Capítulo IV

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~En alguna parte de Nevada:

-¡¿Cómo que no aparece mi hija por ninguna parte?!- Michael estaba molesto.

-Michael querido, ya verás que aparecerá.- La tercera esposa del empresario, Olivia, habló mientras abrazaba al hombre y le besaba el cuello.

-No entiendo cómo su auto pudo desaparecer del mapa.- Pensó Mike. De pronto pareció preocuparse.- Quizá sufrió un accidente.

-Claro que no, amor.- Olivia miró a otro lado mientras le daba masajes en la espalda a su esposo.- Sólo debe de ser un capricho suyo como siempre, y huyó.

-Sí, tienes razón. Ya regresará prontamente implorando por dinero.- Concluyó Michael asimilando las palabras de su prometida.

Luego de eso, Mike continuó haciendo su trabajo de administración de algunos de sus casinos en Las Vegas. Por otro lado, Olivia se había retirado del edificio a paso elegante, como si tuviera un roll del que enorgullecerse en la vida. Se subió al Mercedes negro que la esperaba, y dio la orden a su conductor de que la llevase a algún lugar.

Minutos más tarde, llegó a un restaurante barato.
¿Con quién rayos iba a reunirse?

-Hola.- Olivia se veía feliz al ver al hombre que se sentó frente a ella.

-¿Cómo estás hoy madre?- Se sentó un joven con sudadera.

-Todo va saliendo de maravilla,mi niño.- La mujer tomó la mano del joven sobre la mesa.- Pronto tendremos la vida que nos merecemos.

-Ya lo creo.- El chico miró a su madre.

-¿Y cómo va la búsqueda del vehículo?- Preguntó Olivia.

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En las oficinas, Mike quería estar ocupado, pero su mente le traicionaba. A cada rato se descubría a sí mismo pensando en su hija, y única heredera, Lauren.

Tenía que aparecer ya, para poder completar su matrimonio con Nicolás de NY. Era su responsabilidad hacerlo.

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~Mas tarde en el taller de Dinah:

-¿Y cómo te fue con tu novia?- Dinah preguntó cuando vio llegar a Lauren.

-¿Qué es una novia?- Preguntó Lauren.

-Es cuando le pides a alguien que te gusta que esté contigo, salen juntas y tienen citas, se conocen, se aman y las demás cosas fluyen. -Dinah resumió.

-No se que es gustar con exactitud, pero no creo que sea el caso.- Lauren comentó.

-No digas tonterías. Es obvio que ustedes dos se atraen desde que se conocieron. Las he visto.- Dijo Dinah.

-¿Atraer? Di, ni si quiera recuerdo qué es amar. Lo que me expliques no lo voy a entender. Apenas conozco a Camila.- Lauren se mantenía neutral.

-Si tu lo dices. Pero ya lo verás poco a poco. Ustedes tienen algo especial.- Dinah concluyó. No quería molestar más a Lauren con eso, así que la invitó a que la ayudara a reparar un auto en su lugar.

La ojiverde comenzaba a aprender del arte de arreglar autos. Y la verdad, le estaba gustando muchísimo.
La manicura que tenía en las manos estaba completamente olvidada. Ahora eran un desastre.

Por un momento Dinah necesitó de una pieza, así que mando a Lauren a traerla junto al corralón. Estando allí, la ojiverde trató de buscar lo que su nueva amiga necesitaba. Luego de encontrarlo, Lauren se quedó mirando los autos que estaban encerrados, bajo la custodia del Sheriff. Eran preciosos, pero hubo uno en particular que le llamó la atención. El plateado del fondo.

Perdida (Camren)Where stories live. Discover now