Capítulo 9: Joshua

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Mierda. Lo había vuelto a hacer y había explotado todo en mi maldita cara como una bomba. No había podido evitarlo, de todos modos. Le había dicho la verdad a Abby, le había dicho que seguía deseándola y, tonto de mí, la había besado. No había sido un beso en que haya podido disfrutar beber de ella, había sido demasiado corto para mi gusto. 


Decir que Abby me había mandado a la mierda era quedarse corto. Ella había pasado totalmente de mí y no sabía qué hacer con eso. Ninguna mujer me había dicho que no. Ninguna chica había elegido irse antes de aceptar mi propuesta. Abby no solo había torcido el cuchillo en la puñalada, sino que había sonreído mientras lo hacía.


Suspiré mientras me dejaba caer en el sofá. Había sido una buena cena con Matt, Grace nos había recomendado ese restaurant porque había ido allí varias veces con Ashton y Maddie y había estado genial. La comida había sido maravillosa y ya estaba deseando volver allí para pedir el postre que había deseado, pero que no había pedido. 


Matt había dicho que debíamos cenar juntos más seguido, que no nos estábamos viendo tanto como antes y no quería que nuestra amistad se perdiera en el tiempo, yo había estado de acuerdo con él y había aceptado inmediatamente. 


Mi sorpresa había sido recién haberme sentado en la cómoda silla y escuchar risitas de chicas mientras corrían. Había visto a Ivy pasar primero y a Abby justo por detrás de ella. Las había mirado con diversión. Había mirado a Abby con anhelo y esperaba que Matt no se hubiese dado cuenta de ello. 


La había mirado como si mi vida hubiese dependido de ello. Se había visto tan joven con esa ropa y tan hermosa como aquel día que la había visto entremedio de la multitud. Su maquillaje iluminaba todo su rostro, pero era la sonrisa que llevaba la que le daba vida. Era esa risa la que me llenaba el vacío que había en mí. 


No podía evitar querer volver a verla cuando esa risa me daba mil años de vida.


Y por esa misma razón me odiaba. Sabía que Abby no quería volver a verme y yo insistía en seguir pensándola. Seguir besándola cada vez que la veía y no podía detenerme a mí mismo de ello. La besaba y mi cuerpo entero se revolucionaba, mi deseo se había cargo y no podía evitar sentirme como lo hacía.


**


Volví a la oficina aquel día miércoles luego de haber almorzado y mi teléfono celular comenzó a sonar ensordecedoramente dentro del bolsillo de mi pantalón gris. 


Fruncí el ceño porque no esperaba ningún tipo de llamada, pero contesté al tercer tono, dándome cuenta que era Richard Brooks. 


— ¿Hola? 


—Josh, hola. ¿Qué tal todo? – Me acerqué a la ventana para mirar hacia afuera mientras respondía. 


—Bien. ¿Qué sucede? – Suponía que no era nada relacionado con lo de su robo colosal de dinero, porque había estado el lunes en su casa y no había habido ningún tipo de cambio ni información nueva. Tristemente estaba todo estancado porque faltaba información importante para poder avanzar. 


—La verdad es que no sé a quién más recurrir. He visto que te llevas bien con Abigail y es por esa misma razón que quería pedirte un favor. – Oh, Dios. Un favor en relación a Abby. No sabía si rechazarlo de plano o darle la oportunidad de explicar lo que estaba sucediendo. 


— ¿Qué favor? – Bueno, el premio al abogado más idiota del mundo iba para mí. Gracias, gracias.

 
—Bueno, sé que Abby estará furiosa en el momento en que esto salga de mi boca, pero... Su ex novio ha estado esperándola fuera de la oficina donde trabaja. Josh, solo le quedan tres semanas allí antes que termine y pueda graduarse. Su ex novio está arruinándole todo ahora. Ella no quería contármelo, pero la escuché llorando en su habitación. Rompe mi maldito corazón escuchar a mi pequeña princesa llorar por un imbécil como ese. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora