Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)

Capítulo 13: Joshua

Me acomodé contra el cálido cuerpo entre mis brazos y entonces mi cerebro se puso en alerta rápidamente. ¿Un cuerpo cálido? Abrí los ojos rápidamente y me encontré con una Abby aun durmiendo, sus ojos cerrados con suavidad, su boca ligeramente abierta, pero su cuerpo totalmente pegado al mío, nuestras piernas entrelazadas y sus manos apoyadas en mi pecho. Casi parecía una escena de película romántica y no supe cómo sentirme al respecto. No sabía si esa sensación lograba gustarme o disgustarme, pero parecía ser que no me molestaba en absoluto. 

Mi cuerpo estaba un poco acalambrado por la posición en la que había estado durmiendo por horas, porque era obvio que había pasado la noche aquí cuando vi la luz del sol entrar por las ventanas de la sala. 

Sin embargo, no había pasado frío en absoluto. Había una manta en el sofá de al lado y la había puesto sobre nosotros en algún momento, porque Abby había caído dormida mucho antes que yo lo hiciera. 

Quise acomodarme, pero no quería despertar a Abby y algo extraño ocurrió en mi mente. No recordaba haber dormido con ninguna chica de esta manera antes. Nunca. Emoción me recorrió y se me erizó la piel, porque todo pareció encajar en ese momento. Me gustaba Abigail Brooks, incluso aunque hubiese intentado evitarlo, incluso aunque mi mente estuviese en contra de ese pensamiento, mi corazón lo sabía mejor. Me gustaba Abby, no solo como algo físico, aunque ella era preciosa, sino... a un nivel emocional que nunca había sabido que existía en mí. 

Había admitido que me gustaba pasar tiempo con ella, sí, pero me gustaba su alegría, su humor, su facilidad para conversar, incluso si fuese algo que rompiese su corazón... Había pasado tan poco tiempo con ella y ya me gustaba. Debía haberme vuelto loco. No, debía estar loco ya.

Toqué su mejilla sin siquiera poder refrenarme y mi sangre corrió caliente por mis venas, no porque quisiera tener sexo con ella justo ahora... sino que por la sensación que ella causaba en mí. Algo totalmente desconocido. 

Abby abrió sus ojos con pereza y vi el momento exacto en que se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. 

— ¿Josh...? – Se tensó y, un segundo después, se relajó una vez más, sus mejillas tiñéndose de un suave color rosa. 

Entonces retrocedió un poco y casi se cae del sofá si la hubiese dejado ir. Se levantó bruscamente y se vio totalmente perdida. 

—Lo siento, no quise... Yo solo... Me quedé dormida. – Asentí, sentándome en el sofá y estirando mis brazos hacia arriba. Mi crujieron los huesos y Abby hizo una mueca. – Lo siento, tienes que haber dormido terriblemente incómodo. 

—En absoluto. 

Abby se pasó las manos por el cabello y en el segundo en que me levanto del sofá para acomodar mi camisa, vi a alguien apoyado en el marco de la puerta. Era Richard. Mierda, mierda, mierda. 

Él totalmente nos había visto allí durmiendo abrazados y no había modo de negarlo, él me había visto dormir abrazado a Abby o a Abby abrazada a mí como un mono. 

—Richard. – Solté a modo de saludo, Abby abrió sus ojos y se volteó rápidamente. 

—Papá, ¿qué estás haciendo ahí como un acosador? – Richard soltó una risa divertida y entró en la sala. 

Jesús. Solo quería encontrar el primer lugar donde esconderme o buscar mi corbata y ahorcarme con ella por haber sido visto por Richard. Mierda, esto no pudo haber sido la peor forma de continuar el mejor despertar del mundo. 

—Estaba mirándolos. Me parece que Josh ha pasado la noche aquí. – Miré a Abby y luego a Richard, quien miraba a su hija. 

—Sí. – Dijo ella con simpleza. – Josh durmió aquí porque se lo pedí. Derek estuvo aquí cuando volví del trabajo con Josh, quien, por cierto, ya me advirtió de todo lo que le dijiste por teléfono. Derek se puso en modo imbécil y Josh me defendió. La verdad es que perdí mi mierda y... Josh estuvo allí.