Capítulo 35: Joshua

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Habían pasado un par de semanas desde que el ex novio de Abby había intentado suicidarse justo frente a ella, habían sido largas semanas de ir a la policía junto a ella para asegurarnos que no la culparan a ella de cualquier cargo que los padres y abogados de Derek quisieran poner contra ella. 

Había escuchado un montón de estupideces en la estación de policías mientras un detective interrogaba a Abby y le hacía las mismas preguntas diez veces, pero hechas de distinta manera y como mi chica no estaba mintiendo ni omitiendo absolutamente nada, todas las respuestas coincidían con su historia, ninguna duda, ningún signo de sospecha, ninguna muestra de dubitación. 

Abby no vaciló con ninguna de las preguntas que le habían hecho y no demostró nada en su hermoso rostro, incluso aunque las preguntas fuesen volviéndose cada vez más personales y yo tuve que interrumpir un montón de veces para decir que algunas preguntas no iban al caso y que volviesen a lo que nos reunía allí. 


Gracias al policía a cargo del caso nos habíamos enterado que Derek estaba en un recinto de rehabilitación, allí lo tenían medicado y con terapias todos los días, que no había preguntado ninguna sola vez por Abby y que había pedido que una tal Sabrina lo visitara. Abby se había encogido de hombros en mi dirección y me había dicho que entre ellos podrían entenderse mejor. 


Supuse que ese era el caso, ya que Sabrina había sido la chica con la que Derek había engañado a Abby.



Había llegado la última semana de noviembre y eran las vacaciones del Día de Acción de Gracias.


Miré a Abby dormir boca abajo mientras le llevaba un vaso de limonada bien fría, me senté a su lado en la tumbona acolchada, viendo la piel apenas bronceada de Abby resplandecer por el bronceador que ella había puesto por todo su cuerpo. 


—Sé que estás observándome. – Sonreí mientras estiraba mis piernas a su lado y ella levantaba la cabeza para unir su mirada con la mía. 


Sus ojos adormilados me miraron con hambre cuando se fijó en mi pecho desnudo y no pude evitar tensarme, si no fuese porque mis padres se encontraban justo detrás de nosotros, dentro de la cocina, hubiese llevado a Abby sobre mi regazo, corrido su pequeña tanga y me hubiese hundido en su interior. 


—Eres tan malo. – Le saqué la lengua y cuando ella se sentó, le tendí el vaso para que se hidratara.


Incluso aunque estábamos a menos de un mes para que llegara el invierno, hacía un día caluroso en Tampa, Florida. Así que Abby estaba tomando sol justo después de haber almorzado. 


Llevábamos tres días de vacaciones con mis padres, Matt me había dado la semana libre por completo y la editorial donde trabajaba Abby les había dado cinco días, sin contar el fin de semana en los que ni siquiera ella trabajaba, así que le había pedido que viniera conmigo a Florida para pasarlo con mis padres y ella había aceptado sin siquiera dudarlo.


Las cosas con Richard no habían cambiado en absoluto, yo seguía trabajando en su caso, el cual estaba totalmente detenido debido a que el FBI estaba manteniéndolo todo con bajo perfil para no llamar la atención de quienes fueran que hubiesen suplantado la identidad de Richard para el robo, así que era solo cosa de esperar a que se supiera algo. Ni Richard ni yo estábamos preocupados por ello, cuando estaba involucrada la policía y el FBI todo solía tardar más, ellos trataban muy seriamente este tipo de casos con personas tan influyentes como lo era Richard Brooks. 


Él no había hecho ni dicho nada malo respecto a la relación que mantenía con su hija y pareció aceptar lo que le habíamos dicho aquel día en su oficina. No es que lo viera muy seguido, pero Abby no mencionó nada acerca de Richard siendo un dolor en el culo, así que supuse que todo estaba bien. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Where stories live. Discover now