IV.

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「❛ 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 ❜」'

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「❛ 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 ❜」'

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Molestia se quedaba corto para describir lo que sentía en ese momento. Furiosa se acercaba un poco más. Pero tal vez "impotente" completaba el círculo de sus emociones.

Pese a escuchar los golpes continuos en la puerta, decidió ignorarlos e ingresar a la ducha. No quería ver al estúpido de Dick Grayson. Al menos no en un buen rato. No si no quería romperle la nariz en un arrebato o algo peor.

El deseo de querer hacerle tanto daño era escalofriante. Estaba aterrada de sí misma y de lo que era capaz de hacer. Quizás lo que más la hacía enojar era la verdad. Porque Dick Grayson tenía razón en cada una de sus palabras. Y eso era lo que más le molestaba.

La frase "la verdad duele" nunca tuvo más sentido como en ese momento. Ni siquiera los golpes que ya comenzaban a notarse en su cuerpo le hicieron tanto daño cómo aquello tan evidente. Era débil y también inestable. No ganaría nada llorando como lo hacía en ese momento. Pero era necesario. Liberar las emociones acumuladas con el llanto era la única manera sana que tenía de prepararse para lo próximo que seguía.

Había aceptado quedarse por una razón muy específica. Sí quería encontrar a su hermano y proteger a sus nuevos conocidos de la guerra que se avecinaba, debía aprender a controlar sus poderes a cualquier costo.

—Meave. Tenemos que hablar de lo qué pasó hace...

Calló abruptamente.

Meave tardó en reaccionar.

—¿¡Acaso no sabes golpear la puerta?! —chilló, aferrándose aún más a la toalla que la cubría.

—Toqué. Y-yo... toqué y tú no abrías —tartamudeó–. Quería asegurarme que t-tú... Q-qué tú...

Aunque su lado racional le gritaba que se volteara o simplemente saliera de allí, no podía.

La racionalidad y el buen juicio se hicieron a un lado cuando el pensamiento de lo suave que se veía su piel llegaron a su mente. Las yemas de sus dedos picaron por la ansiedad y si no hubiera sido por el enorme manchón morado que se hacía visible en su brazo, no habría caído en la realidad.

Él le había hecho daño.

—¿¡Por qué sigues aquí?!

¿Por qué seguía ahí?

—Lo siento...

—¡VETE!

Salió sintiendo una extraña opresión en su pecho.

Mierda.

Meave sentía su rostro increíblemente caliente en una mezcla de vergüenza y rabia por la situación. Primero la molía a golpes y luego la veía semidesnuda.

Fenris In Titans ❥ TitansWhere stories live. Discover now