Una aventura congelada {MoShang}

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En las últimas semanas su señor había estado especialmente callado y especialmente malhumorado atendiendo algo de lo que Shang QingHua ni siquiera sabía al respecto, sin embargo este estaba demasiado ocupado intentando sobrellevar el frío como para haber notado el ajetreo poco común del Palacio de Hielo.

Desde que Shang QingHua y Mobei-jun llegaron a un mínimo entendimiento mutuo las paredes del palacio del Rey del Norte ya no parecían tan frías y desoladas. Bueno, las paredes sí, pero al menos la cómoda cama no. Esta estaba repleta de pieles calientes que a Shang QingHua le ayudaron a dormir plácidamente durante varias noches hasta que sostuvo una necesidad quizás demasiado humana.

Como seguidor de Mobei-jun y especialmente como su ...  eh... ¿secretario adjunto?.. Shang QingHua lo acompañaba donde quiera que fuese. Y desde que tomara oficialmente su posición como señor del Palacio no se habían movido demasiado de allí. Pero Shang QingHua necesitaba tomar un baño y no estaba dispuesto a hacerlo en medio del perenne invierno. Con todo ya no podía considerarse el señor del Pico An Ding, hacía mucho que había delegado esas tareas a otros más aptos. 

Ahora sólo se dedicaba a su encantadora vida de escritor, asegurándose esta vez de escribir las cosas que más le complacían, con tramas completas e intrincadas, sin tanto fanservice innecesario. 

—Mi Rey necesito hacer una petición.

Mobei-jun levantó los ojos de lo que quiera que estuviera haciendo en ese momento. Facciones duras, mirada gélida y penetrante, un aire arrogante sin comparación. Shang QingHua pensó que en ese preciso instante moriría, la mirada de su rey tenía siempre un aire duro e intimidante. 

—¿Qué es?

—Uhmm.. — jugueteó con sus dedos, dudando por un momento—. Mi Rey... Necesito dar una vuelta por un lugar más cálido. Tomar un baño es necesario. Me temo que el palacio de mi Rey no es... adecuado para esto.

Shang QingHua casi esperaba una respuesta negativa cuando Mobei-jun se quedó en silencio por más tiempo del necesario. Deliberaba una respuesta. Mobei-jun llamó a su segundo al mando, usualmente trabajaba "en equipo" con Shang QingHua para esas cosas que no necesitaba la acción directa de Mobei-jun. 

Desde que Luo Binghe no estaba interesado del todo en la política del Reino Demoníaco esta tarea recaía plenamente en él. A su vez Mobei-jun confiaba ciertas delegaciones a Shang QingHua quien era por demás eficiente y diligente en su labor.

—¿Está terminado?— preguntó Mobei-jun, con impaciencia.

—Se terminó ayer por la noche, señor.

Finalmente se puso en pie, se dirigió hacia el joven que lo miraba expectante.

—Sígueme.

Ambos caminaron en silencio absoluto, a través de los pasillos hasta una habitación en específico. Esto era nuevo, pensó Shang QingHua, nunca antes había visto esta habitación ni siquiera recordaba que hubiera sido parte del palacio. Como fuera Mobei-jun abrió la puerta de la habitación dando la bienvenida a un lugar quizás demasiado acogedor para ser real. 

Había un escritorio enorme, una cama que se veía bastante cómoda y muchos estantes con una cantidad incontable de libros. Sin embargo lo que logró llamar la atención del hermano avión fue la compuerta al fondo, no pudo evitar preguntarse internamente que era esa habitación secreta.

—¿Mi Rey ha construido esta habitación recientemente? Es un muy bien trabajo, como todo lo que se espera de Mi Rey.

Por un momento el demonio lo miró de soslayo y emitió un sonido gutural, claramente complacido. Mobei-jun sacó de entre sus solapas un juego de dos llaves imbuidas en energía demoníaca. Una se la entregó al joven cultivador mientras la otra la usó para abrir la misteriosa puerta, como si hubiera estado leyendo sus pensamientos.

Concubina Mu Y Otros Cuentos.Where stories live. Discover now