Capítulo XIII

2.5K 201 41
                                    

Lamento la tardanza.

******

Narra Lauren:

-¡Cómo se te ocurre hacerme pasar por semejante vergüenza!- Mi padre me dio una fuerte bofetada al tiempo que me gritaba.-¡Qué inconciente eres!- Otra bofetada más, pero esta vez en la mejilla contraria.

Mis mejillas ya estaban lo bastante rojas como para decir que me quemé con el sol la piel del rostro, por no mencionar también lo mucho que me dolían.

-¿Tienes algo más que decirme?- Dije con burla al fingir que no me dolía lo que me estaba haciendo.

Aquella madrugada, luego de que los hombres de mi padre me trajeran a casa, Michael, mi padre, me daba la regañada de mi vida.

-Señor Jauregui, no golpeé más a Lauren. Por favor.- Pidió Normani.

-Tú también me has decepcionado, Normani.- Dijo mi padre.- Confié en ti y tú me ocultaste algo tan grande como esto. No te reprendo como a mi hija porque a mí no me corresponde. Pero como tú jefe, te aseguro que estás en problemas.

Normani ya no pudo decir nada más, pues sólo se inmutó a mirar el suelo con impotencia. Tenía que protegerla.

Sus lágrimas corrían por sus ojos.

-Padre, quiero hacer un trato contigo. Sé que no te podrás negar.- Dije mirándolo directamente a los ojos.- Deja a Normani en paz y a su padre. No tienen nada que ver conmigo. Y aunque los hechos demuestren lo contrario, te pido que los dejes tranquilos. A cambio haré lo que tú quieras.

-¿Lo que sea? ¿Cómo casarte con el heredero de Nueva York?- Mi padre me miró seriamente.

Suspiré con resignación, pero en ningún momento dejé de mirarlo para que se diera cuenta de que hablaba enserio.

-Sí.- Confirmé sin vacilar.

-Es hecho.- Dijo él, analizándome.- Haré un par de llamadas, y te juro que para dentro de unos dias, ya estarás camino al altar.- Salió de la sala en la que estábamos con una sonrisa de satisfacción.

Normani se levantó de su lugar para venir hasta mi asiento.

-Tu labio de rompió.- Mi mejor amiga se veía alarmada.

-Debió ser cortado cuando mi padre me bofeteó con sus anillos aún en su mano. Pedazo de sángano.- Sonreí con burla.- En fin...- Suspiré.- Debo cometer mi promesa. Además, aquí estoy. Mi padre no dejará que me vaya de nuevo. Al menos no por su propio beneficio.

-¿En serio te rendirás? ¿Luego de ser la reina del drama y desobediencia?- Me encogí de hombros ante su pregunta.- ¿Y Camila? ¿No es suficiente motivo para ti?

-No es que no lo sea, Mani. La quiero y la adoro. Pero aquí no tengo alternativa.- Suspiré nuevamente mirando por la ventana hacia la nada.- Fue bueno vivir una vida en calma por el tiempo que pude. Fue bueno no saber quién era yo, en un lugar desconocido. Fue bueno querer empezar de nuevo. Fue bueno creer que nada me ataba a mi pasado y que podría no volver jamás. Lastimosamente eso se acabó, Mani. Fue como una fantasía.

-Eres mayor de edad, Lauren. ¿Por qué le estás dando el derecho sobre ti? No te rindas.- Me tomó por los hombros.

-Porque....- Me costaba decir la verdad.- Le prometí a mi madre que apoyaría a mi padre en las buenas y en las malas; aunque sólo se tratase de decisiones que involucran salvar a todos los que amo. No lo hago por mi padre, lo hago por qué la vida de mis seres queridos dependen de mí. La tuya, la de tu padre, tu madre en el hospital, los trabajadores, la secretaria de papá que me cae bien. Al final, la desición que tomé tampoco se trata de mí. Sí no que, si acepto hacer esto, salvaré la empresa y el patrimonio de miles de personas.

Perdida (Camren)Where stories live. Discover now