Capítulo VII

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Aquella tarde-noche, la cita de Lauren y Camila había salido bastante bien. Sin embargo, no había pasado nada más que un par de sonrisas y besos en la mejilla de despedida, ya que al llegar a la casa de la castaña, allí estaba su hermanita.

A la mañana siguiente, Lauren tenía una enorme cara de felicidad. Adoraba el hecho de que era aún más cercana a la castaña.
Por otro lado, también estaba su teléfono celular que aún estaba en la espera de carga. Así que con mucha prisa, Lauren subió en su bicicleta y se fue hacia la tienda de electrónicos.

-Me gustaría saber, si mi paquete llegó ya.- Cuestionó Lauren.- Lo necesito ahora.

-Llegó anoche.- Dijo el joven reconociendo a la ojiverde, sacando el paquete de la alacena.

La ojiverde pagó lo que tenía que pagar y se fue de vuelta al trabajo.
Aún tenía que hacerlo, así que optó por llevar el celular al trabajo con Dinah.

-¿Puedo conectarlo aquí? - Preguntó la ojiverde, señalando el enchufe.

-Claro.- Respondió la más alta.- Veo que conseguiste un cargador.

-Sí.- Sonrió la ojiverde.- Oye Di, ¿y esto como se carga?

Dinah le mostró a su nueva amiga cómo poner a cargar el celular. Segundos después, Lauren dejó cargando el móvil, mientras aún estaba apagado, pues decidió que debía de seguir trabajando en su auto mientras tanto. El coche ya tenía un muy significativo avance en sus reparaciones.

-¿Y cómo vas con tu memoria? - Preguntó Dinah repentina.

-Sigue igual.- Respondió la ojiverde bufando. Se levantó del suelo con una llave en su mano y se acercó a su celular.- ¿Cómo se prende esto?

Dinah miró a su amiga.
-Déjame echarle un vistazo.- Lauren le dio el móvil, y en unos instantes se escuchó un ringtone.- Listo.

Del teléfono celular estaban comenzando a llegar demasiados mensajes y notificaciones; de su padre, de la oficina de su padre y muchos más. Dentro de ellos había un nombre en particular; había un nombre clave que despertaría gran parte de la memoria de Lauren.

Normani.

-¡Aagh!- Lauren se quejó por un dolor de cabeza.

Dinah le miró muy preocupada y se le acercó. Al verla con mucho dolor dijo:
-Traeré una pastilla.

La ojiverde lo recordaba; por fin recordaba su vida.

¡MIERDA! Tenía que llamar rápidamente a Normani mientras Dinah no estaba.

-¿Lauren, eres tú?- Era su mejor amiga al otro lado.- Oh dios mío, estás bien. ¿Eres realmente tú?

-Sí soy yo, Mani.

-¿Cómo estás? ¿Dónde estás? - La morena estaba al borde del llanto.

-No puedo decirte mi ubicación, Maní, pero debo decir que estoy bien. Realmente lo estoy, lo juro. Debo mecionarte que...- ahora que lo pienso bien.-... no quiero volver a casa. No quiero retomar mi antigua miserable vida, para que mi padre me obligue a casarme con quien no quiero.

-¿Qué estás diciendo?- Normani estaba muy confundida con la información.

-Sólo te llamé para decirte que estoy bien. Pero estaré fuera de linea. Yo seré quién te llame cuando pueda, ¿de acuerdo?- Lauren anunció, pues ahora con su memoria de vuelta, pensaba que podían rastrearla con el celular.

-Ten mucho cuidado, Lauren.- La llamada terminó cuando la ojiverde escuchó un ruido proveniente de la casa de Dinah. Ella ya venía de regreso.

-¿Has encontrado algo interesante en el celular? - Preguntó la chica alta viendo más tranquila a Lauren, aún así, dándole una pastilla para el dolor.

Perdida (Camren)Where stories live. Discover now