Detestable encuentro

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Mello

Si no hubiese sido por los gritos de Matt, estoy seguro de que no me hubiese despertado.

Nada más abrir los ojos, me encontré con las persianas abiertas y la luz del sol entrando de par en par. No pude evitar achinar los ojos al recibirla de golpe.

Poco a poco conseguí incorporarme, y tras quedarme unos segundos asimilando aquellos gritos, reaccioné. Fue ahí cuando tuve una ligera sospecha de lo que estaba ocurriendo.

-¿Ya se fue?-pregunté mientras bostezaba y abría ligeramente la puerta.

-¿Podrías, aunque sea ponerte una camiseta?- se quejó Near, a lo que yo tan solo le miré mal.

Sin embargo, apoyados en el sillón a ambos lados observé a dos melenas pelirrojas. Ambos con las cabezas gachas y preocupadas. Una mordiéndose las uñas, y la otra jugando con su consola fingiendo que todo estaba bajo control, cuando lo cierto es, que todo ahí arriba, en su mente, estaba descontrolado.

-¿Queréis hacer el favor de tranquilizaros, joder?- les agarré por la cabeza a los dos.

-Estoy bien.- dijo la cabezota de Clare, que tan solo clavaba su vista al frente.

-Sí.-fue la única palabra que respondió Matt, que aún seguía pegado a su consola.

Por una vez, yo era el maduro de la situación.

Eché un vistazo a Near, pero él tan solo me devolvió una mirada indiferente que luego volvió a posar en su robot.

¿Qué diablos pasa hoy? ¿Por qué soy el único que está normal?

Intentando no perder la calma por mis compañeros más que por Sofía, me fui a la nevera con la esperanza de encontrar, aunque sea un pieza de fruta si es que era aquello posible. Pero no, aquello se parecía más a un desierto que a una propia nevera.

-¿Qué nevera no tiene comida, Near?- fruncí el ceño.

-La de la SPK.- respondió serio y sin ningún tipo de humor.

Yo tan solo miré a Rester, intentando de alguna manera descifrar como preparó la cena de ayer.

-H-Hay u-un restaurante a dos manzanas que está muy bien..- respondió nervioso ante mi mirada.

-No le está permitido salir.- dijo Near.

-¡Al cuerno!- exclamé dando un golpe a la nevera.-¡No me dejarás sin comer, Near!-

-No te está permitido salir, Mello. Ni a ti, ni a Matt. Acostúmbrate.-

No podía explicar el enfado que estaba sintiendo en estos momentos. El hecho de que alguien tan insignificante como Near me ordene algo tan simple como es no salir del apartamento, conseguía enfurecerme hasta tal punto que tuve que sentarme entre Clare y Matt con un vaso de agua entre mis manos.

-¿Vamos a hacer algo?- pregunté molesto.

-Esperar a Sofía.- respondió el albino.-Y porfavor, Mello, ponte una camiseta.-

Ignorando al enano, me fijé en Matt y Clare, que fingían una despreocupación notable, tanta que era incluso absurda la situación vista desde fuera. Era ridícula.

-Oye...-murmuré.-Todo va a salir bien.- intenté calmarles.-Confiad en ella como hago yo.-

A mi lado izquierdo, Matt me miró dejando a un lado su juego. Tenía unas ojeras notablemente pronunciadas y sus ojos se veían agotados, su pelo alborotado y sus ropas arrugadas. A decir verdad, estaba horrible.

-No me enseñes a como confiar en mi novia, Mello. Confío más en ella que tú.- y dicho eso volvió a su juego dejándome con la palabra en la boca y aún más molesto de lo que estaba antes.

De vuelta al vicioWhere stories live. Discover now