Perdida (Camren)

Capítulo XV

Narrador:

-Sí madre, hace 15 minutos que mandé a mis hombres. Ya deberían de estar allí.- contaba el hijo de Olivia.

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Narra Camila:

10 minutos después de haber comenzado a empacar nuestras cosas, se escuchó que tocaron a la puerta.

-¡Corran! ¡Son los matones!- Dinah se alarmó tomando sus cosas sin empacar, y sus compras recién hechas-. ¡Salgamos por la ventana!

-Di, esto es un penthouse.- dijo Ally. 🙄

-Echaré un ojo por el picaporte.- digo tratando de disimular mi preocupación de que pudiese tratarse de otra cosa, o personas peligrosas. Caminé hasta la puerta principal en completa calma. -¿Normani?- me sorprendí al verla, pero le abrí inmediatamente.

-Di, no son los matones. Ya puedes salir de abajo de la mesa.- Ally se agachó a la altura de la escondite de la más alta.

-Hola.- saludé de beso y abrazo-. ¿Cómo estás? ¿Qué es haces aquí? ¿Cómo nos encontraste?

-Lauren me dijo que las vio en el restaurante, anoche, así que pregunté allí; luego me dijeron que se estaban hospedando aquí. Ya sólo pregunté por el número de recámara, y eme aquí.- Normani sonrió.

-¿Qué no es ilegal eso de preguntar datos de otras personas?- Winn preguntó.

-No sabes lo que una buena suma de dinero y un respaldo de renombre de empresas Jauregui puede hacer.- Normani guiñó el ojo derecho.

-¿De casualidad trajiste guardaespaldas?- cuestionó mi hermanita. Normani negó en respuesta-. Alguien más está preguntando por nosotras.

Cuando Sofi nos mostró la pantalla de su laptop, todas nos alertamos de inmediato. No trajimos muchas cosas, pero era una suerte de que ya estamos listas para correr, y más aún ahora. Cada una tomó un lo que más pudo cargar consigo. Normani sugirió que lo mejor que podíamos hacer era bajar las escaleras rápidamente.

Aún faltaban un par de maletas, pero me di cuenta de que el elevador estaba a unos pisos abajo todavía para llegar; sabía que tenía que correr lo más rápido que podía, ya que no podíamos abandonar dicho contenido con tecnología de mi hermanita.

Estando en el departamento, miré algunas cosas aun en la mesa donde trabajamos; las arrojé sin pensar al interior de una mochila antes de salir corriendo hacia las escaleras de emergencia. Inmediatamente después las puertas del elevador se escucharon, dejando ver a cuatro o cinco hombres, enormes y calvos; ¿por qué los malos tenían que ser calvos siempre?; dirigiéndose y deteniéndose frente a nuestra vieja puerta. Sin esperar a mirar más, decidí bajar corriendo para alcanzar a mis amigas.

Dos pisos abajo, tomamos el elevador para bajar más rápido, pues todavía debíamos de pasar a dejar las llaves de la habitación. Aunque a decir verdad, sólo las arrojamos al mostrador de la entrada y salimos corriendo; pedimos nuestros autos, abordamos saliendo a toda velocidad.

-Gracias a dios.- dijo Ally con alivio, respirando hondo.

Todas ya estábamos a salvo. Bueno... al menos por ahora. Yo me subí en el Mercedes de Normani y Ally, mientras que Dinah se fue con Winn y mi hermanita.

-Olvidaba que había dejado a Tony en California.- Normani suspiró tocando su auto con delicadeza.

-¿Y ahora a donde vamos?- Ally conducía.

-Aquí.- la morena encendió el computador de su auto para colocar una dirección predeterminada, en la cual no habíamos pensado antes. Allí será nuestro próximo destino-. Iremos al lugar que menos se espera que estemos: la empresa Jauregui.