Capítulo 20: Abigail

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Cuando abrí la puerta para recibir el pedido de Amazon, me encontré con que Derek estaba justo a unos pocos pasos de la puerta. 


Cuando el cartero se fue y me dejó a solas con mi ex novio, solo quise ignorarlo y meterme de vuelta en mi casa. No había nadie conmigo, papá seguía en la oficina y hoy no era el día que la mujer que hacía nuestros almuerzos y ordenaba un poco la casa iba. Nope. Estaba a solas con él.
Ni siquiera podía esperar a que Ivy o Josh vinieran. Ivy había ido a visitar a unas amigas de la escuela en Nueva York y no volvía hasta un par de días más. 


—Abby, espera. 


—No estoy haciendo esto otra vez. 


—Pues me importa una jodida mierda. Vas a tener que escuchar lo que tengo que decirte. 


Derek me detuvo por el brazo y entonces comenzó la miseria. Sus palabras fueron venenosas, llamándome por distintos descalificativos ingeniosos que se le fueron ocurriendo a medida que me insultaba. Y no se detuvo. 


Me culpó por el término de nuestra relación y me culpó de ser una novia basura, me dijo miles de cosas que solo cayeron en el pozo que tenía por corazón en ese momento. Fueron directo a mi cabeza y no pude detenerme mientras lloraba frente a él, odiándome por ser tan débil, por permitirme demostrar debilidad frente a un ser tan miserable como lo era Derek Winchester. 


Él había venido a verme solo para descargar el odio que llevaba dentro, toda la culpabilidad que en algún momento sintió se convirtió en veneno iracundo.


Cuando él dejó ir mi mano, yo simplemente retrocedí lo suficientemente rápido como para huir de él y meterme de vuelta en casa. 


Mi respiración estaba agitada y mi corazón latía descontrolado, temblores recorrían mi cuerpo mientras trataba de controlar mi respiración.


Podía oír a Derek gritar desde el otro lado de la puerta, pero ignoré cualquier insulto que tuviese y subí las escaleras hacia mi habitación, tiré el paquete de Amazon en la cama y me metí al baño. Me miré en el espejo y me obligué a calmarme, me obligué a dejar de llorar, pero solo fui capaz de llorar más fuerte, sollozos saliendo desde lo más profundo de mi alma.


Me quedé allí de pie lo suficiente como para ser capaz de asomarme por la ventana y asegurarme si Derek seguía allí. No estaba. Se había ido y ni siquiera lo había oído marcharse. 


Respiré una vez y, sin importarme absolutamente nada, tomé una sudadera que encontré al paso, las llaves de mi auto y mi móvil y salí de la casa como si el mismísimo diablo estuviera persiguiéndome. 


Manejé con cuidado, pero con velocidad hacia el edificio de Josh. Sabía que él no estaba en casa, pero no me importó, no soportaba estar un segundo más entre las cuatro paredes de mi casa y sentir que estas caerían sobre mí. 


Mike, el conserje me hizo una seña cuando entré por la puerta principal. Me miró con preocupación y se acercó a mí antes de que pudiera llegar al mesón. 


—Señorita, ¿está bien? 


—Sí, yo... ¿Llegó Josh a casa? – Él sacudió la cabeza y me miró con pesar. 


—Él no llega hasta dentro de una hora más o menos. Puede esperarlo aquí si quiere... 


— ¿Puedo esperarlo arriba? Prometo no causar problemas. – Él asintió y me dejó ir sin más preguntas.


Subí hasta el piso de Josh y me dejé caer junto a su puerta y esperé.


Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora