Capítulo 22: Abigail

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No podía dejar de pensar en Josh mientras pasaba mis ojos por el documento a medio terminar que tenía en frente de mí. No podía dejar de pensar en cómo había reaccionado cuando me vio afuera de su apartamento y el miedo había cruzado por sus facciones tan masculinas. Su mano había temblado cuando había tocado mi rostro y no dudó ni un segundo en asegurarse que estuviera bien, que nadie me hubiese hecho daño físico y luego emocional. Josh se había asegurado de contenerme como si de una represa a punto de explotar se tratase y él solo había levantado la compresa para que todo fluyera como debía ser. 


Él me había recibido en el refugio que era su hogar y cuidó de mí como si fuese una piedra preciosa, como si fuese un animalito herido que necesitaba cariño y contención. Él había estado allí para mí y no podía dejar de pensar en lo mucho que me gustaba él. En lo mucho que apreciaba sus gestos hacia mí. 


Ivy había estado equivocada, no había nada que temer respecto a él. Josh podría haber sido un jugador, pero apenas tuvo la oportunidad de alejarse la tomó y no la dejó ir. 


No había querido dejar de pensar en cómo su piel se había sentido contra la mía cuando me metí con él en la ducha y me puse de rodillas frente a él, haciendo que se derrumbara completamente. 


No había podido dejar de suspirar y sonreír por la forma en que Josh me había sostenido mientras dormíamos, había despertado en alguna parte de la noche y había sentido sus brazos a mi alrededor, su cabeza pegada en la mía, como si temiese que desapareciera en medio de la noche, como si incluso dormido quisiese cuidar de mí. 


— ¿Qué estás haciendo? – Solté un jadeo de sorpresa, parpadeando en dirección al hombre que estaba parado a unos pasos de distancia. Papá.


—Me asustaste. – Él soltó una carcajada y se sentó al otro extremo del sofá de tres cuerpos. 


—Eso veo. Te veías muy concentrada. 


—Sí, estoy terminando un informe para la editorial. Debo entregarlo el lunes. 


— ¿Te gusta estar allí? – Asentí con la cabeza, alejando mis pensamientos de Josh por unos momentos. – Me alegro mucho. ¿Tienes planes luego de terminar tu práctica? 


—La verdad sí. Mi jefa me ofreció un lugar allí apenas me gradúe. En realidad, más fue como una oferta de: oye, queremos que te quedes y no podemos esperar a que te gradúes. 


—Eso es genial. Me alegro mucho por ti, hija. De verdad que sí. – Él dudó unos momentos y me miró con una mueca. – Quería hablar contigo acerca de algo... Resulta que estuve hablando hace un rato con el vecino de la casa de enfrente... 


— ¿Sí? – Me tensé, sabía lo que iba a decir a continuación y no podía soportarlo. No podía soportar la mirada de pena que había en sus ojos. 


—Me dijo que ayer vino un chico y estuvo gritándote en la calle. Ha sido Derek, ¿no es así? Por eso te quedaste a dormir en casa de Ivanna, ¿cierto? 


Alejé mis ojos de los suyos y asentí con los dientes apretados, obligándome a no llorar, obligándome a no sentirme como lo había hecho en ese momento. 


—Sí. 


Mi padre suspiró con cansancio y alcancé a ver cuando pasó su mano por el cabello, su rostro ceniciento y su expresión de devastación. 


—Tenemos que hacer algo, Abigail. Esto no puede seguir así, lo sabes. 


—Josh me acompañará el lunes a poner la denuncia con la policía. – No quise ver su expresión cuando nombré a Josh, así que enfoqué mi atención en otro lugar de la sala. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Where stories live. Discover now