¿Un mal día?

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UNA SEMANA DESPUÉS

-¿y por qué no le llamas tú?-

-debe estar muy ocupada- dije mientras abrochaba mi sudadera, la noche había sido pesada, pero ya estábamos cerrando y yo me encontraba cansada.

-¿quieres que te acompañe?-

-traje la bici- sonreí con amabilidad

-entonces no vemos mañana- me despedí como era costumbre y buscaba en mi mochila la llave del candado, incluso tuve que alumbrarme con la lámpara de mi celular, no sé exactamente cuánto tiempo pase ahí, pero las benditas llaves estaban hasta el fondo, las tome con fastidio y mi mochila terminó en el suelo, mire al cielo y respire profundo.

-¿un mal día?- brinqué del susto y de golpe voltee a verla -no quise asustarte- reía ligeramente, sacó las manos de su chaqueta y levantó mi mochila

-¿qué haces aquí?- pregunte en tono serio

-vine a verte- levante las cejas y tome mi mochila

-gracias- conteste, le quite la cadena a mi bici y la metí en la mochila, al cerrar el cierre se atoro -¡me lleva la fregada!- exclame, me costaba admitir que la ausencia de Valentina me dolía y el tenerla aquí frente a mi, con su sonrisa toda perfecta me molestaba, porque solo me hacía confirmar que yo no tengo la misma importancia en su vida.

-tranquila- tomo la mochila y en cuestión de segundos estaba cerrada -de verdad, tuviste un mal día- afirmo

-yo diría que una mala semana- estaba molesta con ella

-¿te puedo acompañar?- dude por un momento

-si- era más mis ganas de estar con ella, que no pude decirle que no, sonrió ampliamente, tome mi bici y comenzamos a caminar

-¿y a que se debe tu mala semana?-

-a nada en especial- dije cortante

-¿estas enojada?- respire profundo

-no-

-yo diría que si- comento tranquilamente -no creo ser tan importante en tu vida, pero siento que es porque me desaparecí- ante eso voltee a verla con asombro, todos los días imaginé esta conversación y nunca imaginé que lo dijera de esta manera, de alguna manera sentía que había leído mi mente.

-algo hay de eso- admití

-de verdad lo siento mucho- como cada noche las calles se encontraban en silencio, solo se escuchaban nuestros pasos y el girar de las llantas de la bicicleta -estuve fuera de la cuidad por trabajo y aveces tengo que desconectarme de todo- en ocasiones volteaba a verme

-no te preocupes- dije en voz baja, en realidad escucharla decir que había sido por trabajo, me tranquilizó un poco -¿a donde fuiste?- intente aligerar el tema

-por varias ciudades- y de nuevo se mostraba ese misterio en ella -muchos creen que ser modelo es lo más divertido, pero en realidad aveces no se ni donde estoy o qué día es, llega una camioneta y ellos me llevan a todos lados, los asistentes son los que tienen mi itinerario, yo solo hago lo que me pidan, así que cuando estoy en los hoteles lo único que hago es dormir-

-yo pensaría que vas de fiesta en fiesta- había algo en ella que me hacía tranquilizarme

-¡lo se!- exclamo -pero no es así, después de un día horrible de trabajo solo quiero dormir- decía en un tono gracioso, camino un poco más rápido y dio vuelta para quedar de frente a mi

-te vas a caer- comente

-soy experta en caminar de espaldas- me hizo reír

-enserio Valentina, te vas a caer- insistí

-¿sabes en que más soy experta?- aveces ese tipo de preguntas me daban miedo, podían traer las mejores intenciones o alguna locura de por medio, levante los hombros en señal de que no sabía -en llevar a alguien en bici- no pude evitar reírme ampliamente

-¿tu en bici?- no paraba de reír -eso si, no te lo creo-

-¿por qué no?- sonreía -de verdad soy experta- me pare de golpe y se la entregue, ella no dudo en subirse -súbete- comento

-¿neta?- ahí comencé a tener miedo

-confía en mi- suspire, aún dudando coloque mis manos sobre sus hombros y me subí, era verdad lo que decía, no tuvo ningún problema en avanzar, reíamos sin parar, el viento frío golpeaba en nuestros rostros, pero no era molestia, volteaba a verla y ella se veía feliz, no sabía si alguien más la había visto así, pero por un momento me sentía afortunada por estar compartiendo ese momento con ella.

Avanzamos por las calles solitarias, al final de una había un semáforo que se estaba poniendo en rojo, freno y ahora era ella la que volteaba a verme.

-te dije que era experta- su sonrisa era más amplia de lo normal, por un momento sentí que el tiempo se había detenido, nuestras miradas se cruzaron y las risas fueron cediendo, lentamente me fui acercado a su rostro, poco antes de llegar a sus labios un claxon nos sacó de ese momento, a nuestras espaldas había un auto, estaba tan enfocada en Valentina que no me había percatado que ya estaba el semáforo en verde y mucho menos escuché cuando el auto se acercó. Nos volvimos a reír y continuamos nuestro camino. Unas cuantas cuadras más y estábamos frente a mi edificio.

-fue divertido- admití

-tenia años que no hacía algo así- había dejado esa postura que tanto la caracteriza

-cuando quieras te la vuelvo a prestar- nos reímos una vez más

-ya dijiste, al rato no te quejes de que este todos los días en tu puerta esperando por tu bici- me reí aún más fuerte

-no tendría problema con eso-

-¿no?- fue en ese momento que me di cuenta lo cerca que se encontraba de mi

-no- afirme, ella sonrió ligeramente, tomó delicadamente mi rostro y me beso

-no tienes idea de las ganas que tenia de besarte- dijo al separarnos, la mire por un momento y recordé todo, lo mal que la había pasado después de aquella llamada, incluso el sueño.

-creo que necesitamos hablar- dije de golpe, Valentina se hizo hacia atrás, me miro y suspiro.

-¿crees que este es un buen lugar para hablar?- al decir eso caí en cuenta que ni las llaves había sacado para entrar

-lo siento- me encogí de hombros

-si tú quieres, podemos hablar en un lugar más cómodo- es tal vez sonaba tranquila, como si supiera lo que yo le diría.

Entramos y me ayudo a subir la bicicleta, llegamos a mi departamento y de inmediato sonrió al ver que no me peleaba con la puerta.

-yo sabía que iba a quedar bien esa manija- comento

-gracias- comente -aun no me acostumbro- cerré la puerta y dejé mis cosas a un lado

-acostúmbrate a lo bueno- se sentó en una de las sillas del comedor

-¿no quieres sentarte mejor en la sala?- ella me miro extrañada, pero sin ninguna objeción se cambio de lugar

-y bien ¿de que quieres hablar?- pregunto tranquilamente

-¿que buscas de mi?- me miro detenidamente, respiro profundo y se inclino hacia adelante, el miedo comenzó a apoderarse de mi, para ese momento ya no sabía si quería escuchar la respuesta...

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Hola!!!

Ya saben si yo no dejo un capítulo en suspenso no soy yo 😂  por fin el en siguiente capitulo tendrán muchas respuestas por parte de Valentina!

Los quiero!! 😘❤️

All Too Well (Juliantina)Where stories live. Discover now