Personalidad Doble. BNHA

XLVI

Hubo un sonido de bala en seco que resonó por todo el lugar, el pequeño se cubrió sus oídos con ambas manos para evitar escuchar los chillidos de agonía de la pobre criatura, su cuerpo estaba hecho un manojo de nervios mientras se mantenía detrás del hombre que aún sostenía el arma entre sus manos. Cuando el niño posó la mirada al frente, su estómago se revolvió ante la imagen de una rata muerta producto del disparo; el hombre avanzó hacia la izquierda, dejó sobre una repisa el arma y tomo un cuchillo, de nuevo regreso hacia donde el niño y lo hizo avanzar al frente para acercarse a otra rata que se mantenía atada junto a la que acababa de morir.

El niño observaba con terror al pequeño animalito retorcerse desesperado por huir, su mente debatía en si desatarlo y regresarlo a su jaula o simplemente salir corriendo el. Salió de sus pensamientos cuando el hombre le llamo y le entrego en sus manos el cuchillo que había tomado.

—Izuku, ya sabes que hacer. —

El pequeño observó aterrorizado al hombre, luego de eso paso su mirada a sus manos detallando como temblaban mientras trataba de sostener el objeto, y con las palabras utilizadas por el hombre, sabía que le estaba ordenando matar al pequeño animal.

—N-no quiero...n-no puedo, no puedo hacerlo. —

No sabía que le daba más terror, si matar al animal o replicarle a aquel sujeto. No obstante, el hombre se mantuvo sereno y avanzó de nuevo hacia la despensa de la izquierda para buscar algo, por escasos segundos creyó que realmente no le importaba si cometía aquel acto o no, solo hasta que lo vio volver.

—Esta bien, si no quieres no lo hagas...—

El niño sonrió esperanzado de que realmente no lo forzaría a matar al animal, pero sus esperanzas se desvanecieron cuando el hombre habló una vez más.

—Si no quieres hacerlo, bien, no lo hagas, pero entonces ya sabes a lo que te atienes... —Tras decir eso le mostró un frasco de vidrio con un liquido verde dentro de este. —

El pequeño palideció y su miedo y pánico regresaban, en sus ojos se podían apreciar el inicio de pequeñas lágrimas y se retracto cuánto antes. Soltó el cuchillo y se acercó a aquel hombre para jalar de sus ropas en llanto y desesperación.

—¡No, lo que sea menos eso. Voy a hacerte caso, te lo juro, pero por favor eso no! —

Bruscamente aparto al niño de el casi de un empujón, haciendo tambalear levemente al pequeño.

—Ya deja de llorar y mata a esa cosa de una buena vez. —Respondió con frialdad. —

El pequeño se separó del hombre y con miedo tomo de nuevo el cuchillo que había tirado al suelo, trato de mantenerlo firme a pesar de que su tembloroso pulso se lo impedía, a paso lento volvió a acercarse al animal mientras escuchaba de fondo al hombre hablarle y/o aconsejarle mientras el niño seguía en llanto.

—Izuku, siempre que vayas a matar a alguien, tienes que verlo como si fuese una vulgar rata sin valor. —

El pequeño continuaba llorando mientras con nervios apuntaba al pequeño animal.

—L-lo siento...lo siento mucho. —

Cerró los ojos, y lo mato.