Nuestros colores. {Rubegetta} 📌EN CORRECCIÓN📌

♣4♣

POV rubius.

Cuando aquel chico interrumpió nuestra "escena" sali corriendo. Mi celular sonó cinco veces.

+34 187 9789 868
Eres lindo.

+34 187 9789 868
Lastima que seas blanco.

+34 187 9789 868
Ven atrás del escenario ;)

+34 187 9789 868
Prometo que nadie nos vera.

+34 187 9789 868
Confía, mi pequeño...

Aquel número no contaba con una foto así que solo bloquee el celular observando para todos lados pero estaban concentrados en la música.
Mi querido Mangel estaba hablando con un verde, yo lo mire de arriba a abajo y solo en apariencia no me agradaba.
Camine hasta mi dormitorio y cerré la puerta con seguro.

¿Quien eres?

+34 187 9789 868
¿Quién quieres que sea?

Mi madre, la verdad...

+34 187 9789 868
Jaja... Te estuve esperando.

El celular lo apague. La verdad si me daba un poco de miedo, pero cualquier persona podía conseguir mi número, creo.

•°•°•°•°•°

Era el primer parcial de exámenes. Había acabado el que tocaba primero así que decidí hacerme un mini tour.

—Si hay que ser minero... Lalala... En el hierro...

Tomaron mi mano y me metieron en el baño. Mis ojos los tuve cerrados en todo momento por el miedo.

—Que linda canción.— esa voz era imposible de olvidar.

Abri mis ojos despacio. La escena era algo que... Bueno...
Estaba muy cerca de mi, tenía su mano contra la pared acorralandome por el lado derecho, con su mano izquierda sostenía mi mano... Este chico es muy impulsivo.

—Eh... ¿No tienes clases?—Fue lo único que salió de mi boca.
—Pasaste por mi clase...—se acerco un poco mas a mi rostro. —y decidí salir para...—se acerco a mi oído.— preguntar ¿Por qué no has contestado mis mensajes? —su voz se hizo profunda.
—O... Oh, eras tú...

Soltó mi mano para subirla hacia mi rostro y pasarla delicadamente por todo el marco de mi rostro hasta llegar a mi mandíbula haciendo que la subiera.

—¿Te pongo nervioso... Pequeño?

Trague saliva, observe sus labios los cuales formaban una ligera sonrisa de lado... Tan gruesos y perfectos.

—U... Un poco...
—Que adorable, osito.

Ante aquel apodo mis mejillas tomaron un color rojo rápidamente. Baje mi cuerpo y lo esquivé. Sali corriendo del baño morado sin importar si alguien me veía o no.

•°•°•°•°•°

Llevo aquí un par de semanas y cada día desde que entré vengo al patio a observar las estrellas, son reconfortantes.
La brisa es fría pero comoda.