SEX and LOVE. - [LS].

26._ Lou.

Harry había llegado tarde ya que su vuelo se había retrasado.

Eran las tres de la tarde y le había dicho a Louis que llegaría en la mañana. Y no había podido hablar con él desde ayer en la mañana.

Sabia que estaría enojado con él porque no había pasado San Valentín con él pero había hecho de todo para conseguir un vuelo pero no encontró nada.

Por esa razón llevaba un ramo de rosas en la mano. Salió del elevador y rápidamente abrió su departamento dejando su maleta y tocó la puerta del ojiazul.

Los doce días que se había ido habían sido un infierno para él. Estaba tan acostumbrado a la presencia del ojiazul que no había podido dormir en varios días.

La puerta del departamento se abrió y ahí estaba Louis con su cabello alborotado y un bebé en su cadera. Espera... ¿Qué?

"Oh Harry, que bueno que ya llegaste. ¿Podrías cargarlo mientras le hago su biberón?" El ojiazul no espero respuesta y le paso al bebé saliendo corriendo después.

Harry solo se quedó estático. Había un bebé en sus brazos que estaba a punto de llevarse a la boca una rosa. Le quitó delicadamente de su manita la rosa y dejó el ramo en el sofá, caminado hacia la cocina con el bebé en brazos.

Louis estaba agitando el biberón cuando entro. Con su mano probó la temperatura de la leche y se dio cuenta que ya estaba lista.

"Es un milagro que no esté llorando contigo. Alee y Danny lo abrazaron en la mañana y simplemente empezó a gritar." Comentó el ojiazul quitándole al bebé de sus brazos y caminando a la sala de estar.

Ahí se sentó en el sofá y abrazó al bebé para darle su biberón.

"No lo has robado ¿verdad?" Preguntó el rizado mirando al ojiazul muy confundido.

"No. Lo han encontrado en un basurero y me lo han traído a mi por que soy más responsable." Dijo el ojiazul pasando su mano por la cabecita del bebé. "Mañana iré a reportarlo con las autoridades."

"Ah." Contestó el ojiverde agarrando las rosas que habia dejado en el sofá y dejándolas en frete del ojiazul. Volteó a mirar alrededor y encontró varios juguetes tirados y también bolsas de compras. "¿Por cuánto tiempo lo has tenido?" Preguntó el rizado.

"Desde ayer en la tarde." Respondió el ojiazul poniendo al bebé sobre su hombro para sacarle el aire.

"Has comprado muchísimas cosas." Dijo el rizado haciendo referencia a los juguetes y bolsas regadas.

"Lo sé, pero solo he comprado lo necesario." Dijo el ojiazul poniendo al bebé en su regazo. Estuvo mirando por un tiempo al rizado hasta que se acordó. "¡Oh por Dios, has vuelto!" Gritó el ojiazul espantando al bebé.

"Si. Veo que apenas te has dado cuenta." Bromeó el rizado.

"Si, lo siento. Olvide que llegarías hoy, es que el pequeño Lou me ha tenido ocupado." Dijo el ojiazul meciendo al bebé.

"¿Pequeño Lou?" Preguntó el rizado con una sonrisa acercándose a él.

"Si, bueno. No sé su nombre así que supuse que le podía decir así mientras esta conmigo." Contestó el ojiazul sentando al bebé en la mesita de enfrente. "¿Me pasarías ese peluche? Es que es su favorito." Dijo el ojiazul señalando el pequeño osito.

"Por supuesto." Respondió el rizado levantándose y agarrando el peluche en sus manos. Viendo que el bebé extendía sus manitas para agarrarlo. "Esto es tuyo, pequeño Lou." Dijo el rizado dándole el peluche al bebé.

"¿Podrías abrazarlo un momento mientras me doy una ducha?" Preguntó el ojiazul señalando al bebé.

"S-Si claro." Respondió el rizado nervioso.