Capitulo XII - Muerte en Galura

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Era de noche cuando el campamento de asedio se preparó para establecerse en las afueras de Narlet, yo cabalgaba con los comandantes liderando una tropa que vigilaba el campamento de mi ejército, ya habíamos preparado el ariete y las torres de asedio, los hombres estaban pendientes de cualquier movimiento extraño mientras que me veían, daban órdenes y seguían las mías. Cuando el sol se ocultaba en las afueras de las barricadas una mujer venía a caballo tapada por una capa de viajero, fui con mis caballeros hasta la entrada a recibirle, mientras los arqueros le apuntaban.

- Mi señor... - los soldados hicieron silencio cuando la dama llegó y se destapó la capucha, era la cuñada de lord Liwood, lady Sissel de Sunkeep.

- Señora Sissel... - le saludé de forma formal y bastante fría.

- Marqués... - ella sonreía de forma coqueta pero podía ver que en sus ojos la frialdad era igual que la mía.

- ¿A que debo su visita? – los hombres desenvainaron y yo di la señal de alto para ellos.

- Quiero negociar... - ella se bajó del caballo y caminó hasta estar cerca del mío, bajo su capa llevaba un vestido de seda magenta y naranja lleno de bordados de oro.

- ¿Qué quiere negociar mi lady?, estamos en medio de una escaramuza... - mi segundo al mando, un hombre de Sunval habló mientras ella lo miraba.

- Precisamente eso... si el marqués fuese tan amable de oir mi propuesta... o si no, pudiera volver tranquilamente al castillo y hablar con mis cuñados –

- No no... le escucho, señora Sissel... - me incliné para darle una mano y ella subió a su caballo mientras la escoltábamos hasta mi pabellón.

Dentro de la tienda de campaña ella se sentó con las piernas cruzadas mientras yo le servía una copa de vino y me sentaba en la mía, mis soldados estaban apostados todos alrededor de la carpa por mi orden.

- Marqués Kosei... quien lo diría, he venido a negociar sobre el futuro de Narlet... - ella recibió la copa y luego me miró algo desconfiada hasta que yo bebí el vino primero.

- Explíquese... - bebí un trago largo y luego dejé la copa en una mesa que estaba junto a mí.

- Sé que le nombraron barón de Galura sin siquiera ser poseedor de la ciudad... también sé que están acá para matar a aquel que se resista... - ella sonrió y luego me miró con sus ojos sagaces llenos de esa misteriosa coquetería suya.

- Así es... pero curiosamente eso último no lo dije yo... ¿Qué es lo que en verdad quiere lady Sissel? - apoyé un codo en la mesa y el otro en la silla.

- Quiero que vos nombréis a mi esposo señor de Narlet... quiero que expulse a la señora de Liwood de la ciudad y la devuelva con su familia a Río Dragón... que mi hijo deje de ser caballero... - ella se levantó y con cada petición se acercaba a mí.

- Me pide mucho mi lady... no puedo elegir quien habrá de morir o vivir... gobernar o no si no he ganado la batalla... - la observé de forma cuidadosa, su escote estaba bastante pronunciado como siempre, su cabello que caía como una cascada color miel y esos ojos claros suyos la hacían una mujer hermosa pero sabía que es lo que quería.

- ¿Y si le digo señor marqués... que me toméis como concubina? – ella se sentó en mi regazo mientras yo suspiraba un poco serio.

- A mi esposa no le gustará... ya he hecho demasiadas cosas malas... - ella me calló con un beso en los labios.

- Algunas veces... es necesario hacer cosas malas... por un bien mayor... - la miré mientras ella tomaba mi mano y la ponía por debajo de la tela en sus pechos.

La Princesa y El JenariWhere stories live. Discover now