All Too Well (Juliantina)

El amor y sus diversas formas

Respire profundo y tome su mano y comenzamos a caminar entre las mesas, las luces de los refrigeradores iluminaban ligeramente el lugar.

-¿siempre tienes las manos frías?- le pregunte por curiosidad, pasamos por el área de la cocina y poco antes de llegar a la salida trasera ella empujó otra puerta

-solo en ciertas ocaciones-

-¿en cuales?- soltó una ligera risa ignorando mi pregunta y comenzamos a subir unas escaleras, al final de ellas había otra puerta, la abrió y accionó un interruptor un par de líneas de focos se prendieron tenuemente, poco antes de que ella abriera la puerta pensé que solo sería una azotea más, nunca espere ver una terraza, algunas sillas, bocinas y al centro un espacio adaptado para hacer fogatas.

-¡está hermoso!- exclamé, mire a mi alrededor -¿tu lo hiciste?- pregunte señalando todo el espacio

-algo así- se acercó a una hielera y sacó un par de cervezas, las destapó y me entregó una -desde que tengo memoria, mis papás solo piensan en invertir su dinero- se sentó en una de las sillas y yo hice lo mismo -yo tenia 12 años cuando abrieron este restaurante, después de la escuela me pasaba mis tardes aquí, todos los empleados siempre han sido muy lindos conmigo, pero aquí cada una de las personas se volvieron mi familia- sonrió con nostalgia -así que cada que puedo vengo aquí, esta era una azotea común, con el tiempo la convertí en esto con ayuda de ellos-

-que lindo- comente -entonces... este es como tu...-

-¿mi lugar?- me interrumpió, yo solo asentí con la cabeza -si- suspiro -lo es- miro hacia el cielo -aunque yo nací aquí, nunca me ha gustado esta ciudad, es muy grande, mucha gente que siempre tiene prisa, hay tantas luces que el cielo nunca se puede apreciar, el tráfico...- hizo una pausa -aquí es el único lugar donde siento que por un momento no estoy entre tanto caos-

Volví a contemplar todo lo que se encontraba a mi alrededor y tenía razón, solo se podía percibir la calma, le di un sorbo a mi cerveza y la mire a ella.

-supongo que aquí haces muchas fiestas- comente

-supones mal- sonrió al ver la cara que yo había puesto -por lo regular solo estoy yo-

-yo pensé... es que esta tan acondicionado-

-entiendo- su tono de voz era tranquilo -si algo les he aprendido a mis papás es que ya sea tu lugar de trabajo o tu hogar, debe estar acondicionado, de tal manera que te haga feliz-

-tiene mucha lógica- ella sonrió ante mi comentario -¿y que hacemos aquí?- por fin me atreví a preguntar

-yo he estado en tu casa en varias ocasiones, es tu espacio, entre a él, lo menos que puedo hacer es mostrarte mi espacio y dejarte entrar a él- ante eso sentí calor en mis mejillas -salud- algo su botella -por los espacios- sonreí ante eso y choque mi botella con la suya, la platica fluía así como las cervezas, la noche refrescaba pero seguía siendo agradable.

-nunca pensé que dentro de la ciudad podía existir tanta calma- comenté

-es sólo cuestión de observar- me dio gracia, podía darme cuenta que era una frase característica de ella -¿sigues sin creer que observo demasiado?- dijo tranquilamente

-yo no he dicho nada-

-pero tu cara si- me sorprendió -no es difícil, solo mira más allá de lo que está frente a ti- se levanto de la silla dirigiéndose al barandas de sementó se que encontraba frente a nosotras, se recargó y respiro profundo el aire frío, me coloqué a su lado y la miré detenidamente, mantenía sus ojos cerrados, sus mejillas y la punta de su nariz se encontraban ligeramente rojas por el frío, sonreí ligeramente, mire al frente, había un edificio algunas luces prendidas dejaban ver que eran departamentos.