Perdida (Camren)

Capítulo XII

-Hola.- Dijo Camila, sentándose a un lado de Lauren.

-Hola.- Lauren no la miró debido a lo pensativa que estaba hace unos instantes.

-¿Cómo te encuentras?- Le miró la castaña.

-No lo sé. Ahora todo en mi cabeza está muy revuelto.

-Entiendo.- Camila suspiró.- Pensar que muchas personas dependen de ti, y que tú mejor amiga te lo pida de esa manera... Normani también está estresada. Ella tuvo que presenciar todo los conflictos de los que hablaron. Tampoco ha de ser fácil para ella.

-Lo sé.- Lauren suspiró.- No quiero volver, Camz. Quiero quedarme aquí contigo.

-A mi también me fascina la idea de que te quedes.-Camila tomó la mano de Lauren.- Pero aún así tienes que decidir y hablar con Normani, y una vez que lo hagas, yo te apoyaré sea lo que sea.

Lauren se recostó en el césped mirando al cielo.

-Estoy segura de lo que estoy sintiendo ahora, Camz.- La ojiverde suspiró.- Hablaré con Normani y le diré que... Me quedaré. Nadie podrá cambiarme de idea. Y no dejaré que mi padre se alga con la suya. Él no va a venderme de esa manera.

Camila sólo se recostó a un lado de Lauren para abrazarla en nuestra de apoyo.
Ambas se quedaron así durante un buen rato.

Un par de horas más tarde, Lauren t Normani se volvieron a reunir para hablar con más calma.

-Perdóname, Laur.- Dijo Normani.

-Yo también lo siento, Mani.- Lauren abrazó a su mejor amiga.

-Está bien, Laur. Comprendo tu postura. Yo aún en tu lugar haría lo mismo. Es muy díficil pensar en volver cuando la única solución que parecen ofrecerte es casarte con alguien extraño a quién no amas. Ni siquiera yo como tú mejor amiga, permitiría que eso te sucediera. Perdón por presionarte.- Normani bajo la cabeza.

-Tu preocupación es porque hay muchas cosas en juego, muchas vidas económicas que dependen de la empresa Jauregui. Y tienes razón también en lo que dijiste, sigo siendo yo, una egoísta que sólo piensa en sit misma, pero en realidad es porque tengo miedo. Miedo a fallarles a todos. Sin embargo, aún pienso que mi padre tendrá más ases bajo la manga. Él verá la manera de hacer flotar lo que queda de la empresa. No me importa si él me deshereda. Estaré bien estando aquí. Me quedaré, Mani.

-Esta bien, Laur.- Normani hizo una media sonrisa.- Tu padre se puede ir a la goma, entonces. En cuanto a mi padre y a mi, haremos lo que podamos hasta que tú padre se recupere o, en su defecto, se pierda todo.- Se levantó del sofá.- Ahora tengo que volver a Nevada.

-¿Te vas tan pronto?- Preguntó Lauren.- Acabas de llegar... ¿No podrías quedarte un par de días más? ¿Por mí? En verdad extrañé a mi mejor amiga.

Normani pensó y luego sonrió.
-Me quedaré unos días, ¿de acuerdo?

-Gracias.- Lauren volvió a abrazar a Normani.

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En alguna parte de Nevada:

-Está hecho. La empresa de tu prometido está en la bancarrota.- Decía el hijo de Olivia.

-Ahora no creo que valga la pena casarse con un hombre que no tiene casi nada.- Pensaba Olivia en voz alta.

-Aún tiene los casinos.- Dijo el joven.

-Los azares son de pérdida o ganancia. Aunque muchas veces los dueños provocan que haya más perdidas para los clientes y ganancias para el casino.- Olivia reflexionaba.- ¿Crees que puedas invadir los sistemas y quitarles todo lo que les queda?