Dolor (Secreto III)

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Desde el dia que wei ying fue a la casa de wen ning para contarle acerca de la mujer que se le acercaba al Dr. lan zhan, supo que la situacion era delicada. El sabia quien era esa mujer y que no seria facil alejarla del jefe.

Wen ning vei a su amigo muy decaido desde que discutio con su esposo, casi no comia y no le jugaba bromas como antes, si sonreia era cuando estaba con los niños en consulta pero era evidente que fingia.

Era ya su hora de sus descansos,  compro algo de comida en un restaurante fuera de hospital y la comida favorita de su amigo para animarlo al menos a comer en el consultorio ya que ni siquiera se acercaba al comedor.

-dr. wei debe comer.
-wen ning no tengo hambre, anoche cene mucho.
-entiendo eso pero ya son casi las tres de la tarde y no has comido nada, me preocupa que enfermes o te desmayes. Te traje comida, tu favorita con extra picante.

Wei ying vio a su amigo mientras le mostraba la comida, pero no podia rechazar esa cara para el era imposible rechazar la oferta de su amigo.

Ambos comenzaron a comer y wen ning vio que era el momento de decir todo lo que sabia, ya no queria ver a su amigo en ese estado. 

-Wei ying debemos hablar de esa mujer.
-descubriste algo- hablo con prisa.
-yo ya sabia quien era cuando me lo contaste hace dias. 

-Es una maldita ramera con aires de grandeza.-dijo wen qing desde la puerta, asustando a los pobres doctores.
-dime algo que no sepa, se nota desde lejos.-hablo wei ying molesto.
-Se llama Wang Ling Jiao, es una residente del area de cardiologia, pero esa mujerzuela ya trae una reputacion. Por lo que supe de otros residentes esa zorra se enrredaba con cualquiera para obtener beneficios, no solo de la unidad medica, escuche que se metio tambien con un admistrativo en otro hospital y por eso la mandaron aqui, al parecer uso algunas artimañas para estar en esa area y ser designada a tu esposo ya que el es el jefe.
-Esa maldita zorra acosa a mi lan zhan.
-desde el principio se le pego como una garrapata, el jefe trato de mantenerla a raya pero fue tan necia que al ultimo se resigno. Wei ying no tienes porque preocuparte tu esposo ni la mira y solo tiene contacto con ella cuando le pide algo.
-si era tan molesta por que no la mando a otra area.
-el jefe le ordena hacer muchas cosas administrativas para alejarla y no es tan facil asignarla a otra area algun doctor debe solicitar un residente y nadie la quiere.

-entonces esa mujer estará a su alrededor.
-desgraciadamente si, es insoportable y dios ese maldito perfume corriente como ella es lo peor. tienen suerte de no tenerla aqui.

El saber que su esposo alejaba a esa mujer le alegro, pero pensar que todavia la tendra a su alrededor le irritaba.

Su dia fue terrible, estaba tan cansado y queria que lan zhan lo consintiera. No puede negar que lo extraña mucho, todos esos dias alejados era una tortura y su enojo habia disminuido ya que las madres de sus pacientes ya no molestaban tanto con preguntas insistentes.
Pero una ligera molestia persistia.

Al llegar a casa, se aseguro que su esposo no estuviera por inercia, pero el sabia que estaba en una cirugia gracias a su amiga, camino al cuarto principal y al abrir las puerta el olor a sandalo lo lleno de recuerdos nostalgicos, el aroma de su esposo estaba en la habitacion, camino al armario que su lan zhan usaba y el aroma era mas fuerte, paso su dedos lentamente por los trajes colgaos y tomo una camisa para olerla.

sin querer las lagrimas salieron de su ojos, lo extraba tanto.
-lan zhan perdoname.-se acosto en la cama y extenido su brazo para tomar la almohada que usaba lan zhan, se aferro a la camisa y la almohada como si se tratara de esposo.

Despues de un rato logro calmarse, acomodo la cama como estaba y fue al cuarto que usaba desde hace dias. No queria ser descubierto por su esposo y tampoco tenia el valor para verlo a la cara. Ese cuarto era mas pequeño que la habitacion principal, pero se sentia tan grande y vacio desde el primer dia, a veces dormia con sus dos pequeños conejos y otros solo con uno, pero ellos preferian estar juntos en la sala. Como ya se habia vuelto una costumbre solo se baño y se acosto en la cama con la camisa de su esposo puesta aunque le quedara un poco mas grande.

Todos los dias, son todos los diasWhere stories live. Discover now