Chemistry.

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(reproduce la canción si quieres para mejor efecto)


La música se escuchaba extrañamente alta en los oidos del menor, retumbando y sin nada más que hacer que beber y ver como el humo se apoderaba poco a poco de la habitación se mantuvo sentado y a cada segundo se iba tranquilizando más, sus ojos ardian y Murdoc movía su cabeza de un lado al otro al compás de la música, lo miraba de re ojo todo el tiempo, no había manera de que lo notara.


Murdoc entonces se puso abruptamente de pie mirando al peliazul con los ojos bien abiertos y ofreciendole su mano con una sonrisa en el rostro


- ¿Que es esto?.- pregunto el peliazul confundido y algo mareado.


- Me concedes esta pieza?


- ¿QUE?.- grito sin darse cuenta el peliazul ¿Que mierda es esto? se preguntaba.


- Vamos... Al menos si vas a estar aquí encerrado por que no me fió un pelo de que manejes los efectos de las numerosas substancias que tienes en el cuerpo -tose.- Entretente un poco.- dijo volviendole a ofrecer la mano colocandola mas cerca de su rostro


Stuart temblaba pero al mismo tiempo se sentía algo somnoliento, ni si quiera era capaz de sentirse nervioso en ese momento, le dio su mano con firmeza y se puso de pie con un ligero jalón de murdoc, estaban demasiado cerca, el menor podía oler su vibrante aroma directamente, Murdoc lo soltó y se puso a bailar animosamente frente a el mientras lo miraba sonriendo


El chico sintió directamente que tenía que bailar con el como consecuencia de darle la mano así que trato de mover su cuerpo de la mejor manera que podía  pero con su inexistente talento en el baile le resultaba difícil poder llevarle la corriente sin parecer retrasado


Pero la música se sentía tan bien... mejor de lo normal, podía sentirla entrar y salir por sus oídos, tenía la necesidad de bailar, tras un rato de girar por el cuarto Murdoc volvió a tomar su mano, solo para dirigir la segunda a la correspondiente, el mayor entonces lo miro a los ojos sin desvanecer esa sonrisa que hacia que Stuart se retorciera y comenzó a moverse en lo que pronto se volvió un baile al unisono, Murdoc definitivamente no estaba del todo sobrio, en ningún aspecto, en su raro estado de sobriedad jamás haría dichas mariconadas con un chico tan joven después de venderle droga y básicamente obligarlo a que se quedara, pero no se detuvo, siguieron así por un rato, Stuart estaba en una cúspide de una felicidad que no conocía, giraba regocijadamente en manos de aquel hombre por el cual pecaba.


Noto como el baile se volvía más lento hasta quedar estáticos y en cuanto abrió los ojos noto su cercanía, estaban casi pecho a pecho y mientras la mirada incesante de Murdoc penetraba en la del menor este mismo se encogía en su lugar avergonzado de la proximidad, pero... la respiración de su nariz chocaba con su frente y parecía que a  cada segundo el mayor le apretaba las manos que tenía en su agarre con un poco más de fuerza, sus ojos entrecerrados, eran como veneno y Stuart no podía parar de querer tenerlo todo en su sangre así que instintivamente se acerco un poco más pero Murdoc interrumpió derrepente


- Es cruel de mi parte encerrarte aquí.- dijo sin siquiera tomar distancia del rostro del chico el cual ahora se encontraba a pocos centímetros del suyo


- Deberíamos de ir a una fiesta.- dijo mientras deslizaba su mano lentamente desde la mano del chico hasta su hombro y al llegar lo presiono con cierta firmeza


No hace falta recalcar que en este punto Stuart estaba a dos pulgadas más de piel recorrida por las manos de Murdoc para entregarse a su merced, en sus mejillas se esparcía generosamente un tinte rojizo que le tintaba la nariz y la punta de las orejas, sus ojos bailaban en los del mayor mientras la mano que este había dejado ir se esforzaba por no temblar.


- Uhm... c-como quieras


- Bien.- Dijo murdoc separándose definitivamente del chico y dando un aplauso al aire.- Perfecto timing, tengo una fiesta justo en media hora dijo mientras con una mano miraba su celular  el cual había sacado de su bolsillo y con la otra rebuscaba en uno de los sillones.- ponte esto dijo lanzandole delicadamente una chaqueta al menor el cual aun temblaba ante lo que había pasado hace pocos momentos, estuvieron tan cerca... y eso le revolvía el alma, miro la chaqueta, tenía su aroma, era de mezclilla verde obscura, tenía un par de parches de figuras y una quemadura de cigarro cerca de la muñeca, se la puso como pudo mientras veía al mayor desprenderse de su ropa, la playera sin mangas que tenia puesta y el short, el menor miraba sin ningún tipo de prudencia o vergüenza con la mandíbula a medio abrir la escena, su espalda trabajada deslizaba con elegancia las prendas fuera de su cuerpo, dejando ver el tatuaje en su espalda baja de una serpiente.


El chico aparto la mirada tras darse cuenta de lo que el mayor hacia un poco apenado pero sin un segundo de arrepentimiento.


Tras algunos minutos ambos se encontraban en el vehículo en el que alguna vez Stuart ya había estado, el mismo que lo saco de aquella vergonzosa experiencia solo para recibir la noticia de que su propietario no quería ver su rostro otra vez... pero estaba allí, y se sentía afortunado.


Su cabeza daba vueltas mientras sacaba el segundo cigarro que Murdoc le ofreció de su cajetilla, miraba por la ventana el cegador atardecer, ¿de verdad había pasado tanto tiempo?, la velocidad a la que iban hacia que el viento le revolviera el cabello y se llevara la ceniza del cigarro.


Al llegar Stuart pudo apreciarlo, la fiesta de hecho aparentemente tendría ya varias horas de haber comenzado, pues la casa se veía demacrada y de sus ventanas salían luces de distintos colores.


¿Qué estaba haciendo allí?, Murdoc de verdad lo metía en situaciones las cuales no preferiría pero esa sensación que tenía cuando lo tenía cerca era lo mas motivador que había conocido en su vida, tanto que el mismo llamado introvertido fue a la puerta de aquel hombre solo para poder verlo otra vez... dios, de verdad que esto estaba mal, pero Stuart no podía hacer nada, estas cosas nuevas eran tan excitantes.


- Recuerda que vienes conmigo.- dijo Murdoc mirando al menor que se encontraba a su derecha por el rabillo del ojo sin desvanecer su sonrisa, no serviría de nada seguir comportándose como un cabeza dura el resto de la noche, este chiquillo le transmitía algo bastante novedoso a Murdoc y a falta de explicaciones las locuras venían a la mano.


Se bajo habilidosamente del vehículo y se coloco en la puerta del peliazul y la abrió por el, el chico sumamente extrañado salio solo para ver que el hombre le ofrecía el brazo con esa sonrisa que rozaba lo siniestra


Sonrió de lado y lo tomo.

Teach me / Enséñame (Studoc/2Doc AU)Where stories live. Discover now