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Era aproximadamente media noche, las rondas de vigilancia habían concluido y no habría otra hasta bien entrada la madrugada, de repente Dazai se despertó sintiéndose incómodo, dándose cuenta de que se había quedado dormido igual a como había llegado, con todo el uniforme puesto incluidos los zapatos. El yeso le picaba y le complicaba la movilidad, causándole un dolor de cabeza extra a todas sus molestias.

Entumecido y sintiendo un poco de dolor en el brazo, se sentó en el borde de su cama, estaba por quitarse los zapatos, cuando una sombra moviéndose desde la obscuridad se acercó a él — Déjame a mí — escuchó decir a la sombra que en seguida se agacho a ayudarle a quitarse zapatos y calcetas.

Dirigiendo sus manos hacia su cuello se detuvo buscando la aprobación del otro. Con un ligero asentimiento de parte de Dazai, Chuuya prosiguió a desabotonar la camisa, zafando el brazo sano primero, dejando el herido al último causando aún más cercanía.

Teniendo a escasos centímetro de su propia cara, la de Chuuya, Dazai le susurró — Jamás dejaría que te expulsaran — Chuuya detuvo su acción— O que nos dejemos de ver — el pelirrojo fijo sus ojos en los del otro — No hagas eso — contestó quitando por completo la camisa dejando el vendado torso del suicida exhibido.

— Necesito ayuda con mi pantalón también —

— ¿Cómo demonios te vistes? —

— Con mucha dificultad, pero como te dije, me duele el brazo, después de todo Akutagawa kun me cayó encima —

— De pie — ordenó Chuuya jalando a Dazai de la pretina de su pantalón, dirigiendo sus dedos hasta la cremallera "Se inteligente" las palabras de Ranpo resonaron en el fondo de su mente, una sonrisa llena de ironía adornó su rostro, no necesitaba ser inteligente, necesitaba recuperar el autocontrol, que a cada movimiento que daba parecía más lejano, inconscientemente y llevado por puro impulso se volvió a agacharse, quedando de rodillas frete a Dazai — ¿Qué haces Chuuya? — le pregunto un poco sorprendido Dazai.

— No veo — fue un pretexto carente de sentido, bajar un cierre no requería de la vista, Chuuya simplemente le estaba pagando con la misma moneda.

Dazai podía ser letal con las palabras, pero en lo corporal Chuuya le llevaba ventaja, era algo natural y simplemente se había hecho con el hábito de experimentar con los límites y las reacciones del cuerpo de Dazai.

Justo como el otro hacía con él con lo racional.

Uno a uno los engranes del cierre se escucharon descender lentamente, dejando a la vista para su único espectador, la parte más sugerente del bóxer de Dazai, recorriendo sus dedos por su cintura Chuuya comenzó a bajar el pantalón hasta sus muslos, presionando con sus dedos sobre las pequeñas porciones de piel descubierta hasta logra que Dazai se volviera a sentar, para tomar una de sus piernas y zafar ese pedazo de tela con la mayor delicadeza posible, Dazai disfrutaba de esos momentos en los que la brusquedad se desvanecía, dejando un Chuuya comprometido y atento con sus acciones, casi enternecido. Un artesano que con finura y destreza realizaba su trabajo, repitiendo la acción con la otra pierna, Chuuya dejo a Dazai semi expuesto.

Otro suspiro — No planeo llegar más lejos, toma esto como una ofrenda de paz — declaró el mayor.

— ¿Ofrenda de paz? — repitió Dazai burlón — Es lo mínimo que deberías hacer Chuuya...

— No, Dazai, déjalo ya —

— Está bien, pero a cambio haz una cosa más por mi —

— ¡¿Hah?! — gritó Chuuya — ¿Por qué tendría...? Sabes qué, me voy a largar, antes de tomarte la palabra y de verdad romperte el otro brazo —

— Vamos Chuuya una ultima cosa y podremos empezar de nuevo, o si es lo que quieres, lo que en verdad quieres, ya no te hablaré más y seremos cómo extraños, inclusive estoy dispuesto a esta vez sí cambiarme de cuarto y comportarme —

— No quiero que... — un suspiro más Dazai era difícil de tratar — ¿Qué quieres? —

— Duerme conmigo —

—...

— Duerme conmigo como hacías hasta hace un mes, regresa por hoy y te prometo que respetaré lo que sea que decidas desde de mañana —

— ...

— Por favor —

Para este punto Chuuya sentía que se había quedado sin aire después de la cantidad de suspiros que había sacado durante el día — De acuerdo — contesto resignado, recostándose junto a Dazai.

Era enfermizo lo cómodo y relajado que el cuerpo de Dazai se sentía en contacto con el suyo y cómo la memoria corporal hacia su trabajo y los moldeaba sin esfuerzo para convertirlos en una solo pieza.

Se extrañaban, era evidente, se querían, también era evidente y no sólo para ellos, pero ¿Por qué les costaba tanto estar juntos?

— Chuuya... — entre sueños Dazai se acercó al otro y muy quedo le susurró en secreto algo que cambiaría su estatus.




Gracias por leer :3

CandyWhere stories live. Discover now