Capítulo 32: Abigail

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Aquel día era mi primer día trabajando oficialmente en la editorial. 


Mi padre me había felicitado miles de veces durante los últimos días cuando le conté que el lunes comenzaba a trabajar allí y Josh había estado brincando de alegría conmigo cuando me avisaron que solo debía ir a firmar el contrato una vez que estuviera en la oficina.


El primer día fue tan bien como había esperado que fuese, el equipo de edición que trabajaba allí me dio la bienvenida como una más del equipo y ni siquiera dudaron en aceptar mis comentarios acerca de algún libro o relacionado con cualquier cosa. Me sentí una más y no podía dejar de agradecer al cielo por la oportunidad que me había sido dada.


Cuando el día terminó, me dirigí al bar de al final de la calle, donde celebraríamos mi primer día de trabajo real. No había sido mi idea, había sido idea de una de las chicas que había llegado hacía un par de años, Grettel, pero que sabía era una chica dulce por el trato que me había dado mientras era una estudiante allí. 


Había llamado a Josh para avisarle que llegaría mucho más tarde para la cena y que, si quería, cenara antes. Él prometió esperar por mí para poder comer y me dijo que disfrutara de la celebración. 


Bebimos lo suficiente como para ser capaces de manejar de vuelta a nuestras casas después, pero no podía negar que estaba teniendo un buen momento junto a las seis personas que formaban el equipo de edición, incluyendo a mi jefa y a mí. 


Bromeamos de las cosas que habíamos vivido juntos en el tiempo que llevaba allí, como cuando a uno de los chicos se le había quedado pegado el papel higiénico en el zapato y había gritado indignado cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, alertando a todos de lo que le había sucedido. 


En algún momento, Josh me mandó un mensaje avisando que se quedaría más tiempo en la oficina para avanzar lo que tenía pendiente, que pasaría por mí al bar y que podríamos irnos juntos desde allí. Acepté gustosa, ya que su auto estaba en el mecánico desde hacía dos días y él estaba sufriendo un poco al tener que tomar un taxi cada vez que debía salir de la oficina. 


— ¿Es cierto que tu novio es abogado? – Preguntó Anne, una chica que estaba cerca de los treinta, pero que parecía tener quince años. Su flequillo escondía sus cejas alzadas.


—Lo es. – Asentí con una sonrisa. Ni siquiera sabía cómo ella se había enterado de eso, pero le resté importancia. 


—Lo siento, lo vi en tu Instagram y no pude evitar meterme en su perfil. – Bueno, ahí tenía mi respuesta. – Todos soltaron una carcajada cuando vieron sus mejillas enrojecidas. 


—No me molesta, tranquila. 


—Mi novio también es abogado, quizás hasta se conozcan. – Me encogí de hombros, jamás había escuchado a Josh hablar de otros abogados, ya que se pasaba la mayor parte del tiempo en la oficina y no en el juzgado. 


—Dios, escucharlas hablar de sus novios me hace sentir increíblemente solitaria. – Musitó Grettel con el ceño fruncido. – Mi novio me engañó hace un par de meses y... 


—Oh, no. ¿El imbécil de Tony te engañó? No jodas, Grettel, pensé que había sido por mutuo acuerdo. 


—No lo fue. 


Bueno, mierda. Qué manera de cambiar de escenario.


Mi celular vibró casi a las ocho de la noche. Era Josh avisando que estaba esperándome afuera. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora