Juntos

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Dos jovenes apuestos caminaban tranquilamente en el mercado del pueblo, ambos vestian de ropas sencillas aunque de formas muy diferentes, uno de blanco tan recto y puro, en cambio su acompañante vestia de negro con rojo algo desaliñado, cada uno portaba un collar de la misma forma pero diferente color.

-Lan zhan mira esa fruta caramelizada se ve deliciosa, vamos a comprar una- dijo la voz cantarina de un joven de tunicas negras con rojo.
-Wei ying...-respondio el joven de tunicas blancas.
-Esta bien, solo dame un ratito mas, el mercado esta lleno de vendedores y cosas deliciosas, y quiero ver mas cosas, vamos Lan zhan dame un descanso.
-Hmm- asintio lan zhan

Despues de deambular un rato mas, los jovenes de tunicas se fueron alejando cada vez mas de la multitud, hasta llegar a las profundidades del bosque hasta llegar a un claro. lentamente sus ropas cambiaron por unas de mejor calidad pareciendo tan impecables como deidades, ya que eso es lo que eran, unas deidades.
Las tunicas de wie ying  negras como un abismoy otras rojas como la sangre, pero su tunica exterior era gris, con el bordado de flores lycoris rojas y su cabello sujetado por un listón rojo.
En cambio Lan zhan portaba una tunicas tan blancas con azul que parecian brillar y algunas nubes bordadas en la tunica  exterior, su cabello estaba medio recojido con un adorno y portando una cinta blanca en su frente.
Una vez de habiendo cambiado a su forma original como dioses, wei ying se despidio rapidamente de lan zhan con un beso en la mejilla, al bajar la mirada vio como las flores a sus pies se marchitaban.
-lan zhan, lo siento- se disculpo con algo de tristeza en su voz-realmente es inevitable.
Con un sentimiento de tristeza dio media vuelta para continuar su camino. pero una mano lo sostuvo de la muñeca para evitar su andar.
-sabes que imposible eso-lan zhan se acerco para a abrazar a wei ying y darle un dulce beso en sus labios.
-tu siempre sabes como animarme- con una sonrisa en sus labios wei ying se separo de su amado, dando una caricia a su mejilla, para continuar su andar.

Para wei ying  ser el dios de la muerte le era realmente imposible evitar dejar el rastro de muerte a su paso, a diferencia de su amado lan zhan quien al ser el dios de la vida las flores crecían a su paso. Dos deidades totalmente opuestas, pero que aun asi se amaban profundamente.

Pasado

Al ser las primeras deidades, era claro que habian compartido mas tiempo juntos. el primero fue lan zhan y unos años despues llego wei ying, al principio lan zhan no lo queria, se enojo al saber que el otro dios tenia como deber destruir lo que el creaba, despues acepto que solo era su trabajo aparte de que no lo toleraba, ya que constantemente lo perseguía a todos lados y no paraba de hablar, él estaba acostumbrado al silencio y la tranquilidad, ya que habia estado muchos años solo.
con el tiempo noto que cuando wei ying se aparecia ante él en el mundo mortal, siempre estaba sobre un roca o un tronco podrido.
un dia lan zhan caminaba en un prado, diviso al dios de la muerte hincado junto al cuerpo moribundo de un pequeño oso, estaba por irse ya que no queria ver una de sus creaciones ser destruida, cuando escucho a wei ying hablar con tristeza.

-descuida, ya no te dolera.-puso su mano en los ojos del pequeño oso, y los suyos cambiaron a un color carmín,  lentamente una luz salio del cuerpo inerte- te llevare a un lugar donde ya no estaras solo.-y la luz se desvanecio.

Wei ying se levanto y unas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, al girar se quedo impactado al ver al dios de la vida,-lo siento-dijo en un susurro. desapareciendo ante sus ojos.

Lan zhan vio como el lugar donde al dios de la muerte habia marchitado el pasto, entonces camino hacia el castillo del dios de la muerte para hablar con él, queria una explicacion, pero al cruzar las puertas, se sorprendió de ver todo el lugar lleno de almas.

-dios de la vida, digame que hace en mi palacio-

Como podia wei ying llamar eso palacio, solo tenia la fachada de grandes muros, pero al atravesarlos, solo era un gran espacio lleno de plantas, sin una solo construccion.

Todos los dias, son todos los diasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant