SEX and LOVE. - [LS].

31._ We'll be alright.

Cuatro meses después.

La habitación estaba decorada perfectamente.

Globos y muchos dulces alrededor. Pasteles y diferentes postres con mucha, mucha azúcar.

Era nueve de junio.

El pequeño Lou estaba cumpliendo su primer añito. Era motivo de celebrarse. El bebé aún dormía así que los chicos no quisieron molestarlo.

Salieron y se sentaron en el sofá. Ambos se quedaron en silencio un rato hasta que Danny rompió el silencio.

"No puedo creer que haya muerto." Dijo con su mirada fija en sus zapatos. "Todavía no puedo asimilarlo."

"Lo sé." Alee le dijo mirando alrededor. "Nunca creí que algo así pasaría."

"Yo tampoco lo esperaba." Danny se levantó y agarro un muffin con glaseado de color azul. "Quizás así tenia que ser."

Alee miro alrededor. "Y decir que él vivió aquí un largo tiempo." Dijo mientras veía alrededor. El departamento estaba bien decorado. Habían hecho un gran trabajo.

Danny miró alrededor también. Los muebles que habían escogido hace tiempo seguían igual. "Lo sé." Dijo limpiando su boca con una servilleta. "Aunque hubiera preferido que no muriera."

"Pienso lo mismo. Pero lo hecho, hecho está." Alee se levantó y fue a la habitación del niño. "Veo que te has despertado." Dijo ella saliendo del cuarto.

Todo estaba arreglado para la pequeña fiesta que tenían para el pequeño Killian. Aunque alguien estaba muy emocionado de verlo...

"¡Mi bebé!" Gritó el ojiazul acercándose a ellos. Tomó en brazos al niño que solo quería ser abrazado por él. "Te extrañé." Dijo el ojiazul con las lágrimas bajando de su rostro mientras el pequeño niño se escondía en su pecho.

"Louis, te he dicho que no tenías que hacer movimientos bruscos." El rizado reprendió acercándose a ellos y agarrando al ojiazul delicadamente para sentarlo en el sofá.

"Lo siento, pero no he podido evitarlo." Contestó el ojiazul sentándose y poniendo al bebé en sus piernas. "No lo he visto desde hace cuatro meses por que el hospital no deja entrar a bebés."

"Lo sabemos." Alee le respondió sentándose en el sofá de enfrente junto con Danny. "Estuviste un largo tiempo en el hospital y no queremos que pase eso de nuevo."

Los chicos miraron al ojiazul teniendo miedo de que en algún momento desapareciera, creería que todo era producto de su imaginación.

Habían sido días verdaderamente difíciles para cada uno de ellos. Casi habían perdido a su amigo y creyeron que jamás volverían a ver su dulce sonrisa o esos hermosos ojos azules, las pequeñas arrugas que se formaban cuando sonreía.

Tenían miedo de no volver a verlo hacer un puchero cuando no le daban lo que querían. Sabían que si él se hubiera ido, ellos se habían ido con él.

Eran una familia y por poco perdían a uno de ellos.

"Estoy bien." Dijo el ojiazul después de ser observado por los tres. "No he muerto todavía así que dejen de mirarme como si en cualquier momento voy a desaparecer."