Capitulo VII - Cosas de negocios

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Unas semanas después de haber concordado la ubicación y disposición de todas las tropas que saldrían a la reconquista de Sunval y sus provincias, por lo que habían averiguado los espías enviados por el emperador hasta aquellos lares, los señores regentes seguían como prisioneros de los esclavistas y estos habían literalmente saqueado y destruido el palacio y los templos de Sunval.

Ya el invierno estaba culminando para pudimos mover algunos puestos de avanzada y los dromones de Gallois estaban listos para zarpar, así mismo el espíritu competitivo de Byrech le hizo construir cuatro fragatas más ligeras y rápidas, la idea de los dromones le llegó a oídos de los emperadores, los cuales enviaron a algunos alquimistas para preparar fuego dragón, un líquido tan peligroso que ni el agua podía apagar sus llamas, sería un "regalo" de su parte a la señora de Galura y sus sirvientes para apoyar en la batalla, cuando los barcos estuvieron listos, ya las balistas y las granadas además de los escupefuegos estaban integrados.

El ejército contaba con al menos siete mil ochocientos hombres, llevados por diez comandantes a la par de sus señores, el número era casi superior a las menguadas huestes que habían sido destrozadas en la guerra de conquista, por lo que antes fue un gran ejercito de diez mil hombres, apenas eran unos seis mil, más los mercenarios de los esclavistas y algunos piratas que no eran más de quinientos, la batalla estaba ganada con las estrategias implementadas, ahora la única guerra que tenía que enfrentar era la de la verdad para decirle lo que había hecho a Uma.

Ella estaba sonriente mientras charlaba con sus nuevas amigas, las señoras Reid y Liwood, que comían algunas tartas en uno de los palaciegos jardines. – Eh... Uma necesito hablar contigo un momento – ella sonrió y se despidió de sus acompañantes y me tomó el brazo con suavidad.

- ¿qué querías decirme Kosei? – ella sonreía de oreja a oreja mientras que yo me iba hundiendo más y más en mi propia culpa.

- Es... algo importante – caminé con ella hasta el cuarto que compartíamos y después de cerrar la puerta la hice sentarse en la cama mientras yo tomaba sus manos.

- ¿Kosei que pasa? Te noto extraño... desde que fuiste a ver a ese adivino te ves raro... - ella dejó su sonrisa por un gesto de preocupación.

- Precisamente... por eso debo decirte que, hablé con lord Gallois... me ha concedido a modo de préstamo una de sus galeras de guerra para enviarte a ti y a Sacia... también a Celdric, de vuelta a Bermini... - sentí como ella me quitó las manos de golpe y se tapó el rostro para aguantar un sollozo.

- ¿Por qué? ¿Por qué ahora que estaba acostumbrándome? – ella me miraba pero yo no podía verla, me levanté y respiré profundo viendo hacia el techo.

- El asesino me atacó en un sueño con su magia... me invadió la mente y me dijo que mataría a cuatro personas importantes para mí, así como yo había matado a sus hombres... - suspiré y pegué la cabeza contra la pared apretándome el puente de la nariz.

- ¿Por eso es que me quieres lejos? Por eso... porque ¿el brujo te dijo que iba a matarme? – ella me buscó y me tomó el rostro con sus delicadas manos. – Dímelo, mírame a los ojos Kosei... si es cierto lo que dices me iré cuando la primavera comience... ¿Eso lo que deseas? ¿Quieres que me valla de tu vida? –

El tono sollozante y doloroso de sus palabras me estaba apuñalando el alma, sentí como mis lágrimas comenzaron a bajar por mi rostro al verla llorar desconsolada agachando la cabeza.

- No... Quiero que seas feliz... que seas libre... que puedas decidir tener un mejor futuro con Celdric y con Sacia... - tragué saliva y la acerqué a mí, pegando su frente con la mía. – No soportaría verte morir... No soportaría saber que ustedes fallecieron por mi culpa...- le di un beso en los labios y de nuevo vi esos profundos ojos azules.

La Princesa y El JenariWhere stories live. Discover now