos. Siempre habían sido arrogantes e inmaduros. Su supuesta adolescencia había sido un fracaso. Estaba enterrada en medio de sus pequeños juegos tontos y bromas sobre sus sentimientos hacia el otro. Baekhyun pudo sentir como ese capítulo de su vida se cerraba. Chanyeol podía sentirlo también. Este se colocó sobre el chico, con su mano en el cuello de él, mirándolo enfurecido.
-¿Quieres parar? ¿"No es normal"?- inquirió.
-Hyung...- soltó como pudo, con sus ojos llenos de lágrimas.
-¿Por qué no me dices nada? Tomas las decisiones por tu cuenta y sacas tus propias conclusiones... ¿Luego me obligas a aceptarlas?- preguntó nuevamente, quitando su mano del cuello del otro, permitiéndole respirar- Si esto está mal como dices... entonces, ¿Podríamos... solo estar mal?
Los ojos cristalizados de Baekhyun lo miraban suplicante.
-Quítate de encima.
-¡¿Cómo se supone que lo hagamos bien ahora si estaba mal desde el principio?!- gritó, fuera de sus cabales.
Chanyeol estaba poniendo esa expresión, y sonaba más triste que nunca antes.
-¿Te hizo enojar... el que yo estuviera con él y te haya mentido a ti?- preguntó Baekhyun- ¿Por qué? ¿Qué derecho tienes para sentirte de esa forma? No lamento lo que sea que te haya hecho, hyung.
El pelirrojo rechinó sus dientes sin moverse un centímetro de encima.
-No me llames "hyung".
-Aléjate de mí- le pidió, empujando sus brazos débilmente.
-Baekhyun, ¿puedes ser honesto por una vez?
Lo miró temeroso.
Las primeras palabras estaban por salir de su boca.
"Te amo"
"Sé que me amas también"
Era difícil respirar. Chanyeol se alejó, dejando que se sentara sobre el colchón.
-Tienes razón. Lo que dije sobre nuestros padres volviendo a estar juntos fue solo una excusa- dijo- Me preguntaste si él me gustaba... sí, en serio me gusta- confesó, observando el rostro adolorido frente a él- No te amo. Así que no quiero continuar con este tipo de relación. Es todo. Estoy cansado de ello.
Mintió. Mintió mil veces más.
Sus labios se movieron como si no fueran los suyos. Vio los ojos cristalizados de Chanyeol y quiso retroceder. Él no dijo nada. Quizás asimilando todo lo que había oído. Baekhyun se sentía idiota. Nunca le había dicho siquiera que lo amaba, pero ahí estaba, diciéndole que no lo hacía.
-N-No es cierto- dijo el pelirrojo, agachando su cabeza, apoyándola contra el hombro del chico.
-Nunca he sido tan honesto como lo estoy siendo ahora- juró.
Intentó ser lo más despreocupado posible. Esperaba que sonara tan real como quería que fuera. Una normal y amistosa relación no podría ser posible. De ninguna manera.
-Ese imbécil va a lastimarte al final- dijo.
-Está bien.
-¿Cómo que está bien?
-Hyung, nunca tuve miedo de romper con alguien además de ti- confesó- Tú fuiste el único por quien me sentí de esa forma... no quería perderte y estaba asustado de salir herido. Pero las personas van y vienen todo el tiempo, así es como son las cosas.
Chanyeol lo miró a los ojos, abalanzándose de repente a su cuello, besando insaciablemente la zona. El pelinegro intentó zafarse de sus besos, de su agarre. En un momento, el otro se detuvo, hablándole amenazadoramente en el oído.
-Ve y hazlo, si eso es lo que quieres- le dijo- pero si lo haces, ni siquiera pienses en volver a verme.
Baekhyun lo empujó, levantándose de la cama y acomodando su camisa. Sin darse cuenta de la marca de sangre en su cuello debido al labio lastimado del otro. Tomó su abrigo dispuesto a salir, pero Chanyeol habló, de espaldas a él sobre la cama.
-Si lo abandono todo... si lo echo todo muy lejos... ¿Tú crees que podamos empezar de nuevo? ¿Normalmente?
-Estaba mal desde el comienzo, no hay forma de volver. Sería lo mismo hasta el final- dijo- Tú sabes que pasaría otra vez. Es más doloroso porque ambos sabemos que no podemos tenerlo. Esa es la razón por la cual dejamos todo tan ambiguo los últimos diez años, pero ahora... quiero parar. Ya no quiero seguir haciendo esto- confesó- No quiero seguir haciendo más sacrificios. No quiero perder a mi mamá... y estoy cansado de preocuparme de lo que podría pensar la gente cuando estamos juntos- suspiró, notando la mirada fija de Chanyeol sobre él- Solo... yo solo... no te amo lo suficiente para lidiar con todo eso- soltó, caminando hacia la puerta.
Entonces salió, cerrando la puerta detrás de él. Fue descuidado, absurdo y patético. Los dos en esa habitación, discutiendo y peleando como niños otra vez. El corazón le latía a mil por hora. Si seguía un minuto más allí, sería capaz de volver y retirar lo dicho. Prometió no abandonarlo, pero era lo que estaba haciendo. Dejándolo solo ahí dentro, mientras él huía de todos esos sentimientos. Quería llorar. Su cabeza dolía, su pecho estaba oprimido y su estómago parecía estar clavado con agujas. El dolor era agudo, pero era un final apropiado para ellos dos.
