Perdida (Camren)

Capítulo III

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-Buenos días, Lauren.- Serenity tocó la puerta de la habitación de la ojiverde.- El desayuno está listo.

Lauren le echó un ojo al reloj, eran las 6:30 de la mañana. La luz del sol apenas se asomaba por la ventana que daba hacia la calle. Antes de levantarse, se estiró un poco, se colocó sus nuevas pantuflas y bajó.

-Buenos días, Lauren.- Dijo Harv.- Lamento levantarte tan temprano, pero tienes una cita con el Doc, y yo no podré llevarte más tarde, trabajo a las 7:30 hoy.

-Está bien.- Restó importancia, pues no tenía nada más que hacer. - Me dormí temprano anoche.- Sonrió.

Terminando de desayunar, Havey llevó a Lauren a la clínica en la patrulla.

-Buenos días - Harvey saludó a las enfermeras de la recepción.

-Buen día, Sheriff.- Respondieron.

-¿Está el doc?- Preguntó el mayor.

-En el consultorio.

-Gracias.- Respondió él. Lauren sólo se inmutó a seguir Harv.- ¿Qué hay, doc?

-¿Qué hay, Sheriff?- Ambos se saludaron. Ellos se entendían muy bien, pues casi eran de la misma edad.

-No mucho, doc. Sólo vengo a dejar a Lauren a su consulta. Ahora yo me tengo que ir a las oficinas.

-No te preocupes, Harv. Me encargaré de que llegue a salvo a tu casa. Le diré a mi hija que la lleve.

-Muy bien, doc. Nos vemos luego.- Harvey se despidió.

-Y bien. ¿Cómo te sientes, pequeña? - Preguntó el doctor.

-Creo que bien.- Sonrió grande.

-¿Y a qué se debe tanta felicidad? - El doctor estaba entusiasmado. Lauren le contó que había recordado su verdadero nombre, era un gran progreso, pero era lo único que había hecho. El doc, hizo lo de rutina, revisando bien a Lauren.

-¿Cree que mi condición me permita correr?- Ella preguntó repentinamente.

-¿Correr? - El doc estaba confundido.

-Sí, lo que pasa es que me gustaría hacerlo por las mañanas.- Mencionó.- Ayer vi a unas personas hacerlo y se veían muy divertidas.

-Puedes hacerlo, pero sólo un par de minutos, al igual que cualquier otra actividad. Yo te sugeriría que comenzaras por caminatas o andar en bicicleta. Cualquier cosa, si llegas a sentirte mal, deberías llamarme.- El doctor le extendió una tarjetita.

-Gracias, doc.- Lauren lo llamó, como Harv lo hace.

-Le diré a mi hija que te lleve a casa. Espera.- El doctor llamó por el teléfono sobre su escritorio.- ¿Me harías un favor? Sí, prometo recompensartelo. Gracias.- Colgó.- Ya viene en camino.- Mencionó. - Perdona que no te acompañe para esperarla, pero tengo unos cuantos pacientes que atender.- Dijo al ver la sala de espera.

-No se preocupe.- Ella repuso con amabilidad.- Muchas gracias.

-El Sheriff te avisará cuándo sea tu próxima cita, pero si ocurre una emergencia, llámame sin dudarlo, ¿ok?- Lauren asintió.- Hasta pronto.

-Adiós, doc.- Dijo ella caminando hasta la salida. Esperó al menos unos 5 minutos. Miró que una chica había bajado de un auto.

-Hola. ¿Acaso eres la chica a la que llevaré?- Lauren asintió confiada. - Mi nombre es Ally.- Extendió su mano para saludar a la ojiverde, ésta le devolvió el saludo.