Capítulo VIII

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“Dos gotas de agua manchadas de color verde y rosa”.

La mujer estaba tejiendo zapatitos de bebé rosados, dando un aire femenino.

—¡Ay! —chilló y acarició su vientre. —¡Steven! —él se levantó y dejó el libro titulado “La Biblia del embarazo”.

—¿Sí, Spinel? —ella miró a Steven.

—Tengo un problema —sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Qué te ocurre? —se preocupó y tomó la mano de la mujer.

—Si me golpean, ¿qué tengo que hacer?

—Diles que paren —la mujer asintió y miró mal a su vientre.

—¡Deja de pegarme, cría! —chilló y siguió tejiendo, hasta que volvió a hacer una mueca —¡oye! ¡Para! ¡Steven, dile a la cría que pare!

—¿Qué? ¿Está...? —el hombre apoyó su mano en el vientre ajeno y sus ojos brillaron —¡Está pateando!

—¿Eh? —pronunció incrédula —¿es malo?

—¡Es uno de los momentos más emocionantes del embarazo! Realmente creí que no tendrías síntomas, ya que no vomitas —apoyó su cabeza en el vientre ajeno —hola, bebé, soy tu papi.

—Oh —la rosada parpadeó —¿qué haces?

—Le hablo, es para tener ya un vínculo con el bebé —la tomó de las manos —sacaré orden para una ecografía o un médico que te vea. ¡Aunque ya vamos cinco meses! —ella contuvo el aliento.

—¿Cinco meses? —acarició su vientre.

—Sí, claro —se encogió de hombros y levantó la camiseta ajena.

—¿Y cuánto es un embarazo? ¿Un año?

—¡No! Son nueve meses.

—Pero lo podemos redondear un año —parpadeó.

—¡No! Son nueve meses —insistió.

—Bien...

—¡Bebé~!

—¿No podemos preguntarle a Garnet cómo será?

—¡Oh! —se ilusionó —claro, iré a preguntarle —se levantó.

...

El timbre sonó, causando que de inmediato se vea al rosado.

—Mira, niñata, te necesito hasta las doce, ni más ni me——se detuvo al ver al morocho. —Steven —dejó de colocarse aquellas caravanas. —Cuánto tiempo —rió.

—Lo mismo digo... ¿Puedo pasar? —Lars se hizo a un costado y entró.

—¿A dónde ibas? —Lars cerró la puerta y suspiró.

—A la pastelería —contestó —estoy muy estresado.

—¡Puedo irme si quieres! —levantó las manos.

—No, no te preocupes. ¿Por qué viniste?

—Quería verte —se encogió de hombros. El rosado rió.

—Hablo de que pudiste pasar por mi cabello mágico... Pensé que habías muerto —bromeó.

—¡¿Qué?! ¡No! —carcajeó. —Nunca, deberías librarte de mí de otra manera.

—¿'api? —una pequeña de cabello verde y piel anaranjada apareció, gateando. Ella poseía un hermoso ojo café, junto a una gema verde en su otro ojo. Su cabello tenía manchas anaranjadas dando referencia al antiguo Lars.

—Uh... —tragó saliva. —... Mira, Steven, necesito pedirte un favor.

...

—¡Papi! Izaro es buena dibujante —señaló a la menor que sostenía un dibujo de una flor de tan solo dos años. —¡Es grandiosa!

—'ue... —frunció el ceño. —... ¡Na!

—Es un amor —susurró enternecido Steven, cuidando a las dos bebés. Lars se había ido hace unas horas.

—Bue–na —habló la mayor enseñándole a la bebé.

—'ue... ¡Na! —exclamó de nuevo haciendo una sonrisa, provocando que se cayera su chupete. Loto lo agarró y lo metió en la boca de la bebé que empezó a reír nuevamente y lo escupió, creando un círculo vicioso. Steven sonrió nuevamente y cerró sus ojos.

Irónicamente Steven se pregunta si Spinel aún lo ama desde los ojos de Loto.

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¿Les gustó? Admito que cada vez que hago las líneas de Izaro y de Loto imagino a un bebé. Y justo mi debilidad son los bebés.

Bien, este capítulo fue tranqui, no hubo nada doloroso, bueno, ¿no? Aunque debo de avisarles que el próximo (dudo aún) pero se viene con toda. Se viene una noticia dura~.

¿Teorías? Las leo con emoción al igual que el resto de comentarios.

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She's GONE | StevnelWo Geschichten leben. Entdecke jetzt