Perdida (Camren)

Capítulo X

En alguna parte de nevada:

-Ay no, mi amor, ¿cómo estás? Estaba tan preocupada por ti.- Olivia apareció en el hospital justo cuando Michael despertó.- ¿Cómo te sientes? Por un momento creí que te perdería.- Fingió llorar.

-Los dejaré solos.- Dijo Normani luego de hablar con Mike. Salió de la habitación y se encontró con su padre.

-Aún no hay rastro de hackeo. Nuestros técnicos aún no logran encontrar nada, sobre lo sucedido.- Dijo el mayor.

-Seguiré buscando, lo prometo.- Respondía Normani.

-¿Vamos por un café?- Dijo su papá de Normani. Ella aceptó. Se sentaron en una mesa y se pusieron a platicar sobre otras cosas que corrían peligro en la empresa.

Recibieron otra llamada de los técnicos del trabajo.

-¡Jefe, están invadiendo nuestros sistemas, ahora mismo!- Dijo el empleado.

-¡Hagan algo!- Exigió el padre de Normani.- No dejen entrar a nadie.- Colgó.

-¿De nuevo?- Preguntó la más joven. Su padre asintió.

Nada de esto estaba bien.

Pasaron apenas dos días, y las cosas en la empresa ya se estaban yendo cuesta abajo sin Michael al frente.

Quien estaba a cargo es estos mismos instantes era la vicepresidente. ¿Y adivinen de quién se trataba?

En efecto, Olivia.

La mujer estaba haciendo un pésimo trabajo en la administración de la empresa.

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Un par de días después, Mike salió del hospital, pero aún así, todavía faltaban unos cuantos días más para que se concrete su boda con Olivia.

-Ponme al corriente.- Dijo Michael a Normani, quien era la encargada de hacer la evaluación administrativa.

Ambos subían por el elevador.

-El dinero de la empresa está en números muy bajos, señor; pero podríamos salir adelante si se tomara un préstamo de las ganancias de los casinos en Las Vegas; puesto que, aún no tenemos resultado o paradero del dinero empresarial. Sin embargo, los casinos también se verían afectados eventualmente, si es que no se tienen ganancias de por lo menos 400 millones de dolares al día. Para ello, señor, tendría que conseguir que los mas valiosos apostadores entren a sus casinos.

-En otras palabras. Podría perderse dinero por ambos lados.- Concluyó Mike pensativo, entrando a su oficina y tomando asiento, dándose masajes en la frente.

-Es correcto, señor. A menos, que se cierre la empresa y...- Michael silenció a Normani con un manotazo en la mesa.

-¡La empresa no cerrará! Debemos correr el riesgo.- Dijo el empresario. Michael se volvió a marear, pero esta vez tomó su medicamento y se tranquilizó. - ¡Tengo que encontrar a mi hija, ya! Hay que salvar las empresas Jauregui.

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Mas tarde en la oficina de Michael:

-La empresa ya estaba en problemas antes que esto pasara, pero eso ya lo sabías, ¿no es así, Derrik?- Mike estaba hablando con el papá de Normani.

-Los números iban mal, lo sabía Michael; por más que disfrazaras las sumas. La empresa ya estaba sufriendo desde mucho antes.

-Pero, ¿sabías que por eso buscaba casar a mi hija con uno de los hijos de un empresario de Nueva York, como solución a nuestras deudas?- Derrik se mostraba incrédulo ante la desconocida confesión de Michael.